Emilio Wiñak, el Maradona de la canaricultura

Escribir en Google, las palabras canaricultura y Emililo Wiñak, arroja resultados que pueden resultar asombrosos. Calificaciones como “maestro”, “el más destacado”, el “múltiple campeón” y otras manifestaciones similares aparecen como flashes en las búsqueda. Es que este vecino que llegó de grande y casi por accidente a esta actividad del…

Escribir en Google, las palabras canaricultura y Emililo Wiñak, arroja resultados que pueden resultar asombrosos. Calificaciones como “maestro”, “el más destacado”, el “múltiple campeón” y otras manifestaciones similares aparecen como flashes en las búsqueda. Es que este vecino que llegó de grande y casi por accidente a esta actividad del cuidado y crianza de las aves, es considerado el Maradona del ambiente y un referente clave para todo el que quiera emprender este camino.

Con más de mil medallas ganadas, decenas de trofeos arrumbados en una habitación y cientos de millas y sellos de aeropuertos de todo el mundo en su pasaporte, Wiñak goza de un reconocimiento externo que supera con holgura la consideración doméstica que quizás se pueda tener de su actividad que al no ser tan popular como el fútbol o el automovilismo, quizás no tenga mayor relevancia en sus propios pagos. Ya lo dice la sabiduría popular, nadie es profeta en su tierra.

En este momento de su vida, con 61 años y emprendiendo un proyecto comercial nuevo, ha decidió desacelerar en su vertiginosa carrera como canaricultor donde fue campeón nacional durante 13 años consecutivos, un récord inédito en todo el planeta; además de obtener campeonatos internacionales y distintos certámenes. Hoy, su participación está más centrada en la venta de reproductores, usufructuando el prestigio ganado durante estos años.

Wiñak recibe a este diario en el criadero de su propiedad, ubicado en el centro de la ciudad para contar su historia con los canarios “que fue un flechazo, un amor a primera vista” recuerda. Pero si bien, escribió su nombre con letras de molde en el ambiente, llegó de grande a él, casi a los 40 años cuando ejercía su oficio de panadero donde tenía como cliente al vecino Martín Lanz  que entre charlas de pan le comentó sobre su hobby de criar canarios “siempre me gustaron los pájaros en general, para observarlos, mirarlos y admirarlos” le dijo a OESTE BA.

Visitó la casa del empleado bancario que en un lavadero tenía los animales “fue amor a primera vista, me mostró que estaban anillados para competir. Yo no sabía lo que era un criadero, ni una competencia nada. Le pedí que me vendiera una pareja para poder obtener crías. Los tuve en la panadería hacía calor y no era un lugar adecuado, así que no saqué ni uno pero esto ya estaba en mí, así que de a poco fui creciendo, después creamos la Asociación Trenquelauquense en la que soy socio fundador y en 1997 ya estaba compitiendo”.

Un año después de haber conocido los canarios se anotó en los torneos y al cuarto año ya se consagró campeón, obteniendo un título que no dejó hasta 13 años después, no hay antecedentes en el país ni en el mundo de un ganador consecutivo de tantos años. Dominó con comodidad la escena nacional y también aparecieron luego los logros internacionales.

Los canarios compiten por su plumaje. Hoy hay unos 750 colores. En su época de esplendor, Wiñak llegó a tener 2 mil animales de 100 colores distintos en más de 450 jaulas. Hoy sólo tiene 150 pájaros “cada vez tengo menos, me quedaré con algunos pocos porque es una pasión pero ya tengo 61 años y otros proyectos comerciales que me llevan mucho tiempo”.

“Nunca pensé salir campeón mundial, sólo para salir campeón argentino tenés una competencia grande” dice el entrevistado que conoce gracias a los pájaros parte de Europa y de América del Sur.

