Con más de 500 casos activos de coronavirus hoy en Trenque Lauquen, y más de 3 mil acumulados desde el inicio de la pandemia resultaría imposible pon
Con más de 500 casos activos de coronavirus hoy en Trenque Lauquen, y más de 3 mil acumulados desde el inicio de la pandemia resultaría imposible ponerle nombre y apellido, rostro e imagen a cada resultado positivo. Sin embargo, dos de ellos, los primeros, quedaron registrados y se los recordará al menos mientras sobreviva el virus.
Luis Cabrera e Hilda Domecq fueron el denominado “Caso 0” en Trenque Lauque, hace exactamente un año atrás. Fueron los primeros vecinos en ser casos positivos de Covid y sufrieron el señalamiento y cuestionamiento de un sector de la sociedad que reaccionó de manera desmedida ante lo desconocido, ante una amenaza sobre la que no se tenía información hace 12 meses.
Cabrera y Domecq habían viajado a Madrid, a buscar un premio que habían ganado por su contribución al teatro en una obra. Pero el viaje soñado se convirtió en una pesadilla. En el Viejo Continente se suspendieron todos los eventos ante el avance de la pandemia y los alojaron en una habitación de hotel durante 10 días hasta que un avión de Aerolíneas Argentinas los trajo junto a otros argentinos varados en el exterior.
Cuando pusieron un pie en territorio argentino, vieron que el país estaba paralizado por la cuarentena. “No había peajes en la ruta y todo estaba cerrado” recuerdan hoy en diálogo con este diario, pero los problemas recién empezaban. Los primeros casos positivos se detectaban en las grandes ciudades y no había registros en el interior, pero ante los primeros síntomas hicieron una consulta al Hospital que encendió una serie de reacciones inesperadas.
“El alta me lo dieron el 12 de abril” recuerda Cabrera para señalar la exactitud del calendario: 1 año. “Fue una experiencia límite y extraña. Recuerdo la sensación que había algo injusto, porque nosotros éramos víctimas de la enfermedad que no conocíamos, nos dio mucho miedo y hubo mucha violencia. Fue una experiencia límite de miedo a la violencia a la irracionalidad”, recordó.
Hilda Domecq, lo recordó “como un hecho doloroso y angustiante, sentía miedo de lo que podían hacer algunos con mi casa, con Luis que estaba solo. En ese momento me enojé mucho pero luego entendí que fuimos los primeros casos, nadie sabía qué hacer y desde la ignorancia la gente reacciona con miedo y se desencadenaron esos hechos. Si me sigue molestando la mentira, que decían que nos habían visto en el supermercado o en la confitería y eso es mentira nunca habíamos estado en esos lugares”.
Los entrevistado destacan que la atención del Hospital “fue excelente sólo tenemos palabras de agradecimiento para ellos y para mucha otra gente que nos mostró su afecto”. El paso del tiempo, dijeron, fue morigerando la tensión y hoy “prefieren quedarse con la parte buena” de esa experiencia.
LOS PRIMEROS CASOS
Las reacciones virulentas y escraches en las redes hacia los primeros casos de Covid ocurrió en muchas ciudades del interior. En Trenque Lauquen, pasaron más de 3 meses hasta que se detectó recién un tercer caso.
Hoy sabemos mucho más sobre la enfermedad. El caso de Luis Cabrera es paradigmático porque nunca tuvo síntomas, y permaneció internado 12 días. “Hoy un paciente en esas circunstancias cursa la enfermedad en su casa” pero no se sabía y estuvo alojado en una sala del Hospital. “De la situación siempre nos quedamos con lo mejor, las chicas del hospital que limpiaban la habitación arriesgando mucho ante lo desconocido, se veía el protocolo y los cuidados y te daba la sensación de culpabilidad por las molestias que uno ocasiona al sistema sanitario porque es mucho el esfuerzo que hace el personal de salud”.
Siempre se dijo que la pandemia sacaría lo mejor de nosotros, eso no ocurrió en su caso. “Soy escéptica sobre esa frase” dice Domecq. “Veo mucha gente sin barbijo y ese acto, tan básico es una falta de empatía con el otro, es falta de responsabilidad. La pandemia nos hace mostrar facetas feas de la gente. Los que hacen fiestas clandestinas y desafían a las autoridades no son personas empáticas y por eso siempre tenemos récord de casos”.
A Cabrera, dice, le molesta que haya “gente que niegue el virus. Algunos me dicen que la pandemia es mentira y me lo dicen a mí que estuve 12 días internado”. Ambos pidieron “tener responsabilidad para cumplir lo que dicen las autoridades” y también “responsabilidad en el discurso mediático, hay muchos periodistas que llaman a la desobediencia”.
Ante el crecimiento exponencial de casos, Luis Cabrera suspendió las clases de teatro. Se resguarda en su hogar y salen poco. “Nos cuidamos mucho, cumpliendo todas las medidas sanitarias” dicen y sobre la experiencia pasada prefieren dar vuelta la página “no se pueden justificar algunas cosas, pero preferimos no acordarnos y quedarnos con lo mejor”.