Eduardo “Tronco” Maya un histórico de los gastronómicos y un tipo muy solidario

Eduardo “Tronco” Maya un histórico de los gastronómicos y un tipo muy solidario

Días pasados recibió un homenaje de sus pares, los más jóvenes, en la tradicional fiesta de los gastronómicos. Eduardo Tronco Maya nunca pierde su hum

Días pasados recibió un homenaje de sus pares, los más jóvenes, en la tradicional fiesta de los gastronómicos. Eduardo Tronco Maya nunca pierde su humildad y sencillez durante su relato, para repasar su vida. Es como un prócer en el ámbito de la gastronomía y pero además es un tipo muy solidario.

A los 75 años no está retirado. Sigue organizando algunos eventos y continúa dice estudiando cocina. Fue además, una de las manos que hicieron grande a la Casa del Niño, con acciones solidarias en las que aún sigue, ya que de vez en cuando alguna institución le pide ayuda para cocinar algo.

Ayer habló en OESTE BA RADIO DE FM OMEGA “fue una gran alegría el reconocimiento de los más jóvenes, muchos de ellos trabajaron conmigo cuando eran jóvenes, todos en este ambiente comienzan de muy chicos y hoy todos ellos son empresarios” dijo sobre el reconocimiento que recibió junto a Ricardo Rosas y Ema Butler.

“Sigo vinculado aunque no se trabaja como antes porque la pandemia complicó todo, sin embargo una vez por mes asumimos un servicio, antes hacíamos muchas cosas pero ahora tratamos de hacer pocas. Hace 34 años los martilleros hacen una cena mensual y nosotros vamos a cocinar todos los meses”.

-¿Cómo fueron tus inicios?

-De chico todos salimos a lavar copas, a barrer la vereda de la confitería. Después en el club de polo cortaba el pasto y de a poco iba haciendo fiestitas, durante muchos años trabajamos también en la zona.

-¿Cuál fue tu primer trabajo?

-En La Nobel (ahora es Trezzo) tenía 17 años, me había ido de mi casa, me encontré con un amigo y le conté que buscaba trabajo, me consiguió de lava copas en ese lugar. Después me convocaron de la confitería de La Terminal. Eso era en 1960. De a poco fui comprando los utensilios para brindar servicios, después puse restoranes y rotiserías.

Del servicio de mesas pasó a la cocina “compré libros de cocina e hice cursos en Buenos Aires, aún sigo leyendo sobre cocina, y como todo en la vida si lo haces todos los días vas aprendiendo más”.

Pero la gastronomía es un trabajo ingrato “este es un trabajo que no tiene días feriados, no tenés fines de semana, siempre andas corriendo. En la fiesta del gastronómico hablábamos de que es un trabajo difícil porque para los jóvenes no pueden salir a divertirse, tienen que trabajar los fines de semana. Antes la gente salía más y cenaba en los restoranes ahora no es tan fácil salir a cenar, por eso hay pocos en Trenque Lauquen. También hay que empezar y generar gente nueva en el ambiente hoy no hay”.

LA CASA DEL NIÑO

Su nombre está muy vinculado a la Casa del Niño “soy ex alumno de la casa del niño y es un lugar que no sólo me dio de comer sino que me enseñó muchos valores en la vida, no te podes olvidar nunca de la casa del niño, hicimos una comisión y construimos la pileta y el gimnasio cerrado. Logramos muchas cosas, hacíamos los ñoquis del 29, vendíamos locro y otras cosas”.

“Muchas veces nos llamaron para colaborar del CEF de los bomberos de Beruti y distintos lugares, para cocinar un locro o mondongos lo que fuera. Cuando vos venís de abajo te sale ser solidario”. El año pasado cocinó mondongo para los bomberos berutenses.

“Trabajé de albañil, cargando bolsas y distintas cosas, de todas fue lo que más me gustó es esta. Cuando no tenés trabajo no podes salir porque no tenes plata, eso pensaba cuando era joven entonces siempre prefería trabajar en el ámbito gastronómico. Un día mi nieto de 15 años me escuchó que iba a pasar un presupuesto para Navidad y me dijo que no trabaje más esos días, así que no lo hice más. No es fácil, hay que pasar los cumpleaños y los días especiales trabajando”.

“Nosotros le ponemos lo mejor de las ganas a esto y nos ayuda a vivir” concluyó.