A partir del 2013 “comencé a competir menos y tener menos pájaros, había pasado a ser una actividad estresante y yo quería que fuera un disfrute, no quería sufrirlo, hoy compito con 20 pájaros y listo, a veces me va bien y otras no tanto, he vendido mucho y hoy en cada criadero de la Argentina directa o indirectamente hay sangre de algún reproductor mío”.

Es un referente ineludible de la canaricultura nacional “pero no es una actividad popular como para que la gente lo conozca”  y dijo que cuesta la renovación en el ambiente “es un deporte caro, hay mucho de proteínas, vitaminas y medicación para los pájaros que no es barato”.

Es un caso extraño, de alguien que llega de grande a una actividad y se convierte rápidamente en un referente nacional. “Esto fue el amor a primera vista, yo logré enamorarme de esto, criar pájaros y obtener campeones. La genética es complicada en los canarios” y dice que seguirá con menor ritmo hasta que pueda. Agradece a su esposa Fabiana Corral por “el aguante” y señala que sus hijos no siguen su pasión “pero a las nietas les gusta” se ilusiona.

“Quizás a uno le gustaría tener más reconocimiento por lo alcanzado; veo que muchas personas que obtienen logros en sus actividades se los reconoce. Los canaricultores no participan  de eventos o reconocimientos deportivos en Trenque Lauquen. No pasa lo mismo en otros lugares, donde se reconoce la trayectoria y los títulos alcanzados”.

Si bien cada vez tiene menos unidades, aún conserva la infraestructura de las épocas de apogeo, por lo que las paredes de su criadero, que fue una vieja panadería, están cubiertas de jaulas que cubren toda la superficie pero ahora en silencio, como una imagen de un tiempo glorioso suspendido en el tiempo.

Julio De Vido y las viviendas

Emilio Wiñak fue militante radical y concejal de esa fuerza política. Sin embargo, es un personaje de primerísimo nivel en una curiosa historia que involucra a los canarios, al ex Ministro Julio De Vido y un plan de viviendas que llegaron a Trenque Lauquen. Es decir, actuó sin banderías políticas ni mezquindades, como debe ser y no debería ser noticia en un contexto racional.

Si bien la historia es conocida para los más grandes, no todo el mundo la sabe, y en esta oportunidad Wiñak contó todos los detalles.

El por entonces intendente Barracchia quería obtener un plan de viviendas para Trenque Lauquen y las gestiones debía realizarlas en el Ministerio de Planificación, y la llave fue la pasión del por entonces ministro De Vido, por los canarios, y su fanatismo por el Maradona de los canarios.

 “A mi no me interesa lo que hizo o pudo haber hecho como ministro, no me voy a meter en eso; nunca fui su amigo; me pidieron un favor por el interés del pueblo y lo hice por Trenque Lauquen, yo era concejal del distrito no de un partido político”, dice Wiñak hoy. Barracchia le pidió que lo acompañara al Ministerio donde se pactó un asado en la quinta del funcionario kirchernerista, estaba en juego la aprobación de un paquete de viviendas que eran muy necesarias.

“Barracchia sabía que era una gran oportunidad para obtener las viviendas. Viajamos los dos con su chofer, llevaba decenas de carpetas y cajas con todo lo relacionado a la ampliación urbana para poder pedir las casas” sigue el relato Wiñak que ese día le llevó de regalo un pájaro a De Vido “un gran campeón argentino” pero un accidente con esas carpetas y cajas sobre el asiento trasero del auto dejó sin aire al pájaro que llegó sin vida “es una parte que no me gusta contar mucho” ríe.

El asado se hizo y las casas llegaron “muchas más de las que pensaba Barracchia cuando viajamos. El ex intendente nunca fue de reconocer los méritos de los demás, sin embargo siempre destacó mi accionar de acompañarlo en esa ocasión”. Cuando De Vido visitó Trenque Lauquen, se hizo una escapada y visitó el criadero de Wiñak. “Por esta actividad conocés mucha gente, también tengo relación con el Juez Federal Ariel Lijo, que ha venido varias veces a Trenque Lauquen y a mi casa”.

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