Testigo silente del paso del tiempo y símbolo del centro de la ciudad, el reloj de la Parroquia Nuestra Señora de los Dolores, instalado en 1927, dejó de funcionar debido a un desperfecto mecánico. La comunidad busca ahora una solución que permita restaurar esta pieza histórica que, pese a los relojes digitales y celulares, sigue marcando la identidad local.
El vecino Mario Pergolani, quien desde hace décadas le da cuerda al mecanismo, notó recientemente que algo no andaba bien. “Escuché un ruido extraño y la manija para levantar las pesas estaba muy dura. Al revisar, vimos que un engranaje de la corona tocaba el fondo del gabinete. Se ha desgastado el soporte del eje”, relató en una entrevista con Canal 12.
El reloj —un sistema a péndulo y pesas de grandes dimensiones— fue reinstalado por última vez en 1984. Hoy, ese conocimiento ya no abunda en la ciudad. “No conseguimos a nadie acá que lo pueda hacer”, admitió Pergolani.
Sin embargo, hay esperanzas: el relojero artesanal Adolfo Saleme, de Pehuajó, comprometió una visita para este sábado, a fin de revisar el mecanismo y dar un diagnóstico. “Conseguir repuestos será muy difícil, pero ya hay un tornero local dispuesto a fabricar piezas si hace falta”, contó Pergolani.
EL VALOR DE PRESERVAR
Más allá de lo técnico, el reloj parroquial representa una porción viva de la historia de Trenque Lauquen. “Aunque tengamos relojes en el celular, todos miramos la torre cuando pasamos por la plaza. No podemos dejar que se pierda”, expresó Mario, que confía en que se podrá restaurar, aunque no descarta que el proceso sea costoso.
La reparación, además de devolverle su voz al tiempo, sería una forma de rendir homenaje a una comunidad que siempre miró hacia arriba para saber qué hora era.