Cattáneo: “El mayor reconocimiento es el de mis vecinos”

Cattáneo: “El mayor reconocimiento es el de mis vecinos”

  Osvaldo Enrique Cattáneo tiene, tuvo y tendrá bajo perfil. Aunque es casi un prócer en el distrito de Salliqueló, distrito que gobernó duran

 

Osvaldo Enrique Cattáneo tiene, tuvo y tendrá bajo perfil. Aunque es casi un prócer en el distrito de Salliqueló, distrito que gobernó durante 16 años, y podrían gozar de las miles del bronce que otorga esa trayectoria prefiere pasar sus días en su estudio de contador, profesión que ejerció durante 50 años, y mirar la política en silencio y como espectador.

Es que nunca a lo largo de su carrera política Cattáneo pronunció frases altisonantes ni se caracterizó por levantar la voz. Siempre fue más un hombre de trabajo y de bajo perfil, a diferencia de otros políticos que buscaban las tapas de los diarios. Llegó con esa característica y se fue de la misma manera.

Hoy, a los 73 años recibe a este medio para hablar de su vida que nace en un pueblo que dejó de existir, Thames en el distrito de Adolfo Alsina, cerca de Salliqueló. Luego estudió en Carhué y La Plata, donde tuvo una militancia fugaz en Franja Morada. Se radicó en Salliqueló en 1978 para ejercer como contador, y habitó una casa en la misma cuadra de la familia Balbín, una familia tradicional en la ciudad de política y radicales. En 1985 se afilió a la UCR, fue su ingreso a la política que dejaría 30 años después, cuando en 2015 entregó el mando a su mano derecha y actual mandatario comunal, Jorge Hernández.

Recuerdos

En 1989 asumió como concejal y en 1999 como intendente. Siempre compartió las listas con Hernández. “Fue mi primer candidato a concejal, era el intendente interino, y siempre lo hizo a lo largo de los 4 períodos que estuve yo, así que cuando él asumió en 2015 tenía experiencia”, recuerda.

Pero a Cattáneo los primeros días de gestión se le pusieron cuesta arriba. Recuerda que en 1999 el distrito sufrió la inundación más importante, y como si fuera poco asumió junto al por entonces presidente Fernando De la Rúa, y la recordada debacle política, económica e institucional de aquellos años.

“Fue un fracaso total, fue un fracaso político que arrastró a todos los municipios, fue un desastre y encima a nosotros nos tocó la inundación, Salliqueló no tenía experiencia en el manejo del agua así que fue un comienzo muy difícil como intendente”.

Siempre le tocó gobernar con gobernadores y presidentes opositores (con excepción de los 2 años de De la Rúa), “fueron momentos complicados pero no me quejo, muchas cosas se consiguieron y la gente lo percibió así porque pude renovar el mandato en 4 períodos”.

Dice que se fue porque “había cumplido un ciclo y me tenía que ir, me ofrecieron ser diputado y no quise porque no me interesa la actividad legislativa, siento que es poco lo que se puede hacer desde ahí para tu pueblo. En el Ejecutivo tomás decisiones importantes todos los días y es mucho mejor. Sentí que hasta acá había llegado, que había estado mucho tiempo, siento que me tendría que haber ido antes, lo que pasa es que a veces en la política es difícil bajarse”.

Pero llegaron los reclamos familiares, los hijos, los nietos y en el 2015 se alejó. “Siento que Jorge Hernández está haciendo una excelente gestión, ha conseguido muchas cosas para Salliqueló, me reconforta lo que está haciendo” dice y pide superar las grietas en la Argentina “nos hizo mucho daño a los argentinos. En lo local siempre intenté marcar el acercamiento, siempre tuvimos buena relación con la oposición, con pautas de convivencia y dialogo más en un pueblo chico en el que nos cruzamos todos los días en la calle. En estas ciudades hay un control social altísimo porque la gente te ve y te controla, con otro nivel y otra percepción de lo que es la política”.

Reconocimiento

“Siento el reconocimiento de la gente, camino las calles de mi pueblo hablo con todos sin tener en cuenta la ideología política y la gente reconoce la gestión y las cosas que logramos, con muchas dificultades porque pasamos momentos complicados desde lo económico, pero el balance es positivo porque logramos cosas que hoy disfrutamos todos como una subsede de Universidad del Sudeste, no es algo que luce como una obra pero es algo importante, avanzamos con la salud y eso a veces es más importante que la cantidad de cuadras de pavimento que hacés”.

Para el ex intendente lo más importante es lo que le devuelven sus vecinos “el día que hicimos el recambio, había mucha gente en la calle y siempre me quedó grabado el aplauso de la gente, el reconocimiento, es una caricia al alma después de tantos años y te da la tranquilidad porque quiere decir que algo hemos hecho y la gente lo reconoce”.

Cuando se le preguntó si cree que habrá plazas o calles con su nombre dijo que eso no le interesa “eso está lejos de mi personalidad o mi forma de ser. Por eso creo que  lo positivo es mucho más que lo negativo. Estoy conforme en lo personal y de haber dejado algo para mi pueblo, porque tengo hijos y nietos que viven aquí, y uno pretende dejar cosas para tus vecinos y hacer una ciudad en la que por ejemplo los jóvenes profesionales vuelvan”.