La historia de Alicia Puig: “Vivir, bailar y amar”

Un día cualquiera, hace muchos años atrás cuando Trenque Lauquen era una pequeña aldea en la llanura bonaerense, la niña Alicia Beatriz Puig salta de su silla para bailar. El sonido sale del parlante de una radio familiar y baila todos los ritmos, aunque será una imagen de la película…

Un día cualquiera, hace muchos años atrás cuando Trenque Lauquen era una pequeña aldea en la llanura bonaerense, la niña Alicia Beatriz Puig salta de su silla para bailar. El sonido sale del parlante de una radio familiar y baila todos los ritmos, aunque será una imagen de la película “Pájaros de Cristal” que vio en el cine la que la inclinó por la danza clásica. Esa escena, de niñas bailando en puntas de pie fue la precuela de una historia de su vida que es polifacética y en la que hizo de todo, y aún tiene para hacer.
Alicia fue bailarina de danza clásica, profesora de danza a cargo de la academia Isadora Duncan durante 30 años; docente, actriz de teatro, abogada y la primera y única presidenta de la historia del Concejo Deliberante local. ¿Qué más puede pedirle a este viaje que llamamos vida? La confección de un libro, que se cocina a fuego lento y en silencio explica sus futuros desafíos. ¿Cómo se va a llamar?: “Vivir, bailar y amar”.
Alicia aceptó una entrevista con FM Tiempo para contar parte de su vida. Es de las personas que le gusta contar al detalle. Enumera nombres y apellidos, fechas, calles y esquinas. Es también de las que se iluminan sus ojos de manera especial cuando trae recuerdos y los deja volar por los aires.
“La danza viene desde muy chica, en esa película en el cine vi por primera vez bailar en puntas de pie, y luego en el jardín de infantes como lloraba mucho me dejaban bailar con música que tocaba la señorita en el piano. En mi casa no había un tocadiscos porque la mía era una familia muy modesta pero en la radio escuchábamos música y yo bailaba” inició su relato.
“Una vez me invitaron de la escuela 3 que estaban organizando una kermés para que bailara en la sede de Barrio Alegre, mi madre me hizo el primer tutu con papel crep. Era muy chica y recuerdo que bailé mirando el piso, que era un piso calcario rojo y amarillo y siempre lo recordé”. A los 6 años se radicó en Trenque Lauquen una bailarina y allí arranco la academia Isadora Duncan de la que luego heredó y quedó a cargo. A los 14 era profesora ayudante y se hizo cargo a los 18 hasta los 40.
A los 9 años tuvo la oportunidad de ingresar a la escuela de artes del Teatro Colón pero no pudo tomar la decisión de radicarse lejos de su familia a tan corta edad “extrañaba mucho”.
El teatro a su vida también llegó a muy temprana edad. En la Escuela 1, sólo tenía 12 años y también fue una pasión que no pudo soltar. “Después en el secundario en el Nacional necesitábamos dinero para el viaje de egresados y se nos ocurrió hacer una obra de teatro. Hacía que fue nuestro debut con 16 o 17 años con la obra la barca del pescador un clásico de Alejandro casona me tocó hacer el papel de una abuela de 80 años”.
Aunque venía una familia humilde, la cultura estaba presente. Recuerda que sus padres eran “muy alegres” que les gustaba bailar “en la galería de la vieja casa chorizo, y bailaban muy bien el tango”.
Cuando terminó el secundario no tenía recursos para radicarse en Buenos Aires y entonces el sueño de estudiar abogacía se discurrió entre sus manos. Se anotó para estudiar docente “y planifiqué que iba a trabajar hasta los 50 años, iba a hacer mucha plata y me iba a Buenos Aires a estudiar abogacía y empezar la militancia política” aunque no fue tan exacto, esos pasos en su vida salieron de ese modo.
A los 50 años se anotó en la flamante sede local de la Universidad de Lomas de Zamora y 5 años después subió al escenario del Teatro Español, no para bailar sino como parte de la primera promoción de abogados recibidos en Trenque Lauquen. “Cuando recibí el diploma en el teatro español me bajé con el papel en la mano y se lo dediqué a mi mamá” que asistió a la graduación.
Y comenzó su militancia. “Jorge Lamelo me invitó a participar, estuve tercera en una lista de la interna e ingresé por el cupo femenino. Por cosas del Universo terminé siendo la primera presidenta del HCD, fui elegida por mayoría varones” hasta el día de hoy ninguna otra mujer se sentó en ese lugar.
Aunque por aquellos años no estaba tan presente el debate sobre género Alicia Puig hizo historia y se ríe cuando recuerda que un cuadro con su foto está colgado en una extensa pared con todos los presidentes que tuvo el Concejo a lo largo de los 147 años de historia local y casi todos “tienen bigotes”. El año pasado la invitaron por el día de la mujer y no dejó pasar la oportunidad “les recordé que deberían elegir otra mujer, hagan que las cosas sucedan les dije”.
A pesar que era nueva en la política tuvo un rol determinante en temas clave. Por ejemplo presidió las audiencias públicas (nunca más se hicieron) que eligieron la ubicación de los boliches bailables y junto a Elena Mentasti le dio vida al Concejo Deliberante Juvenil que aún se sigue haciendo. “Y también con Miguel Delmagro (que falleció hace poco tiempo) trabajamos mucho en el Parlamento del Codenoba”, recordó.
-¿Aún seguís bailando?
-En mi casa bailo tango; sola. Y a la mañana desayuno escuchando música clásica y a veces me pongo de pie y bailo un poco (rie).
-¿Estas conforme cuando miras para atrás todo lo que has hecho?
-Estoy muy conforme con el trayecto, con el recorrido. A partir de la pandemia comencé a escribir, no sé si terminará siendo un libro porque eso es mucha pretensión, es muy autoreferencial porque me han ocurrido cosas tan maravillosas en la vida las escribo en formato ficcional y entonces obviamos los nombres.
-¿Cómo se va a llamar tu libro?
-En la escuela secundaria daba clases y les decía a los chicos que iba a escribir un libro, no pude tener un hijo, pero sí planté el árbol y quiero hacer el libro. Entonces uno de mis alumnos que se llama Tadeo me dijo en aquel momento “tu libro se va a llamar vivir, bailar y amar” y lo dibujó como en un arco iris en el aire y le prometí que si lo hacía lo iba a llamar así.

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