“Tato” Navarro, la historia de una vida en bicicleta

“Tato” Navarro, la historia de una vida en bicicleta

Tato Navarro hace 42 años que trabaja en su bicicletería, casi un sitio histórico de la ciudad, y toda una vida en modo bicicleta. Este vecino, qu

Tato Navarro hace 42 años que trabaja en su bicicletería, casi un sitio histórico de la ciudad, y toda una vida en modo bicicleta. Este vecino, que de chico soñaba con ser un ciclista de ruta como aquellos que leía y miraba en la Revista El Gráfico, logró escribir su nombre en la historia del ciclismo nacional y a los 70 años recuerda algunos de aquellos días de gloria.
Lo hizo en una entrevista con FM Tiempo 91.5 Mhz en la que recorrió sus orígenes en el deporte y la extraña anécdota que lo llevó a jinetear un potrillo para poder subirse a una bicicleta por primera vez.
“Nací en la Estancia Nueva Castilla y mi relación con el ciclismo empieza en 1967. Frente a la casa de mi padre había un taller chapista que visitaba mucho Carlín Galván, que era del barrio y tenía una bicicleta muy linda. En aquellos años venia también un señor en sulky que tiraba una yegua y tenía un potrillo. Como yo quería correr en bici él me dijo que si jineteaba el potrillo me prestaba la bicicleta, y me subí y me tiró enseguida. Eso fue un sábado, y el miércoles pude correr en su bicicleta en el velódromo, ese es el inicio”, contó en la entrevista radial.
Su pasión por las dos ruedas no tiene herencia. Su padre que era mecánico estuvo relacionado a autos de carrera y su hermano jugaba al fútbol. Sólo él quería correr en bicicleta. “Mi pasión por la bicicleta es por la revista El Gráfico, de chico leía esa revista y miraba las fotos de los ciclistas en los paisajes y yo quería ser ciclista de ruta, de etapas. Nadie en mi casa tenía relación con la bicicleta” ni siquiera tenían una bicicleta en la casa.
En los inicios, seguía los pasos de “René Vincent, el flaco Guerrero, el petiso Campo, Ruben Villani, y algunos otros más me llevaban a la plaza y me adoptaban como la mascota del grupo”. Su padre era mecánico “y no me podían comprar una bicicleta, entonces Pablo Villani, el padre de Rubén, que siempre fue mi ídolo, me prestó una bicicleta con la que gané algunas carreras. Luego mi padre viendo mi interés y me dedicación me compró una”.
Hace un paréntesis en su carrera, por unos años en los que se radicó en Buenos Aires y no corrió mucho “pero sí conocí mucha gente” relacionada al ciclismo. De regreso a Trenque Lauquen, un golpe de suerte lo mete en el ciclismo nacional.
“Un día me entero que se corría la doble Pablo Acosta en Azul, salí a dedo de acá, tuve que pedalear en algunas oportunidades. Iba con un bolso y dos ruedas de auxilio. No sé cómo, pero entré entre los primeros 7, y entonces el equipo de Bragado me invitó a participar con ellos, me trajeron de vuelta y me invitaron a participar de otras carreras. Luego corrí más de 40 carreras de etapas por todo el país y en Chile. Eran competencias que se corrían durante toda una semana, y estaban los mejores del país y me conocían en todos lados”.
Así logró escribir su nombre entre la elite nacional, corrió con los mejores que tenían roce internacional. También fue preparador de algunos chicos de aquí como “Carlitos Colón, Tronco Torres, Elisabeth Castrillón, Diego González, y otros. Actualmente hoy lo hago de medio tiempo”, recordó.
Recordó apellidos ilustres locales que ya eran grandes cuando él comenzó a dar sus primeros pasos como Orellana, Zelasqui, Gomez Lasso.
“Tuve la suerte de correr la época de elite del ciclismo nacional entre 1980 y 1990”.
También fue el autor intelectual y material de las carreras de bicicross. “Cuando estuve en Chile, vi una pista de bici cross que estaba en un hipódromo y decidimos replicarla aquí, por suerte Barracchia nos acompañó y decimos hacer carreras aquí para chicos, para que todos puedan correr y acercarse al deporte, Javier Lobosco entre otros chicos corrían ahí”.
Con 70 años sigue recorriendo la ciudad en bicicleta. “Ahora tengo una bicicleta para andar en la ciudad como la que no me pude comprar nunca para correr” dice y se ríe.
“Las carreras me dieron la oportunidad de conocer a mucha gente y mucha gente famosa. La bicicleta es todo para mí, es como una hermana, es mi amor. Es incondicional para mi”.