“La cirugía plástica también cura”

“La cirugía plástica también cura”

La Argentina es uno de los países en los que más cirugías plásticas se realizan por año. Hay dos grandes grupos, las reparadoras y las estéticas. En e

La Argentina es uno de los países en los que más cirugías plásticas se realizan por año. Hay dos grandes grupos, las reparadoras y las estéticas. En el primero ingresan pacientes que acuden al quirófano para disimular huellas físicas de accidentes de tránsito por ejemplo; y en el segundo, aquellos que buscan modificar la apariencia de alguna parte del cuerpo para verse más a gusto con su imagen.

El dato es que Trenque Lauquen cuenta desde hace 20 años con un cirujano plástico, que opera en la Clínica García Salinas a pacientes locales pero también de Pellegrini, Tres Lomas, Rivadavia, Salliqueló y una amplia región.

Se trata de Adrián Cúfaro. Viene de una familia de músicos exquisitos. Es hijo del gran Orestes Cúfaro, una leyenda del tango que desde el piano acompañó a todos los grandes. Recorrió el mundo y fue autor de “La canción de Buenos Aires” entre otras piezas inolvidables de la música ciudadana. Su madre, Ethel Ruiz, era oriunda de América, partido de Rivadavia, y fue enfermera del Hospital Churruca. Es la única ascendencia vinculada a la medicina, para entender por qué eligió el bisturí y no un bandoneón o un contrabajo.

Pero volvamos a Trenque Lauquen y la cirugía plástica. Para este médico no se trata sólo de frivolidad. Sostiene que un paciente que logra operar y modificar una parte del cuerpo que le quita energía porque lo deprime, lo aleja de las cosas que quiere hacer, eso es curar.

Cúfaro es docente de la UBA, fue becado a Francia, es jefe de cirugía plástica del Hospital Presidente Perón, y además opera en el ámbito privado, en el Sanatorio de los Arcos y la clínica Mater Dei, entre otros.  En Trenque Lauquen lo hace en la Clínica García Salinas.

Su relación con Trenque Lauquen no es nueva ni sólo profesional. Como ya dijimos su madre era rivadaviense y pasaban en familia los veranos en Trenque Lauquen, las vacaciones en una quinta de aquí de la familia Azpiroz, recuerda hoy esas tardes en el “tanque australiano”. Más tarde, en la Universidad, conoció a Laura Orellana y Diego Pérez Zabala, médicos locales, quienes le hicieron el nexo para comenzar a operar aquí en el año 2000.

“La cirugía plástica tiene una parte que la gente cree que es frivolidad. Pero la estética es sólo una subespecialidad de la plástica. Los cirujanos plásticos hacemos reconstrucción facial por tumores o accidentes, cirugía del trauma facial, reconstrucción del pecho a la mujer, reconstrucción de miembros por quemaduras o accidentes, es un gran campo de trabajo” le dijo a OESTE BA.

La estética

Pero la estética es la que genera mayor inquietud. Hoy, dice Cúfaro, los pacientes que se someten a una cirugía estética como implantes mamarios, lifting facial, liposucción, colocación de bótox, etc. no sienten pudor en decirlo y hasta lo recomiendan. Las estadísticas se fueron modificando en los últimos años y hoy de cada 10 pacientes, 4 son hombres. Datos nacionales que replican en Trenque Lauquen y nuestra región.

-¿La cirugía estética cura?

-Yo le digo a los residentes médicos que cuando tenés una patología estética que te quita parte de la energía diaria en eso, y lo resolvés, la persona siente un gran alivio, es como que operás la vida. Cambia su relación con la sociedad, con su grupo de amigos, empleo, lo que fuera, cambia la actitud. Hay personas que un trauma físico o de la imagen que los acompaña durante muchos años. Acuden a operarse una gigantomastia, la nariz, las orejas, resuelven un problema estético pero están cambiando la actitud y su relación con el otro.

Este es, dice Cúfaro, “la parte menos frívola si se quiere de la especialidad. También claro está el concepto de belleza, Argentina es uno de los países en América que mayor cantidad de cirugías realiza”.

Quiénes la hacen

Al quirófano, dijo el médico, entran hombres y mujeres de distintas edades. La crisis económica y el precio del dólar ahora le cerró la puerta a un sector de la sociedad. “La instalación de prótesis mamarias que es lo más frecuente siempre costó 3500 dólares. Ahora no es lo mismo con el dólar a 17 pesos que a 43. En un tiempo, mucha gente de clase media realizó estas operaciones hoy es clase alta o clase media-alta”.

Los tratamientos hoy son cada vez menos invasivos dijo Cúfaro y requieren menos tiempo para los pacientes, pero siempre existen riesgos. “El mejor paciente es el mejor informado. Muchos buscan una salida de bajo costo y se someten una cirugía en un departamento particular, esos son los casos que terminan en el diario”, señaló cuando se le preguntó por la notoriedad negativa que cobran algunos hechos e instó a que los pacientes “indaguen” sobre los profesionales y las condiciones en las que van a ser operados.

Hoy todos estos procedimientos “están más aceptados, hoy la gente lo cuenta y hasta estimulan a sus amigos para que lo hagan. Insisto, antes era más frivolidad, pero hay mucha gente que sufre una situación interna que lo lleva a ocuparse un tiempo del día en deprimirse por eso y le quita energía, que lo resuelve con una intervención quirúrgica”.

Entonces cuenta la historia que prometió en el comienzo de la charla. Durante su beca en Francia “operé al paciente más grande, tenía 84 años. Era un señor que había estado en las dos guerras, casado con hijos, nietos y un bisnieto que le decía Dumbo, eso no lo toleró y se operó las orejas en asa. Hoy es una cirugía habilitada a los 6 años cuando el chico va a socializar, esto marca qué le pasa a un individuo cuando tiene un problema estético que lo acompaña toda la vida”.