Calamari, al borde de un juicio por estafa en la venta de la agencia

Calamari, al borde de un juicio  por estafa en la venta de la agencia

El empresario Miguel Calamari está al borde del juicio oral por estafa. El próximo 30 de junio se realizará la segunda audiencia para ofrecer prueba

El empresario Miguel Calamari está al borde del juicio oral por estafa. El próximo 30 de junio se realizará la segunda audiencia para ofrecer pruebas, paso previo al debate. El fiscal Guillermo Sancho acusó al expiloto de autos y a un hijo y su exesposa de haber vendido su paquete accionario en la agencia Renault de Santa Rosa a otro socio, hace tres años y medio, ocultando que tenía deudas por 24 millones de pesos y haciendo figurar que tenía en haber 600 planes de ahorro de vehículos, algo que era falso.

El empresario de Trenque Lauquen, Diego Kalhawy, lo denunció cuando se dio cuenta de que la central de Renault le descontaba dinero a la agencia por deudas que no tenía en cuenta. Las personas que figuraban como compradores de los planes de ahorro nunca habían suscripto las operaciones.

El comprador descubrió que Calamari le había ocultado un pasivo de 24 millones de pesos que tuvo que enfrentar como nuevo dueño de la agencia de Avenida Luro.

Kalhawy tiene otra agencia en Trenque Lauquen, la localidad del oeste bonaerense, era socio minoritario, poseía el 30% de las acciones de la agencia santarroseña. Pero en octubre de 2019 decidió ampliar su negocio: compró el paquete accionario de la agencia de la capital pampeana, se quedó con el 95% de las acciones.

Al poco tiempo, descubrió que había sido engañado. Terminó denunciando a los Calamari en la justicia penal, a fines de 2020. Calamari actualmente purga una condena acordada en un juicio abreviado el año pasado, por otra estafa, a dos años y cuatro meses de prisión condicional.

Los delitos imputados a Calamari prevén penas de entre 1 y 6 años de prisión. En los pasillos judiciales circuló la versión de que había iniciado conversaciones para arribar a un acuerdo económico, una forma de reparar el daño causado. Si se lograse ese acuerdo, podría suspenderse el juicio por extinción de la acción penal. De todos modos, solo son versiones: los pasos judiciales continúan y está firme la audiencia del próximo 30.

La tapadita

La investigación de la denuncia del nuevo dueño de la agencia está cerrada. El fiscal Guillermo Sancho ya elevó la acusación por estafa y falsificación de documentación. La semana pasada se realizó una primera audiencia, durante la que el funcionario judicial ofreció las pruebas y testigos que declararán en el juicio.

El defensor de Calamari, el abogado José Mario Aguerrido -y las defensas de los familiares, el hijo Agustín y la exesposa María Domínguez- ofrecerán prueba por su parte en una audiencia fijada para el próximo 30 de junio.

La maniobra denunciada por el nuevo dueño, básicamente, tiene dos ejes. En principio, cuando Calamari vendió, ocultó la existencia de una deuda prendaria de alrededor de 24 millones de aquella época. En síntesis, el comprador adquirió el paquete accionario con la idea de una situación económica y financiera de la empresa que no era real. De esa manera, una vez que tomó posesión, tuvo que hacerse cargo de pagar esas deudas.

Planes fantasmas

La otra maniobra denunciada es que Calamari, antes de vender sus acciones, suscribió 600 planes de ahorro de vehículos, pero luego se descubrió que las personas que aparecían como titulares nunca habían adherido a esos planes. Es decir: el nuevo dueño compró creyendo que iba a cobrar comisiones por el ingreso de las cuotas de esos planes, algo que no ocurrió. El comprador pensaba que contaba con un capital que se esfumó.

Según la investigación judicial, el nuevo dueño no terminó de pagar el precio pactado. Pero, de todos modos, sufrió un perjuicio patrimonial. La empresa Renault le descuenta de las comisiones de ventas las deudas que heredó de los Calamari.

Un antecedente

A fines del mes de marzo del año pasado, Calamari acordó un juicio abreviado y fue condenado a 2 años y 4 meses de prisión condicional por el delito de estafa. El exdueño de la concesionaria Renault de la capital pampeana admitió que falsificó firmas para obtener dos créditos bancarios por 8,6 millones de pesos en el marco de la debacle financiera de su empresa, hace ocho años.

Calamari estaba al frente de la concesionaria y en 2014 había lanzado su candidatura a gobernador por el Frente Renovador de Sergio Masa, actual presidente de la Cámara de Diputados, respaldado en ese momento por los diputados provinciales de Pueblo Nuevo, Darío Hernández y el pastor Daniel Robledo.

Sin embargo, sus problemas financieros y judiciales hicieron que bajara esa candidatura antes de las elecciones de aquel año. En mayo de 2017 la acusación del delito de estafa fue formalizada en la justicia. La maniobra, entre 2015 y 2016, fue por 8,6 millones de pesos, dos estafas en perjuicio del Banco de La Pampa, el Banco Macro y un particular, Miguel Díaz, uno de los más importantes dueños de agencias oficiales de Renault del país.

Calamari y su socio presentaron entre abril y mayo de 2015, con firmas falsificadas y folios apócrifos, una fianza a nombre de Miguel Díaz en el BLP por 1,5 millones de pesos en beneficio de Calamari. Además, presentaron una fianza similar, aunque para respaldar operaciones por 7,5 millones de pesos, en el Macro. También con firmas falsificadas y folios apócrifos.

Esto provocó que la firma Calamari S.A. se viera beneficiada por el monto antes indicado, con el consecuente perjuicio para los bancos, como para Miguel Díaz.

La causa se inició por la denuncia presentada por el apoderado del Banco de La Pampa, Raúl Alfredo García, en la que concretamente puso en conocimiento del hecho que damnificó individualmente al Banco.

Entre 2015 y 2016, el empresario y excandidato a gobernador emitió unos 200 cheques voladores que llevó a la firma de autos a un concurso preventivo. Se presentaron un total de 49 acreedores que reclamaron unos 80 millones de pesos.

Por otra parte, en la madrugada de setiembre de 2016, le quemaron un auto y parte del garage de la casa a la familia Calamari. Allí vivía María Domínguez, exesposa de Miguel Calamari y accionista en aquel entonces de la empresa concesionaria de autos Calamari, y sus hijos.

La investigación apuntó a que el ataque a la vivienda tuvo relación con la situación financiera del entonces titular de la concesionaria de autos. La familia Calamari venía siendo amenazada en los días anteriores.
Nota y foto El Diario de La Pampa