El pastor del Centro Familiar Cristiano, Mario Urroz, instó a bajarle el tono a la controversia contra la serie televisiva El Reino cuya puesta al ai
El pastor del Centro Familiar Cristiano, Mario Urroz, instó a bajarle el tono a la controversia contra la serie televisiva El Reino cuya puesta al aire en la plataforma Netflix generó el rechazo de las Iglesias Evangélicas porque genera un estereotipo sobre los pastores vinculados a la política, el poder, el dinero y la corrupción.
La Alianza Cristiana de las Iglesias Evangélicas de la República Argentina (Aciera) acusó a los creadores de la serie de Netflix, «El Reino», de «usar el arte» para «crear en el imaginario popular la percepción» de que sus pastores «solo tienen ambiciones de poder o de dinero» e incluso hubo declaraciones de iglesias de la región como en Rivadavia, también contrarias a la serie.
Sin embargo, el religioso local consultado en el programa OESTE BA RADIO DE FM OMEGA, dijo que con estas manifestaciones sólo se le da publicidad a la tira cinematográfica.
“Hay varios puntos para aclarar sobre esto. La primera es que el comunicado es de una parte de las iglesias evangélicas a la que no pertenecemos nosotros; por otro lado la ficción muestra los problemas en una persona no en la religión” dijo Urroz y aclaró que en Argentina no hay tradición de pastores vinculados a la política.
“Aquí la gente nos conoce, sabemos como trabajamos y esas cosas no pasan en nuestras iglesias” sostuvo.
“Es una ficción y no hay que darle esa trascendencia”, dijo en la entrevista radial, “ahora tienen más promoción, no deberían haber salido a hacer esas declaraciones porque le dan más importancia”, concluyó.
«El Reino» cuenta la historia del pastor Emilio Vázquez Pena, encarnado por Diego Peretti, y cómo su vida y la de su entorno familiar se ven sacudidos a partir del atentado contra el candidato a presidente de la república: tras el horror, llega la oportunidad, y el religioso podría convertirse en el máximo mandatario de la Nación. Entre intrigas, Emilio intentará descifrar las causas del crimen y a su instigador, todo mientras el ojo público escudriña entre sus secretos y los de la lucrativa iglesia dirigida por la familia.