Abel Ruiz es uno de los exponentes de un arte extraordinario y peculiar como lo representan los payadores, capaces de hacer una música que nace y mu
Abel Ruiz es uno de los exponentes de un arte extraordinario y peculiar como lo representan los payadores, capaces de hacer una música que nace y muere casi en el instante, con rimas sagaces, irónicas, cómplices y ocurrentes que amenizan encuentros camperos y tradicionalistas.
En una entrevista con FM Tiempo y www.oesteba.com.ar habló sobre las características de su canto, el origen y por qué decide lanzar sus versos al viento dedicados a la gente de campo y de su pueblo.
“Un payador es alguien que improvisa el canto repentista a través de la décima que es una estrofa de 10 versos de 8 silabas que tiene su estructura”, define casi de manual Abel Ruiz en la entrevista radial.
“De chico me gustaba la guitarra, me crié en el campo en Marilauquen” recuerda. “De chico escuchaba los payadores y me preguntaba cómo hacían para tener tantas palabras, practicaba y leía libros de versos hasta que logré encontrar la fórmula de la rima”.
Pero su vida campestre lo convertía en un artista autodidacta ya que no podía tomar clases “al no aprender con alguien más te faltan recursos hasta que un día hice un curso en Pellegrini que dictaron para payadores y ahí ya incorporé los recursos necesarios”.
La guitarra también aprendió de oído de manera autodidacta y “de grande tomé clases con Olguin y Boses y aprendí a leer partituras” ahora integra la orquesta de guitarras con Martin Díaz.
Y cómo es la fórmula para poder cantar de repente. “A mi me gusta pensar el final, ya tener en la mente el remate y armar el verso de atrás hacia adelante”. La parte más interesante del espectáculo es cuando se arma el “contrapunto que es lo que más le gusta a al gente” que es como un duelo o batalla de frases entre dos cantores.
“El payador tiene que transmitir algo sino rimar por rimar no tiene sentido, evito pronunciarme sobre la política pero si me gusta hablar de lo campero transmitir la cultura del campo, el trabajador rural”, aunque siempre todo depende del público “a veces piensas una décima poética muy trabajada y no llega al público y quizás con otra si, no todos los días ni el público es igual”.
Cuando se le preguntó qué opina de los raperos que en algunos casos han realizado batallas con payadores, respondió: “Es una cultura distinta a la nuestra, cuando hicimos el curso había raperos también, muchos chicos eran educados y muy buenos pero los raperos a veces salen con algunos temas que nosotros no sabemos o compartimos” concluyó.