Roosevelt, la fuerza de un pueblo

Roosevelt, la fuerza de un pueblo

El próximo domingo Roosevelt celebrará 105 años de historia. Es mucho tiempo transcurrido para una población que tiene hoy condiciones desfavorables p

El próximo domingo Roosevelt celebrará 105 años de historia. Es mucho tiempo transcurrido para una población que tiene hoy condiciones desfavorables para su desarrollo, pero que se sobrepuso a las adversidades y que lucha por seguir latiendo. No hay manera de explicar esto si las respuestas no se buscan exclusivamente en la fuerza y pasión que le ponen por su tierra y por su identidad los 200 habitantes del interior profundo del distrito de Rivadavia.

Cuando decimos condiciones desfavorables de desarrollo es en términos modernos y de accesibilidad, porque se encuentra a más de 30 kilómetros de la ruta nacional 33 por un acceso no pavimentado, generando dificultades para el traslado y eso es un dato ineludible para pensar en la radicación de nuevas familias o empresas.

Pero llegar a Roosevelt es abrir el portal de un lugar con encanto. Calles prolijas, una ciudad cuidada, con instituciones fuertes que trabajan para su pueblo. Con gente amable, de mano tendida y sin desconfianzas; de puertas abiertas, autos con las llaves puestas de día y de noche, chicos que juegan a la pelota en la calle; donde todos se saludan y creen que deben trabajar codo a codo para ser más mucho más que dos.

Roosevelt, en el partido de Rivadavia, nació en 1913, el 5 de diciembre. Sólo unos días después de la promocionada visita de Teodoro Roosevelt a la Argentina, el ex presidente de EE.UU. y premio Nobel de la Paz estuvo en Buenos Aires, Neuquén y Bahía Blanca, y por esos días había que nominar una nueva estación del ramal provincial de trenes, y se decidió homenajear al visitante reciente. “El 5 de diciembre de 1913 se dictó la resolución que le dio nombre a la estación y por tal motivo bautizó también la ciudad”, señala el libro Por estas Tierras, de Alberto Orga.

Un pueblo con apellido inglés en medio de la pampa húmeda fue el motivo por el que durante años –y sobre todo los más grandes- pronunciaran Roosevelt, con “o” y no  con “u” como suenan las dos oo del inglés.

El delegado

Mario Blanco, es el delegado municipal desde hace casi 3 años, con la asunción del intendente Javier Reynoso. Es nacido en esa ciudad, tercera generación, y un tipo muy orgulloso de su pueblo que hoy le toca representar. “Es mi lugar en el mundo, es muy chiquito y la está peleando como todas las comunidades rurales, pero cuesta ser imparcial para alguien que nació acá”.

La ciudad tiene jardín, escuela primaria y secundaria; una sala sanitaria con médico y 5 enfermeros, una ambulancia y un hogar de ancianos con 5 abuelos. “Y una tranquilidad que no se consigue en ningún lado” agrega Blanco.

“Como delegado uno tiene que saber un poco de todo. Me gusta mucho estar en la calle, caminando con los vecinos, no tengo problemas en subir a un tractor o un regador. Ahora el servicio vial es más federal y nosotros tenemos una zona amplia”, dice el delegado sobre sus funciones.

Cuando tiene que describir a sus vecinos, dice que la “gente de acá es muy familiar, buenos anfitriones, cualquier cosa que organizás la gente se va agradecida por el trato. La gente acá es solidaria, siempre dispuesta a dar una mano, gente de campo digamos”. Qué le falta a la ciudad, le preguntamos, “para crecer sería fundamental el pavimento en el acceso, es algo que se pidió siempre eso traería gente, porque la gente hoy busca los pueblos chicos por la tranquilidad. La tranquilidad de acá no se consigue en ningún lugar, los chicos juegan en la calle”.

