La lucha de los cuentapropistas que vieron detenerse su trabajo de la noche a la mañana

De la noche a la mañana Darío Nieva suspendió todos los recorridos de las 8 de la mañana de alumnos que abordaban su auto para ir a la escuela, también dejaron de llamarlo las personas mayores para las visitas médicas o al supermercado y hoy ya nadie lo convoca. Es…

De la noche a la mañana Darío Nieva suspendió todos los recorridos de las 8 de la mañana de alumnos que abordaban su auto para ir a la escuela, también dejaron de llamarlo las personas mayores para las visitas médicas o al supermercado y hoy ya nadie lo convoca. Es remisero y propietario de una agencia local que está vacía porque la gente no circula.

El caso de Darío Nieva no es el único. Peluqueros, albañiles, electricistas, manicuras, etc. están de brazos cruzados en sus casas. La gente no sale y no contrata servicios. Se trata de rubros además que vienen muy golpeados por la crisis económica y la caída del consumo y ahora por el coronavirus están totalmente “parados”. Miran con expectativa los anuncios del gobierno de un bono de salvataje pero saben de todos modos que se vienen tiempos muy difíciles porque no se trata de vecinos que puedan tener respaldo financiero para “aguantar” en el tiempo.

Darío Nieva accedió a hablar con OESTE BA sobre su caso. También lo hizo el peluquero Ricardo Del Río y el herrero Roberto Ramos, todos atravesados por el mismo denominador común: el parate económico que provoca el coronavirus.

Nieva tiene 41 años, es propietario de la Remisería La Antigua. “Esto nos agarró de sorpresa como a todos. Nosotros vivimos el día a día, y de un momento a otro se dejó de viajar, trabajamos con gente mayor en general, viajan al hospital, bancos, Pami, etc. Imaginate que todo se paró”. Actualmente sigue trabajando medio tiempo con su señora que atiende el teléfono.

“Para nuestra economía si bien no tirábamos manteca al techo llevábamos todo al día. Tenemos alquileres, teléfonos, impuestos, monotributo y después todos los gastos de la casa.  Sacando los gastos de la casa. Este virus desestabilizó todo. Yo antes del 10 debo pagar la cuota del auto que  siempre rompiéndome el alma laburando en 3 años y medio jamás me atrasé. Ahora no sé cómo voy a hacer”.

Con respecto a las medidas tomadas por el gobierno “siempre lo mismo. Yo no entro en las categorías y un poco cansado de pagar y pagar trabajo de las 5 de la mañana a las 9 de la noche. Y si tendría que cerrar arrastraría a 10 familias, porque hay choferes que ahora no trabajan por la pandemia. No quiero que me regalen nada, pero sí una mano económica unos meses, imaginate que el monotributo lo tenemos que pagar igual y no vamos a facturar”.

Ricardo Del Río es un peluquero muy conocido en la ciudad. Hace 20 años se desenvuelve en el rubro, con su local en al calle Wilde. Para él, el decreto que cerró los comercios fue un golpe letal. Dijo que lo generado por su oficio es el único ingreso de su familia y que deberá recurrir a financiamientos hasta que pueda volver a trabajar.

“Me afectó muchísimo. En este momento no estoy trabajando desde que se decretó la cuarentena no estoy yendo a la peluquería y la semana anterior ya se notaba que el movimiento había bajado muchísimo estaba trabajando menos” le dijo a OESTE BA el peluquero.

“Además uno piensa en las en las boletas, en las cuentas que va a tener que pagar en el futuro y se preocupa, pero bueno no solamente es la luz, gas también es el alquiler y otras deudas y no puede llegar a tener y tratando de  estirar el dinero que había podido recaudar este mes y tratando de que alcance tendré que recurrir a algún familiar o algún almacenero amigo o endeudarme de otra manera porque seguramente se va a extender la cuarenta y no va a quedar otra que recurrir a eso”.

Sobre las medidas gubernamentales de salvataje a los cuentapropistas sostuvo: “No alcanzan, se quedan cortos en mi caso no entro en la categoría A y B así que no accedo al subsidio, entiendo que es una medida que ayudará a unos pocos, pero algo los va a ayudar”.  

“Me gustaría otras medidas como traslado de pagos de servicios, tarjetas, alquileres, son cosas que cuando un trabajador independiente vuelva a trabajar va a tener que pagar, es empezar de cero prácticamente porque el que no tiene ahorros es muy difícil”.

Roberto Ramos, en tanto, es herrero, muy conocido en la ciudad. Tiene dos empleados y aspira a que el parate no se extienda.

“Tengo que pagar la quincena pero calculo que no voy a tener problemas mientras que esto no se alargue por mucho” y sobre las medidas del Gobierno les parecieron “bien que se le ayude a gente que vive al día, aunque a los monotributistas tendría que haber abarcado todas las categorías”, dijo Ramos que también tiene 20 años en el rubro y dijo que la cuarentena lo agarró en un momento de mucho trabajo.

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