Este martes se celebra el Día sin WiFi en todo el mundo, para visibilizar acerca del riesgo al que están expuestas las personas conectadas a internet.
Cada 8 de noviembre se celebra el Día Mundial sin WiFi, una fecha establecida por la Federación Ambientalista Internacional (FAI) desde 2016, para visibilizar acerca de los riesgos que conlleva conectarse a internet a través de este sistema inalámbrico.
De esta manera, se trata de una iniciativa para dar a conocer los peligros de las radiaciones por conexión inalámbrica y la alternativas existentes para conectarse de una manera sana a través de cables y fibra óptica que eliminan la radiación y son más eficientes.
Esta efeméride tiene su opuesta: cada 20 de junio es el Día Mundial del Wifi, una jornada convocada a celebrar esta tecnología y colaborar a instalar redes Wi-Fi que conecten a comunidades no conectadas en todo el mundo.
¿Qué es el WiFi?
El WiFi es un sistema de comunicación inalámbrico que envía paquetes de datos por microondas de alta frecuencia utilizando como emisor un router. Se trata de una tecnología realizada para brindar conexión inalámbrica a diversos dispositivos a través de dos frecuencias: una de 2,45 GHz y otra de 5,1 GHz.
Este martes se celebra el Día sin WiFi en todo el mundo, para visibilizar acerca del riesgo al que están expuestas las personas conectadas a internet.
Este martes se celebra el Día sin WiFi en todo el mundo, para visibilizar acerca del riesgo al que están expuestas las personas conectadas a internet.
¿Por qué el WiFi pone en peligro la salud?
La Agencia Internacional de Investigación del Cáncer, declararon en 2011 que las ondas electromagnéticas generadas por las radiaciones que expulsa el sistema de WiFi, son «posibles carcinógenos del tipo 2B en seres humanos».
Sin embargo la Organización Mundial de la Salud (OMS), sostiene que la principal consecuencia de la interacción entre la energía radioeléctrica y el cuerpo humano sería el calentamiento de los tejidos, por lo que habría que ser precavidos pero no estar preocupados.
En ese sentido, es importante reconocer que la radiación inalámbrica que emiten las redes de WiFi es mucho más débil que la de otros objetos tecnológicos como pueden ser un teléfono o una computadora. Además, y si la fuente de radiofrecuencia no está pegada a la cabeza el nivel de exposición sería, insignificante.
El WiFi se encuentra dentro del rango de las ondas «inofensivas» por su bajo nivel energético. Sin embargo, para aquellas personas que prefieren llevar a cabo algunos hábitos para evitar la exposición se recomienda:
Colocar el router de WiFi a un metro de los lugares donde se permanezca más tiempo en la casa, como pueden ser un sillón, la cama o la mesa.
Apagar el router antes de dormir o cuando no esté en uso.








