Hace 48 años secuestraban en La Plata a tres estudiantes de Medicina de Trenque Lauquen

Héctor Manazzi, Ricardo Sangla y Rodolfo Pettiná fueron víctimas del terrorismo de Estado en 1977.

Hace 48 años que siguen cometiendo los tres crímenes, aquellos asesinos genocidas que ingresaron de madrugada en “la Casa de Trenque Lauquen” en La Plata. Quién sabe si quedará alguno vivo y todavía impune; el que está respirando aún pero tras las rejas, donde debe estar, es el cura genocida Christian Federico Von Wernich, que habrá confesado y tranquilizado las negras conciencias de los secuestradores y torturadores de Héctor, Richard y Rodolfo.
El mayor de los tres trenquelauquenses que estudiaban Medicina en la Universidad Nacional de La Plata era Rodolfo Emilio Pettiná Taybo. Rodolfo tenía 23 años, cursaba el tercer año de la carrera, cuando venía a sus pagos de vacaciones trataba de dar una mano en el Hospital municipal, y su mayor actividad política era la de ser afiliado al Partido Comunista (en aquellos años, un verdadero pasaje de ida al horror del terrorismo de Estado).
Tanto Héctor Oscar Manazzi Suárez como Ricardo Antonio Sangla López habían llegado a cumplir tan sólo 19 años, cursaban el primer año de Medicina, y junto con Rodolfo y muchxs jóvenes más integraban el Centro de Estudiantes de la Facultad (he ahí su mayor “pecado”). Héctor era intelectualmente brillante, ya desde su secundario nocturno procuraba apoyar con sus conocimientos a compañerxs menos aventajados. Richard era un joven campechano, que se había criado en el tambo familiar e irradiaba bondad y generosidad.
Desde la aciaga madrugada del 15 de junio de 1977, Manazzi, Pettiná y Sangla son tres apellidos que se citan de un tirón, como si resultaran indisociables. Los unió la tragedia, que sigue conmoviendo a tres familias hasta hoy, cuando hay sobrinos y hasta sobrinas nietas procurando tomar la posta de la Memoria: jóvenes que casi tienen la edad que tenían hace cuarenta y ocho años aquellos familiares que quedaron en la historia como “los pibes que estudiaban Medicina en La Plata y desaparecieron”.
Los crímenes ejecutados por un grupo de tareas asesinas en la sede del C.U.T.L. (Centro Universitario de Trenque Lauquen), ubicada en la Calle 41 entre 10 y 11 de La Plata, y apañados por la sotana infame de Von Wernich, se siguen cometiendo. Los cuerpos de Rodolfo, Richard y Héctor no están, desde hace 48 años, mientras Cecilia Pando y otrxs defensores a ultranza del terrorismo de Estado celebran condenas que proscriben derechos políticos y esperan al mismo tiempo que desaparecedores, torturadores y ladrones de bebés queden en libertad.
En este pobre “País De Nomeacuerdo”, no consentiremos que tres hijos de Trenque Lauquen que debieron ser médicos al servicio de la salud pública, pero fueron salvajemente eliminados por esbirros de la última dictadura cívico (empresario-eclesiástica) – militar, sean también presas del olvido.
Texto de la Comisión por los Derechos Humanos de Trenque Lauquen

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