Historia de madres: en Guaminí, crió 11 hijos

Melisa Elena Lucero de la Canal es una mujer referente en Guaminí. A los 79 años y con todos los golpes que le propinó la vida, es una vecina respetada por su corazón abierto y por ser muy solidaria. La familia es considerada así en el pueblo, gente de mano…

Melisa Elena Lucero de la Canal es una mujer referente en Guaminí. A los 79 años y con todos los golpes que le propinó la vida, es una vecina respetada por su corazón abierto y por ser muy solidaria. La familia es considerada así en el pueblo, gente de mano tendida que pregunta qué hace falta y cómo ayudar y no porque le sobren las cosas, por el contrario es una familia humilde de trabajo y sacrificio.

Pero para esta nota llamamos a Melisa Elena porque es madre de 11 hijos, 9 propios, suyos fruto de su familia, y 2 sobrinos que crió como parte de la misma familia. Hoy esta familia se compone además con 29 nietos y 16 bisnietos.

Los De la Canal son de Guaminí, una familia histórica de ese distrito. Horacio De la Canal, el marido de Melisa Elena murió a los 58 años, hace ya 20. Pero no es la única pérdida, también dos de sus hijos murieron por enfermedades. “No tuvo una vida fácil, la vida la golpeó pero está de pie, todos los días recorre el barrio, siempre se interesa por los vecinos, por el que necesita algo. Siempre fueron así ellos, no nos dejarán una herencia pero sí un legado solidario de pensar en el otro”, dice una de sus hijas.

Las edades de los hijos van entre los 64 y los 50 y por cuestiones de las familias, además de los 9 suyos crió dos sobrinos que son como sus hijos, no es un número fácil de encontrar. “A mí no me dieron trabajo, se portaban todos bien, eran y son muy buenos” dice la mujer sobre sus hijos. Además, son tan unidos que para los cumpleaños se juntan todos. El mes próximo van a festejar los 80 años de doña Melisa.

“Nos criaron bien, quizás a nosotros no nos sobraban bicicletas pero estábamos bien, siempre hubo chicos del barrio que si no tenían nada, en casa aunque sea comían pan, nosotros crecimos así viendo a mi madre y padre ayudando y siendo solidarios”, señala la hija en el final. En una mesa con muchas bocas para alimentar, estos vecinos siempre pensaron que había lugar para alguien más que lo necesitara, un ejemplo digno de imitar en estos tiempos.

 

 

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