Matías Maiza cuenta que se chocó con la construcción en adobe casi por casualidad. Fue durante un viaje al norte del país, en la búsqueda de nuevos horizontes que lo llevó a radicarse por un tiempo en Copacabana, en el departamento de Tinogasta de Catamarca donde conoció construcciones centenarias realizadas con técnicas de barro que lo movilizaron y lo llevaron a indagar en este camino de la construcción.
Antes había tenido una aproximación al ambiente de la construcción. En el 2003 y empujado por la situación económica salió a buscar trabajo y sólo consiguió como peón de albañil, pero lejos de significarle un castigo fue una apertura a un mundo que entendió era el suyo. En realidad, uno de los mundos, porque proviene de una familia de artistas y músicos, él es guitarrista y luego de pertenecer a distintas formaciones ahora busca su camino en soledad como cantautor. Pero esa es otra historia.
Matías Maiza tiene hoy 35 años y junto a Sebastián Peña, un amigo de la infancia y compañero de trabajo, fundaron “Albañiles de la tierra” una empresa que hace construcciones en barro y técnicas de adobe que en realidad son milenarias. Hay registros históricos de construcciones del hombre con barro, madera, paja, y mezclas de tierra; que ahora están retornando.
Es que en los últimos años se produjo un “llamado de la tierra”, un giro ecologista, de equilibrio natural que va ganando terreno y en ese marco también se piensa viviendas ecológicas y más equilibradas con el contexto.
“Para muchos ir a trabajar a la construcción es un castigo para mí fue algo muy positivo, me abrió muchas puertas, fue algo muy interesante” recuerda y menciona el día que conoció las casas de adobe “cuando las conocí me enamoré y entendí que tenía que hacer eso, el barro fue algo que me conquistó ver que ese material estaba al alcance de la mano”, le dijo a OESTE BA.
De regreso en Trenque Lauquen comenzó a construir “hornos de barro y haciendo mezclas de tierra para aprender. Así pude entrar en muchas casas, y empecé a fomentar la construcción en barro, hasta que una vez una persona dijo que quería hacer un baño para la pileta, y después salió una ampliación y después una casa”.
Técnica para la región
Albañiles de la tierra tiene un video en youtube sobre la construcción, aunque Matías aclara que ese trabajo se hizo con las primeras casas construidas en las que utilizaban una técnica de ladrillos de barro que hoy ya no usan, sino que ahora hacen estructuras de madera que van mejor con esta región.
“De a poco la gente empezó a creer porque empezamos a mostrar resultados, al principio muchos pensaban que estábamos locos al querer hacer casas en barro, aún hoy muchos se sorprenden. Es un choque fuerte porque hay muchas publicidades que destacan los avances tecnológicos para la construcción pero la tierra tiene tanta fuerza que habla por sí sola”.
En Trenque Lauquen hicieron ya una docena de construcciones y ahora están trabajando en la zona rural y en la región. “Muchas personas mayores nos miraban con caras raras pero hoy de a poco se van dando cuenta. La tierra habla por sí sola”.
Las bondades de este tipo de construcción son muchas dice: “Una de las cosas importantes es que la tierra regula la humedad interior de forma natural, durante todo el año la humedad ambiente interior está entre un 45 y 55% es la máxima variable, tenés un aire puro la humedad justa que necesitamos. Las viviendas con humedad generan enfermedades y distintos problemas”.
El barro “tiene una masa térmica que hace que la temperatura se mantenga en verano es fresca y en invierno es calentita y es un gran ahorro de energía, más aún si lográs una orientación hacia el sol”.
El material “no genera electricidad estática en la casa y eso hace que todo el polvillo flotante caiga al piso por gravedad entonces el aire es muy puro, se dice que es como una segunda piel, como un filtro natural”.
Por otro lado los costos son menores, y además invita a la autoconstrucción. “Hemos cambiado la técnica ahora hacemos una más aplicable a nuestra zona que tiene una estructura de madera”. Entre sus obras se encuentra el estudio de grabación Tierra Viva “sabíamos de la acústica que da el barro es incomparable, la pared absorbe el sonido, no rebota”.
En el final, Maiza señala que esta construcción genera “un hábitat saludable y más económico. Es una construcción en armonía con la naturaleza”.