Hace casi cuatro meses difundimos un comunicado, que extractamos aquí, porque condensa lo que seguimos pensando, reforzado por los hechos trans
Hace casi cuatro meses difundimos un comunicado, que extractamos aquí, porque condensa lo que seguimos pensando, reforzado por los hechos transcurridos desde entonces en el increíble «juicio de Vialidad» (nunca mejor usado el término «increíble», es decir no creíble, asombroso por la parodia de justicia que representa, insólito por el bastardeo del estado de Derecho). Sea cual sea la decisión del TOF N°2, no será posible concluir unánimemente que los jueces Rodrigo Giménez Uriburu (el del mate con el logo del equipo de fútbol Liverpool, animador del torneo de la quinta «Los Abrojos» de Mauricio Macri), Jorge Gorini y Andrés Basso han obrado conforme a Derecho: si condenan (como suponemos el 99.99% de la población) será sin pruebas; si absuelven, justamente porque los fiscales Luciani (otro jugador del Liverpool) y Mola no aportaron pruebas y no pudieron replicar los argumentos defensistas que pulverizaron la acusación, la mitad de la sociedad (influida por los medios de comunicación que impulsan la persecución antijurídica, los cuales ya anticipan la cantidad de años de pena) pensará que es escandaloso…
Decíamos el 7 de agosto de 2022:
«Con pruebas: todo contra cualquiera; sin pruebas: nada contra quien sea
Hace años que venimos denunciando el lawfare, la «guerra jurídica» contra opositores por fuera de cualquier Código, violentando una y mil veces la Constitución. (…) Desde nuestra formación como Organismo de DDHH, hace 22 años, venimos luchando contra la impunidad de los asesinos genocidas y de cualquier agente estatal que pudiera haber cometido ilícitos. No nos pueden correr con el cliché de que «defendemos delincuentes», y menos que menos apurarnos con la frase hecha de que «pretendemos que un gobernante zafe de sus responsabilidades penales, por delitos cometidos durante su mandato». Hemos sido tenazmente independientes de cualquier sostén económico por parte de toda gestión gubernamental (local, provincial, nacional) desde el año 2000 hasta hoy, de manera que no le debemos nada a ningún dirigente político, de cualquier partido, alianza o frente.
La tergiversación cada día más grave del funcionamiento del Poder Judicial y del Ministerio Público Fiscal, por voluntad y/o compromisos adquiridos de unos pocos funcionarios/as que sin embargo ostentan cargos clave para el direccionamiento de las decisiones judiciales, nos pone a cada ciudadana y cada ciudadano en un estado de indefensión creciente: lo único que falta escuchar, frente a la observación de imputados condenados sin pruebas es «Algo habrá hecho…» o «Por algo será…».
El lawfare, nutrido con jueces poco o nada imparciales, fiscales que gesticulan y gritan para ocultar la falta de pruebas que sustenten su acusación, afamados odiadores que impostan ser comunicadores sociales (en canales de televisión, radios, medios gráficos, y/o redes sociales), y dirigentes políticos demasiado sensibles a intereses foráneos, es un caldo de cultivo para la descomposición del sistema democrático, hasta vaciarlo de cualquier contenido fundado en el estado de Derecho».
¿Qué se puede agregar en diciembre de 2022? Que lo que haga el Tribunal Oral Federal N°2 no será justicia, sino otro gesto de obediencia al poder económico más concentrado (los verdaderos «dueños» o «amos» de estos jueces y fiscales). Qué pena por la República, cuán preocupante por el futuro de nuestra democracia, adónde ha ido a parar la noción de Justicia (se la ve de espaldas a la sociedad, tal vez porque huye de funcionarios judiciales que la avergüenzan).
Texto de la Comisión por los Derechos Humanos de Trenque Lauquen.