El reciente fallecimiento de Mario Alarcón, un histórico referente barrial deja un espacio abierto en un sitio que siempre fue clave para la vida en comunidad: la participación y el trabajo mancomunado. Fueron esos los pilares sobre los que se gestó el desarrollo de todos los sectores urbanos a partir de la década del 80. ¿Cómo están las comisiones hoy?
En un breve repaso, se pronuncian sobre la participación comunitaria y la situación de los barrios los vecinos José Crucianelli (Indio Trompa), Jorge Cuscueta (barrio Neira), Cristian Aleman (Ampliación Urbana), Adriana Morard (Los Robles) y el histórico Rodolfo Otero.
“Hoy la participación de los vecinos no es tan frecuente como antes” aclara Crucianelli del barrio Indio Trompa y dijo que para eso “no ayuda que las demandas no se cumplan” y remarcó que en su barriada tienen problemas de cloacas e iluminación y no tuvieron respuesta”.
“La guardería la vemos media abandona, hemos pedido un placero, cámaras de seguridad y no nos escuchan” se quejó. Recordó que ese barrio “tiene varias muertes, la más reciente la del vecino Adrián Maya estamos todos preocupados porque no hay justicia y la gente tiene miedo hay muchas mujeres grandes solas que viven en el barrio. Pedimos que se reparen las luces y se pongan cámaras. Es un barrio grande, abandonado y a oscuras” se quejó.
Destacó, en cambio, “el trabajo de los profesionales del CAPS, aunque también hay que decir que se llevaron para reparar las butacas en diciembre y todavía no las trajeron”.
Adriana Morard hace un alto en su tarea para atender a este diario. Está lloviendo y sabe que es un día de mucho trabajo, porque tiene un mini emprendimiento que hace tortas fritas, pan casero y alfajores. El mal clima ayuda a la venta.
Desde el 2006 que preside el barrio Los Robles “hoy es muy difícil involucrar a la gente, además hoy los vecinos en general no están bien porque la pandemia afectó a todos”.
“Desde el municipio cuesta que te den bolilla últimamente, estuvimos un mes pidiendo luces quemadas y una pérdida de agua” dijo la dirigente barrial. “Quizás sea por la pandemia o porque no hay gente, antes nos respondían más rápido” agregó y lamentó que “se perdió el nexo en el cual el referente barrial tenía relación directa con la Municipalidad para trasladar la inquietud”.
Dijo que la pandemia pegó fuerte en lo social, “se ve y lo sufrimos que hay menos trabajo y menos recursos” y también aquí encontró cuestionamientos “en lo social el municipio podría hacer más, hay gente que nunca la vemos en el barrio, tampoco a los concejales” fustigó. En el final dijo que el barrio no tiene problemas de infraestructura y que a veces surgen inconvenientes con la basura pero no es un problema de la Comuna sino vecinal.
Ricardo Lambert, atiende el teléfono para hablar con este medio. Integra la comisión del barrio Parque, una barriada histórica y que tiene casi todos sus problemas resueltos. Habló en nombre de los vecinos porque la presidenta barrial presentó la renuncia hace pocos meses y cuando pase la pandemia tendrán que volver a reunirse.
“Dentro de todo el barrio está bien, algunas cosas se consiguieron. Mario Alarcón trabajó mucho por el barrio Evita Centenario y eso benefició mucho al barrio Parque que se fue poblando más tarde. Hoy no es fácil que la gente participe porque cada vez tienen menos tiempo, y si tuviera que mencionar un problema a resolver hoy te diría que son las luces de la calle que hemos hecho reclamos”.
Jorge Cuscueta preside la comisión del barrio Neira. Ubicado en el sector sur de la ciudad, es un barrio relativamente nuevo de viviendas de círculo cerrado. Siguió al frente de la comisión porque la pandemia imposibilitó las reuniones dijo, porque su mandato expiró el año pasado.
“Antes había otra vocación de participación hoy tenemos la comodidad que la municipalidad hace todo y la gente no participa y no se involucra. El nuestro es un barrio tranquilo, gente de trabajo, muy lindo barrio estamos muy bien y cómodos. Si tuviéramos una necesidad hoy es acomodar los espacios públicos”.
La pandemia “afectó mucho a los cuentapropistas y se ve el impacto social, el costo de vida está muy alto y no se ve movimiento económico o laboral. Tenemos asfalto, iluminación, estamos bien. Nos faltarían cámaras de seguridad pero entendemos que hay otras prioridades por la pandemia”.