La capilla de Bocayuva y la historia de un milagro

  La Capilla de Fátima, en la localidad de Bocayuva del partido de Pellegrini cumple 70 años. La comunidad se apresta a una celebración comunitaria para festejar los años de la bendición de la piedra fundamental y al recuerdo de una historia contemporánea que también cumple años, y que se…

 

La Capilla de Fátima, en la localidad de Bocayuva del partido de Pellegrini cumple 70 años. La comunidad se apresta a una celebración comunitaria para festejar los años de la bendición de la piedra fundamental y al recuerdo de una historia contemporánea que también cumple años, y que se ha ido transmitiendo en generaciones: el día que la Virgen hizo un milagro en Marilauquen, en el límite distrital.

Pellegrini tiene una historia muy cargada de religión y fe. Allí por algún motivo conviven aspectos llamativos, una ya contada en estas páginas como lo es la presencia del Vía Crucis que la infanta Isabel trajo a la Argentina en 1910 y que descansa en la capilla de De Bary, una fenomenal obra arquitectónica del estilo neo gótica encargada por el varón De Bary y que se mantiene en perfectas condiciones de conservación.

También el templo parroquial de la ciudad cabecera, un gigantesco inmueble de estilo Románico, tiene una historia particular, pero no es el que nos ocupa en estos momentos; sino el de Bocayuva una pequeña ciudad de 150 habitantes en el límite entre Trenque Lauquen y Pellegrini, que tiene la capilla de Fátima en honor a la Virgen cuyas apariciones se registran en 1917 en Portugal.

Fue el periodista y escritor Francisco Paco Aznárez quien nos advirtió que la historia de fe en Pellegrini no estaba contada en su totalidad, sino que había que hacer foco en Bocayuva. Allí conocimos entonces que la imagen que se venera en la capilla es la primera réplica de Fátima que salió de Portugal y que fue tallada por el mismo artista que hizo la original del santuario de Fátima, en el país europeo. Pero la historia cobra más valor cuando el cura párroco de Pellegrini, Germán Loriente, le agrega el dato místico, milagroso, con gente de Trenque Lauquen.

La historia

Germán Loriente es un libro abierto. Sabe muchísimo de la historia religiosa y con lujos de detalles. Todo comenzó con la visita del monseñor Anunciado Serafini (segundo obispo de Mercedes) en el año 1946 a Bocayuva, en una visita pastoral. A Serafini, se lo reconoce como quien logró que toda la línea férrea del tren sarmiento exhiba a la Virgen de Luján.

Pero volvamos a la tarde de 1946 y la charla del religioso con unos chicos en la escuela de Bocayuva donde no había capilla en aquellos años “hablando con los niños surge la idea de hacer una capilla, entonces se sacó el soli Deo (el casquete que usan los obispos) e hizo una colecta entre los chicos, y esas monedas se las da a don Manuel García Verde que era el propietario de la estancia de Marilauquen y se constituye por así decir la primera donación pro templo con las monedas de los niños”, dijo el cura párroco pellegrinense.

Así, el monseñor le dio la posta al productor agropecuario que formó una comisión con las familias de la zona “cuyos apellidos siguen siendo los mimos” con la intención de hacer la capilla.

Ese año García Verde viajó a Europa a “hacer un paseo y visitan la iglesia de Fátima, cuya aparición es en 1917 era algo muy reciente, tal es así que conoce a quienes vieron la aparición de la Virgen, y en ese lugar en Portugal encarga la imagen, una talla de madera a la misma persona que hace la talla original en Portugal”.

Al regreso en Argentina siguen los preparativos para edificar la capilla, pero un episodio estaba a punto de suceder que cambiaría sus vidas.

Así lo cuenta el padre Germán: “Una noche con su esposa Maruja, ven a su hijo Fernando desplomado en la cuna. Había ingerido unas pastillas que habían quedado a su alcance. El padre reza en la capillita que tenía en el campo y lo encomienda a la Virgen, la madre lo lleva a la capilla, lo suben al auto y lo llevan a Trenque Lauquen. Hay que pensar que no existía la ruta 5. En el Hospital le dan una medicación pero no responde. El médico les dice que ya no tiene más nada que hacer, que hay que esperar lo peor que no había posibilidad de curación, y deciden regresar a la estancia”.

A la mañana siguiente, sigue el relato Germán Loriente, doña Maruja “recuerda que habían traído agua de Fátima, de su viaje a Portugal. Le moja los ojos con un algodón y el niño reacciona como si nada hubiera pasado, se recuperó rápidamente”. Pero eso no es todo. Ese día fue el 17 de mayo de 1949, “esa mañana llegó la imagen en madera encargada a Portugal durante su viaje y que habían estado esperando durante mucho tiempo. Sin duda ven allí un signo providencial de la Virgen”.

La Capilla

La piedra fundamental se bendijo en 1949 y la capilla se termina en 1950. El 13 de mayo de ese año se realizó una gran procesión desde Trenque Lauquen a la capilla para su inauguración.

El arquitecto que construyó el inmueble de estilo neocolonial sevillano y lucitano, fue Francisco Belosillo y los constructores Hilario y Oscar Bonelli, de Trenque Lauquen. Los materiales fueron traídos de Europa, y la imagen que se venera es original y es la primera réplica de Fátima que llegó al país.

“Hay valor artístico, histórico y una gran expresión religiosa en las capillas y el templo parroquial de nuestro partido” dice Germán Loriente. La capilla, en la estancia de Marilauquen, donde aquella noche del milagro los García Verde encomendaron a su hijo en las manos de la Virgen, hoy es un lugar de retiros espirituales.

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