Carabelli vuelve a construir casas sociales para la Municipalidad

Por: Dardo Lambertt El regreso menos pensado del año es el de José Carabelli. La irrupción del ex Secretario de Obras Públicas municipal en la escena pública doméstica se anota entre los grandes acontecimientos de un año que recién comienza pero que promete dar que hablar. Para los desprevenidos les…

Por: Dardo Lambertt

El regreso menos pensado del año es el de José Carabelli. La irrupción del ex Secretario de Obras Públicas municipal en la escena pública doméstica se anota entre los grandes acontecimientos de un año que recién comienza pero que promete dar que hablar.

Para los desprevenidos les decimos que la Municipalidad licitó la construcción de 56 casas para entregar en un año con plata nacional y esa obra la dirigirá José Carabelli, a cargo de la construcción de AMOC. Desembarca en la construccion para la Municipalidad luego de la finalización de la gestión Feito y en un área que conoce hoy quizás mejor que nadie en el distrito y en una amplia región: hacer casas.

Carabelli encontró el éxito y el reconocimiento en su labor profesional en un escenario único: el gobierno ascendente de Jorge Barracchia y muchos planes de viviendas locales y nacionales. En aquellos años las viviendas se contaban como caramelos y se plantaban en la incipiente Ampliación Urbana y otros sitios urbanos. Según su propio currículum público, levantó en la Municipalidad en 6 años (2 con Barracchia y 4 con Feito) 1200 unidades habitacionales entre el Plan Federal y el círculo cerrado. A ese número le suma 673 que también hizo con AMOC por lo que con su flamante regreso estará superando el umbral de las 2 mil viviendas, un récord personal difícil de superar.

Según ese mismo currículum público también hizo muchas obras en jardines maternales, hospitales, escuelas, etc. pero en una ciudad donde la demanda habitacional tiene casi características de emergencia su presentación se reduce a un hacedor de casas, lo que no es poco decir; muy por el contrario lo eleva a un estatus casi único.

Carabelli fue además de un constructor inquieto, una de las espadas políticas y mano derecha del ex intendente Raúl Feito, y su rol de jefe de Gabinete y omnipresente, sumado al título de presidente del PJ, le hizo pagar los platos rotos de una gestión que tuvo zigzagueos de orden político propiciados por el entonces mandamás en un contexto de división del peronismo nacional y provincial, y terminó barriendo con todo: su imagen política y su obra.

Fue el comienzo de un capítulo oscuro para Carabelli. Con fuego amigo y externo se puso en tela de juicio las obras y hasta lo denunciaron. A la luz de los hechos, y con los años transcurridos la obra del arquitecto  debe ser puesta en valor y aún aquellos que desde el periodismo también hicimos alguna crítica quizás reconocerle su valía, no tiene nada de malo reconocer cuando uno se equivoca.

También la Municipalidad lo está haciendo ahora. Durante muchos años casi no se lo podía nombrar a Carabelli y más de uno se sentía incómodo (no el intendente) cuando lo convocaban a actos públicos en los que se inauguraban obras que había empezado Feito y terminó Fernández. Ahora es convocado como un salvador: Tampoco tiene nada de malo que la Comuna reconozca que no le terminó de encontrar la mano al sistema de construcción de casas por administración. En ninguna de las entregas quedó exenta de quejas de vecinos por los plazos de obra, calidad de construcción, pisos, techos, agua, etc.

Ahora hablemos del terreno político. Carabelli es un joven veterano. Aunque decidió pasarse a retiro y al ostracismo, tiene poco más de 50 años y es indudablemente un faro político en medio de la desconcertante oposición local. A fin de año se sentó a comer un asado con un grupo de peronistas que se denominan la 12 de Abril y la foto corrió como reguero de pólvora por todos los grupos de WhatsApp políticos. Todos hicieron foco en él; nadie reparó quiénes más integraban esa mesa como comensales.

Habría que preguntarse si Carabelli vuelve a la escena pública sólo a levantar casas o plantarse como un referente político, aunque no parece hoy que ésa sea su misión. Su desembarco, es el ideal. A él lo fueron a buscar para solucionar un problema que es hacer casas, a diferencia de otros políticos su regreso no es forzado ni pidiendo permiso,  sino que se lo pidieron.

Si su intención también fuera política, a su favor cuenta con que el peronismo que dejó y por el que era muy criticado es hoy mucho más desorganizado, fragmentado, dividido y tambaleante que el que supo dirigir. Sobre la mesa, tiene varias cartas para jugar en un año que recién comienza. ¿Qué decidirá sobre su futuro? Por ahora sabemos que Carabelli vuelve a hacer casas para la Municipalidad.

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