Reinventarse en pandemia es la consigna. En este tiempo signado por la emergencia sanitaria y sus derivaciones sociales y laborales, a todos les ha t
Reinventarse en pandemia es la consigna. En este tiempo signado por la emergencia sanitaria y sus derivaciones sociales y laborales, a todos les ha tocado de una u otra manera reinventarse. También a los martilleros.
La tarea de los martilleros también se ha visto modificada como tantas otras. Tras la cuarentena estricta de 2020 y con las medidas vigentes de cuidado social, las subastas públicas, un ritual histórico de los rematadores no pudieron seguir realizándose de manera presencial y entonces aparecieron alternativas como la que emplean dos inmobiliarias de la región que utilizan medios virtuales y la radio.
José San Juan es treslomense. Es la segunda generación de martilleros. Dice que se creció entre los remates de hacienda que conducía su padre Miguel Angel, y el ruido del martillo que pone final a una puja y anuncia una venta. Hizo el secundario en 30 de Agosto con la intención de hacer una carrera vinculada a la agronomía o la veterinaria, pero finalmente el mandato familiar lo llevó a abrir su propia inmobiliaria “San Juan” en esa ciudad.
Al igual que todos, la pandemia marcó un punto de inflexión y la necesidad de hacer algo para mover la economía. “Nosotros hacíamos remates físicos y con los 90 días de cuarentena estricta no se podían hacer operaciones y como había gente que tenía ganas de hacer ventas, vi que en el Canal Rural hacían remates televisados y le copié la idea y lo adapté a la radio” cuenta San Juan.
Entonces hizo sonar el teléfono de Mario Barrio en FM Amanecer y en agosto del 2020 comenzaron los remates radiales. “Que fueron un éxito” dijo.
“A partir de ahí surge la idea de tomar foto. Armé archivos que publicamos en el Facebook e Instagram y lo mandamos por WhatsApp”. Los remates se hacen de manera quincenal o mensual y en el estudio de radio con 4 celulares conectados on line reciben las ofertas y llevan adelante las pujas y las ventas. El programa se amplificó a través de una cadena de radios que “bajan” la señal y transmiten en vivo en 30 de Agosto, Garré, Casbas, Quenumá, Villa Maza y Roberts, en Linconl.
También se amplió la oferta. Hoy hay compradores y vendedores de Pellegrini, Salliqueló, Trenque Lauquen, Garré y de la zona rural, dijo. “Somos un equipazo” señala San Juan y enumera a Pablo, Mili, Naty, Josefina, Mario y todos los que ayudan. El remate radial, agregó, tiene como ventaja la amplitud de los potenciales compradores, gente que de otra manera no hubiera ido a Tres Lomas a presenciar una subasta y ahora la sigue por internet a cientos de kilómetros.
EN GARRÉ
Daniel Moralejo se considera un vender. A lo largo de sus 61 años fue vendedor de rifas, celulares y levantó pedidos para una distribuidora de gas. Lo suyo es ofertar y vender, pero desde hace 12 años sólo lo hace con propiedades o en subastas públicas desde la inmobiliaria Moralejo Propiedades.
No tiene un mercado fácil. Vive en Garré una ciudad de 1500 habitantes entonces las operaciones inmobiliarias no abundan pero sí son fuertes los remates de distintos artículos, y el día antes del decreto presidencial que estableció la cuarentena estricta Daniel había alquilado el salón del club del pueblo para vender 400 productos en subasta.
“Nos quedamos sin poder vender nada” contó telefónicamente a este medio. “Un colega me dijo que lo haga por Facebook, pero la subasta era muy lenta, y gracias a mis hijos encontramos la manera de hacerlo por WhatsApp que nos permite un grupo de 256 personas subimos las fotos por Facebook y la gente puede ver con antelación lo que se va vender y las ofertas se hacen por el teléfono”.
Como norma en el grupo no se pueden hacer comentarios ni publicar memes ni nada por el estilo. Es solo para comprar y vender. “Para nosotros la pandemia es una oportunidad porque ampliamos la cantidad de compradores y vendedores que de otra manera nunca hubiéramos llegado. La semana pasada compraron un juego de sillones desde CABA, también hicimos envíos a Junín, Bahía Blanca y otras ciudades, además de toda la región”.
Se paga con medios electrónicos, Mercado Pago y Cuenta DNI entre otras. “Nos reinventamos y encontramos una manera de hacerlo que participa más gente y tiene un costo menor. Además hay mucha gente que no iría a una subasta pública por el frío o la distancia, o no se animaría a hablar y ofertas, con el teléfono o la computadora es más fácil”.
El equipo lo completan su señora María Inés a cargo de la facturación y su Ignacio a cargo de la tecnología.