Héctor Coqui Boffi: toda una vida dedicada a la salud comunitaria

Debe ser éste el período de mayor letargo para Héctor “Coqui” Boffi a lo largo de una extensa trayectoria con mucha exposición pública y mediática, desde que impulsó la medicina preventiva y dio charlas de educación y salud, en cada rincón del distrito y la región. Donde hubiera una escuelita…

Debe ser éste el período de mayor letargo para Héctor “Coqui” Boffi a lo largo de una extensa trayectoria con mucha exposición pública y mediática, desde que impulsó la medicina preventiva y dio charlas de educación y salud, en cada rincón del distrito y la región. Donde hubiera una escuelita rural, una tapera o una tranquera abierta se paraba frente a los que quisieran escucharlo para hablar de violencia, adicciones, embarazo adolescente, y otros temas de interés comunitario.
Fue esa la segunda etapa de su carrera profesional como bioquímico que siempre prefirió ejercer fuera de los muros de un laboratorio y de cara a sus vecinos. La primera etapa vino de la mano del cólera, hantavirus, hepatitis y otras enfermedades que en los `80 azotaban a la población que no tenía ningún conocimiento y no había redes sociales, google, aplicaciones ni medios de comunicación tan sofisticados para aprender y llevar tranquilidad.
Como si esto fuera poco, condujo durante 30 años un programa de TV en Canal 12 que se llamó Alas de Esperanza, desde el que amplificó proyectos comunitarios y escolares vinculados con la prevención, discapacidad y distintas áreas de la salud. Fue docente de la UTN, Director el Hospital, trabajó en la Clínica y tantas otras cosas. Pero fue la pandemia y su jubilación la que pusieron un paréntesis y abrieron este cono de silencio en el que se encuentra, por eso lo vemos y lo escuchamos poco en el último tiempo.
Sin embargo, cuando se presenta en el estudio de FM Tiempo 91.5 Mhz para la entrevista de esta semana parece que el tiempo no ha pasado para él. Con 74 años se lo ve con el mismo semblante con el que aparecía en la pantalla televisiva y dice que se secreto son algunos partidos de tenis y de fútbol que se sigue jugando a pesar de los años, la magia sigue intacta bromea y hace gala de ser un carrilero por derecha con mucho despliegue, algo así como Rodrigo De Paul, según sus propias palabras.
Con 50 años en la divulgación científica y ejerciendo la prevención y la salud familiar, Boffi fue siempre además un arquitecto casi quirúrgico para poner el dedo en la llaga y casi siempre esas cosas salen caras y traen consecuencias.
-Siempre le imprimiste un carácter comunitario a tu tarea profesional.
-Es una vocación, en La Plata empecé a hacer cursos y charlas sobre temas como adicciones, siempre me dediqué a temas preventivos, apareció el cólera, el hantavirus y en todos me capacité e hice la carrera de epidemiologia y con eso pude estudiar muchas conductas sociales y me gustó mucho siempre dar a conocer las cosas y eso me generó muchos problemas. A veces plantear algunas cosas duelen y como soy rebelde me cuesta callarme mi padre me transmitió esto de rebelarme contra las desigualdades y las injusticias.
Boffi señala que a las autoridades “no les gusta que des a conocer datos o información. Eso molesta”, el último gran contrapunto público fue cuando publicó un informe sobre los agroquímicos, casos de cáncer y malformaciones “y eso me costó el puesto en el Hospital”.
En este rol de divulgador científico en territorio conoce todo el distrito y la región. “A veces me invitaban de Garré o de algún lugar para dar una charla sobre familia, adicciones, lo que fuera y a veces eran 7 personas y jamás le pasé un viático a nadie. También estuve en Bienestar Social con Nora Arbio haciendo campañas de triquinosis, etc. en escuelas rurales y nunca cobré nada a nadie. El otro día un vecino del barrio Indio Trompa me recordó que daba charlas y me instalaba con una mesa hablando del cólera lo que fuera”.
-¿Sentís el reconocimiento por esa tarea durante tantos años?
-Como todos los que hacen cosas uno no busca la gratificación. Estuve 45 años trabajando en prevención y trabajando en educación para la salud. Nunca pensé que perdía plata, porque la recompensa es mayor hoy, la satisfacción y la alegría que mucha gente me reconoce lo que hicimos en su momento y haber llegado a todos lados, cuando uno está en salud es bueno que puedas brindarte. Alguna vez alguien me dijo que en La Carreta hablamos sobre cáncer de mama y a una vecina le habían detectado, entonces eso es lo más importante y no tiene que ver con el dinero.
A lo largo de su trayectoria sumó compañeros de equipo. Uno de ellos fue el ex juez de Cámara Toribio Sosa “se sumó porque quería dar charlas y hacer su contribución a la sociedad, así que durante muchos años dimos charlas juntos en el interior del distrito y luego también se sumó Lito Abregú”.
En la actualidad no está retirado totalmente, porque sigue dando clases en la carrera de Enfermería “es una manera de mantenerme activo”.
Lamenta que aquellos años, en los que transitaba el distrito de ida y de vuelta, no estaba instalado el debate sobre violencia de género para poder haberlo abordado. “En los 90 cuando nosotros andábamos más el debate contemporáneo era la droga, las adicciones, el embarazo adolescente, no se hablaba de la violencia intrafamiliar, de la violencia doméstica, de la violencia de género, siento que me hubiera gustado hablar más sobre ese tema pero no era una demanda social cuando estábamos más activos”.
Y siguió: “La violencia siempre estuvo, se conoce más la violencia del pobre y se oculta más la de las clases pudientes. El pobre es borracho y el rico tomó un poco de más. Siempre existió la violencia pero se ocultó. También pasaba cuando surgió el debate del Sida que es en realidad una enfermedad justa porque les toca a todos, no es para ricos o pobres, ni para homosexuales o heterosexuales, hay que evitar esos prejuicios y estigmas”.
-¿Por qué hablas de la salud desde un discurso social?, vos vivís en el centro, sos profesional, podes hacerte el distraído y te generarías menos problemas.
-Tengo una vara social que me preocupa. Me duelen algunas cuestiones de mis vecinos porque son visibles. Siempre el que la liga es el más débil, el más vulnerable, el que menos tiene. A mi la justicia social me duele, soy cuestionador de la situación social, no de las personas sino al sistema porque muchas personas no tienen las oportunidades de crecer y desarrollarse. Para muchos tendría que hablar de enfermedades, pero quizás la desigualdad que vivimos es la mayor enfermedad de nuestro tiempo.

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