La escuela

Silvina Etchegaray es oriunda de González Moreno y es maestra con dirección a cargo de la escuela primaria 8 “Almafuerte”. Hace sólo un año que está radicada en la ciudad. “Es lindo estar acá, como todas las comunidades rurales, es un desafío porque hay sección única con todos los grupos, es lindo porque es familiar y lindos grupos. La gente de acá es muy buena”. La escuela tiene 13 alumnos y dijo que este tipo de escuelas tienen más acompañamiento de los familiares.

La escuela celebró su centenario recientemente y tiene un grupo de ex alumnos que colabora permanentemente.

El Club

Los Blanco son una de las familias originarias de la ciudad, por eso su apellido se repite. Rubén, es el presidente del Club Unión que se fundó en febrero de 1979 es decir que el año próximo celebran 40. Nació por la fusión de dos clubes el Centro Juvenil Agrario y el Club Social “en este momento es de las instituciones más pujantes que tiene la ciudad, y tenemos actividades sociales y deportivas”.

Hace más de una década que el equipo de fútbol no participa de la Liga Deportiva porque la ciudad es chica y no hay jugadores. Tienen un SUM que se le brinda al centro de jubilados y a las escuelas para hacer gimnasia. “Cuesta sostenerlo porque tenemos una infraestructura grande y no hay muchas posibilidades de recaudación. Tenemos los mismos costos que en otras ciudades para organizar cosas, pero podemos vender menos”. Son tradicionales los eventos y cenas del día del amigo, de la madre y la despedida de año, y desde hace 35 años organizan un torneo de fútbol 5 con gran éxito.

“Cuesta formar la comisión, hace años que andamos más o menos los mismos, cuesta integrar gente nueva. Somos una comunidad muy pequeña y es difícil acercar a la juventud” dice Rubén y bromea con el hecho de ser el único club de la ciudad “no tenemos rivales, no tenemos clásicos y somos los mejores”.

Roosevelt no tiene camino pavimentado. La ruta queda lejos. En los 70 el tren se detuvo.  Durante varias décadas su vida económica giró sobre el eje de la Cooperativa Agrícola Ganadera de Roosevelt Limitada que tenía una semillera, ferretería, corralón de materiales, veterinaria, talleres, feria, supermercado, silos y un día de 1993 bajó sus persianas provocando una herida casi letal.

Como si fuera poco tuvo varios ciclos de inundaciones y la amenaza del agua a la vuelta de la esquina, por el río quinto y los desbordes que siempre afectan a nuestra región. Pero no parecen ser muy fáciles de doblegar, por el contrario estos 200 habitantes tienen una fuerza inusitada que los lleva a sobreponerse a todo, a inflar el pecho y sentir orgullo por su lugar, el que forjaron con la fuerza de una lucha que este domingo cumple 105 años, y parecen decir que esto recién empieza.

Volver

Aracelli Blanco es contadora y es la tesorera de la Comisión de Fomento. Es una institución que se “armó con un grupo de vecinos para apoyar a las otras instituciones, cuando otras lo solicitan nosotros estamos dispuestos a colaborar, por ejemplo con tablones, sillas, hornos, ollas que se prestan para los eventos”. Una fuente de recaudación es la concesión de las banquinas del acceso no pavimentado.

Aracelli nació en Roosevelt y en 2006 se fue a estudiar a La Pampa y luego trabajó 6 años en general Pico, hasta que pegó la vuelta. “Siempre quise volver para devolver todo lo que me dio el pueblo, y la idea se cierra cuando quedé embarazada, yo quería criar a mi bebé acá. Acá los chicos juegan en la calle, no están encerrados, andan en bicicletas, los vecinos conocen tus hijos”.

La contadora hace el camino inverso de los que dicen que no hay oportunidades en los pequeños pueblos “hoy es todo internet. Sigo trabajando a distancia con el estudio de La Pampa en cierre de balances, pero con la cabeza más distendida, sin estrés y con mi hijo al lado y no en una guardería, para mí no hay como vivir en el pueblo”.