Luego de haber sufrido el atropello a nuestras garantías individuales (exigencias arbitrarias y amenazas a la integridad física y psicológica), en e
Luego de haber sufrido el atropello a nuestras garantías individuales (exigencias arbitrarias y amenazas a la integridad física y psicológica), en el marco de una manifestación pacífica y democrática organizada para recordar a Jorge Julio López a dieciocho años de su segunda desaparición forzada, afortunadamente la difusión del lamentable episodio permitió que uno de los hijos de Julio nos acerque su apoyo y solidaridad.
Es justo y necesario que quienes militamos por la democracia, la verdad y la justicia podamos estar en contacto, y abrazarnos en las ocasiones donde los sectores retrógrados que abogan por la impunidad para los asesinos genocidas crean que pueden avasallar décadas de avances arduamente conquistados, a través de los cuales la República Argentina sigue siendo un faro internacional en la defensa de los derechos humanos, al juzgar en tribunales ordinarios las desapariciones forzadas, las torturas, los asesinatos, y demás crímenes contra la humanidad perpetrados por la última dictadura. Por eso le agradecemos infinitamente a Rubén López la deferencia de enviar el texto transcripto más abajo, porque es importante si cualquier ciudadano/a nos hace saber que considera que estamos haciendo lo que debe hacerse en pos de una sociedad más democrática, pero resulta muy significativo para nosotrxs que lo haga público un familiar tan directo de quién, con su valiente testimonio, contribuyó decisivamente al esclarecimiento de delitos aberrantes, que no pueden ser olvidados o perdonados.
Escribió Rubén López, hijo de Jorge Julio López: «Repudio absolutamente todo acto de avalar y/o negar las desapariciones forzadas de personas durante la última genocida dictadura cívico militar, como también durante los gobiernos democráticos antecesores y posteriores a la misma.
Provoca repulsión saber de la impunidad con que cuentan algunos llamados «ciudadanos» que insultan y amenazan a su paso a compañerxs que recordaban a mi viejo, Jorge Julio López, el pasado 18/9 en Plaza San Martín de Trenque Lauquen, a 18 años de su segunda desaparición.
Mi viejo, con su testimonio, fue crucial para el enjuiciamiento y condena al genocida Miguel Osvaldo Etchecolatz y otros represores.
En estos tiempos de crueldad hacia el pueblo trabajador seguimos militando la Memoria por Verdad y Justicia.
Por mi viejo y los 30 mil, que siempre seguirán presentes, continuamos gritando Nunca Más».
Comunicado de la Comisión por los Derechos Humanos