El ex prosecretario administrativo del Concejo Deliberante y militante del espacio Evolucón Radical, Khalil Gómez, posteó en las redes sociales una reflexión acerca de qué está en juego en la interna de la UCR e instó a dejar atrás el perfil “sumiso” del centenario partido dentro la coalición opositora.
“El 21 de marzo los radicales tenemos la oportunidad y desafío de cambiar el rumbo en la Provincia y nuestro Distrito; la UCR es un partido orgánico que dirime posiciones históricamente en internas y ésta no será la excepción, ya sea por decisión o empujados a hacerlo. Es saludable también tenerlas”, señala el texto.
“Y me planteo en forma personal los por qué y para qué…
Este 21 queremos dar un giro y volvernos los protagonistas de un radicalismo que aprendió del pasado y mira el futuro. Un Comité de puertas abiertas que los incluya a todos y no condene y persiga al disenso, ocupándose de achicar y achicar. Hay grandes valores en todos los espacios, pintar enemigos no hace más que debilitar.
Nos hace falta un radicalismo que ponga los pies en la tierra y pueda oler a pueblo, porque en definitiva es ahí donde uno, como militante, debe estar. Y para estar cerca de la gente es indispensable hacerlo todo el año y en cada rincón de las localidades; los subcomités tienen que estar abiertos de par en par para ser órgano de resonancia.
Vamos en busca de una UCR aferrada a su centenaria historia, pero que se plantee la evolución. Queremos encontrar una bandera que se internaliza en los problemas actuales y se planta con propuestas para sortearlos. Evolucionados podremos ir por otro centenario de historia, pero sobre todo al lado de las demandas.
Queremos dejar atrás el papel sumiso de entregar la estructura y venir como furgón de cola acatando las órdenes. Porque queremos y podemos ser pieza clave de Juntos por el Cambio, sabiendo reconocer en qué nos equivocamos como fuerza de gobierno y volviendo a plantar a los radicales como la esperanza. Lo hicimos en el 83’, tenemos que tener el compromiso con la Republica de volver a hacerlo.
Esos militantes que quedaron fuera, desencantados con nuestro rol y la defensa a ultranza de las decisiones erróneas tienen que poder fiarse de que no volveremos a agachar la orejas y que más bien, seremos timón de las banderas de lucha que siempre tuvimos.
En el radicalismo, no puede volver a jugar la lapicera y todos nuestros liderazgos deben ser desafiables en las urnas. Cuanto más horizontal sea el liderazgo, más fuerte y confiables seremos. Mucho menos debemos permitir que figuras ajenas decidan por nosotros o jueguen a los apoyos. De lo contrario estaremos relegando también nuestro funcionamiento.
Por último, el 22 debe encontrar un radicalismo unido que se construya como la verdadera alternativa de cara al 2023 y que los argentinos ya no tengan que votar lo menos peor”.