Diseño creativo en 3D: la historia de Lucas Deza, de Trenque Lauquen al mundo

El joven profesional de 37 años dejó atrás los trabajos tradicionales para crear su propio universo creativo. Con tres emprendimientos distintos y clientes en CABA y distintos lugares del planeta, demuestra que la innovación no tiene fronteras.

Lucas Deza nunca imaginó que su pasión por desarmar y armar juguetes de chico lo llevaría a tener clientes en tres continentes. Diseñador industrial egresado de La Plata, este trenquelauquense de 37 años logró construir un negocio internacional desde su taller repleto de impresoras 3D, donde crea desde esculturas de Los Simpson hasta proyectos para restaurantes porteños.
«De chico jugaba mucho con juegos, con ladrillos, armaba, desarmaba. Y cuando descubrí que esto era lo mío, de acá no me muevo», recordó durante una entrevista con la FM Tiempo 91.5, donde explicó cómo la carrera de Diseño Industrial se convirtió en su camino natural tras considerar inicialmente arquitectura, la profesión de su padre quien se destaca en ese terreno.
Deza maneja desde su taller tres líneas de negocio completamente diferentes: diseño de restaurantes y locales comerciales, creación de esculturas artísticas y fabricación de juguetes coleccionables. «Tengo tres emprendimientos, entonces voy todo el tiempo alternando los trabajos», explicó.
Entre sus trabajos más llamativos se encuentra la creación de 850 figuras del gato chino Maneki-neko para un restaurante de sushi con múltiples sucursales en la zona norte del Gran Buenos Aires. «Era todo una locura. Una vez que quedó, nada, fuera. Era todo el taller invadido de gatos», recordó sobre aquel encargo que lo obligó a comprar cuatro impresoras 3D para cumplir con los plazos.
Su especialización en diseño de restaurantes y locales comerciales lo llevó a trabajar no solo en Capital Federal, sino también para empresas de otros países, siempre manteniendo su base operativa en Trenque Lauquen.
EL FENÓMENO SIMPSON

Uno de los aspectos más particulares de su trabajo es su línea de esculturas inspiradas en Los Simpson, que comenzó como un hobby en 2013 y se convirtió en un negocio con seguidores fieles en Argentina, Estados Unidos, Australia y Canadá.
«No hago personajes. Hago situaciones muy particulares. Objetos que solamente quien ve a los Simpson así de reojo no se da cuenta que es de Los Simpson», explicó sobre su enfoque artístico, que apunta a fanáticos verdaderos de la serie.
El diseñador, que creció viendo la serie y la considera «religión», logró identificar un nicho específico en el mercado internacional. «Ya tengo más de 60 figuras que he hecho y he replicado. Siempre hay uno que dice ‘che, me hacés tal cosa’ y evalúo yo si realmente ese producto va a tener salida o no», detalló sobre su estrategia comercial.
La incorporación de impresoras 3D revolucionó completamente su metodología de trabajo. Explicó que anteriormente trabajaba con resina y pintaba a mano cada pieza, lo que limitaba su capacidad de replicación. «Con el 3D puedo replicar el objeto. Para un local, sobre todo, si es un objeto único, se hace ese objeto solo y ya queda», describió.
Sus impresoras utilizan PLA, un plástico no tóxico fabricado a base de trigo y maíz, que le permite crear piezas seguras y duraderas. El proceso, según explicó, funciona de manera similar a una impresora doméstica: se diseña el objeto, se procesa a través de un software especializado y la máquina lo construye capa por capa.
La inteligencia artificial como herramienta
Deza ve en la inteligencia artificial una herramienta complementaria más que una amenaza. «Lo que hago con la IA es para editar fotos de los productos que diseño o para que me haga un boceto rápido de lo que me pide un cliente», explicó, aclarando que la utiliza para ahorrar tiempo en tareas que antes le demandaban horas.
«Si un cliente me pide un personaje random – quiero una pelota de fútbol con un gorro y con anteojos de sol y que sea de México y con bigote – se lo puedo dibujar, pero el tiempo que pierdo en eso lo puedo dedicar a otras cosas», detalló sobre cómo optimiza su proceso creativo.
EL FUTURO DEL DISEÑO DESDE EL INTERIOR
Para el entrevistado, trabajar desde Trenque Lauquen no representa una limitación sino una ventaja competitiva. Mantiene contacto directo con sus clientes a través de videollamadas cuando no puede encontrarse personalmente, y su propuesta de personalización profunda le permite diferenciarse en un mercado cada vez más competitivo.
«Lo que yo hago siempre con el cliente es conocerlo, ver cuál es su idea, cómo es su personalidad, cómo es su emprendimiento, y en base a eso hacer un producto», explicó sobre su metodología de trabajo, que combina técnica, arte y psicología del consumidor.
Ahora, como su rol de padre le cambió el enfoque sobre las cosas, diseña juguetes en 3D para utilizar las manos y la imaginación, en la búsqueda de crear oasis para los niños y alejarlos al menos un rato del océano digital de las pantallas. Tiene tres cuentas en Instagram, una para cada emprendimiento que desarrolla.
La historia de Lucas Deza, como la de tantos jóvenes profesionales exitosos de nuestro pueblo, marca el crecimiento y el desarrollo puede impulsarse también desde el interior.

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