Una familia tipo necesitó $ 38.960,33 para no ser pobre y $ 15.584,14 para no caer en la indigencia, informó hoy el Instituto Nacional de Estadística
Una familia tipo necesitó $ 38.960,33 para no ser pobre y $ 15.584,14 para no caer en la indigencia, informó hoy el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec).
El organismo difundió esta tarde el costo de la Canasta Básica Alimentaria (CBA) y Total (CBT), que durante 2019 sufrieron un incremento del 52,8%. De acuerdo al informe oficial, la CBA, que mide la evolución de los precios de productos alimenticios necesarios para la subsistencia y que marca el umbral por debajo del cual se cae en la línea de indigencia, registró en diciembre una suba del 3,2 %. En tanto, la CBT, que suma la indumentaria y los servicios y marca el límite de la pobreza, trepó un 3,6% en el último mes del año pasado.
De este modo, el aumento del costo de vida terminó un punto por debajo de la inflación: la semana pasada el Indec informó que el incremento del Índice de Precios al Consumidor (IPC) fue del 53,8% en todo el año, la cifra más alta desde 1991, cuando el país salía de la hiperinflación con la convertibilidad impulsada por Carlos Menem.
El organismo informó que para no ser pobre una familia tipo (integrada por dos padres y dos hijos) necesitó ingresos por $ 38.960, mientras que para no caer en la indigencia les hizo falta $ 15.584.
Según explicó el Indec, la canasta básica alimentaria «toma en cuenta los requerimientos normativos kilocalóricos y proteicos imprescindibles para que un varón adulto de entre 30 y 60 años, de actividad moderada, cubra durante un mes esas necesidades». Para ello se seleccionan alimentos y cantidades en función de los hábitos de consumo de la población. En tanto, para determinar la canasta básica total (CBT) se amplía la CBA considerando los «bienes y servicios no alimentarios», como vestimenta y servicios básicos.
La medición ha sido cuestionada por diferentes profesionales, por entender que la canasta básica no contempla los requerimientos de una dieta balanceada y su seguimiento genera problemas de salud.
El año pasado, expertos del Conicet llevaron a cabo un experimento en el que un grupo de voluntarios vivió únicamente con los alimentos prescriptos por la canasta básica: quienes se sometieron al estudio bajaron de peso y subieron el colesterol y los triglicéridos, y se sintieron sin energía.
Fuente DIB