“El 29 de septiembre de 1943 fallecía en Trenque Lauquen Ramón Gómez, nombre cristiano del mapuche Nahuel Pan llegado a Trenque Lauquen a comienzos del siglo y rebautizado popularmente como el Indio Trompa, en razón de las vieja trompeta que sabía ejecutar en las fiestas patrias, cuando a caballo y con la bandera argentina abandonaba su toldo de la zona sur para llegar al centro, entre el asombro de los chicos de entonces”.
La cita es del libro El Viejo Trenque Lauquen de Francisco Paco Aznarez que así recuerda a una persona que “supo entrar en la historia de nuestro pueblo” indica el libro Historia y Progreso que también le dedicó unas páginas.
Su muerte ocurrió hace más de 70 años, y en la ciudad lo recuerda con su nombre un barrio en el sector sur de la ciudad, y una plazoleta, aunque ninguna de los dos lleva la nominación de su nombre original: Nahuel Pan.
¿Quién era el Indio Trompa?
En el libro Historia y Progreso que recrea la historia contemporánea de nuestro pueblo, lo señalan como “un primitivo habitante de nuestras tierras y sus distintas denominaciones (Nahuel Pan, Indio Trompa y Ramón Gómez) implican diferentes etapas de la vida de quien afectuosamente se le recuerda como el Indio Trompa según narraba este legendario personaje fue su padre Mariano Virhue platero de la tribu de Calfucurá de cuya muerte recordaba a las ceremonias. Luego bajo las órdenes de la Namuncurá y del capitanejo de Cipriano Catriel formó parte de la entrega de 200 lanzas al fuerte argentino en diciembre de 1875”.
Siempre según “Historia y Progreso” los indígenas vencidos fueron llevados a Bahía Blanca, “allí fueron bautizados y Nahuel Pan (espalda de tigre) pasó a llamarse Ramón Gómez era lancero y baquiano, el coronel Donovan lo tomó a su servicio y lo hizo trompa de su regimiento; Ramón Gómez lo conoció entonces a Villegas entre otros militares destacados”.
En 1879 fue llevado a Buenos Aires donde fue trompa de un cuerpo de bomberos y recomendado al intendente Llambías se radicó en Trenque Lauquen a principios de 1900 “aquí reunió a la indiada dispersa en tierras fiscales en los médanos y cercanías de la laguna a la que acaudilló ante autoridades municipales”, señala el libro histórico.
Aquí se dedicó a tareas rurales y luego quedó desempleado, en muchos casos dependiendo de la caridad y la solidaridad de los vecinos hasta que se le gestionó una pensión, un trámite que estuvo a cargo de Agustín Castro Almeyra comisionado municipal y luego intendente a principios de la década del 30 y el diputado Dionisio Lastra.
Ramón Gómez, el Indio Trompa, vivía en un toldo ubicado en la zona sur de la ciudad “en el lugar en donde se eleva el barrio que lleva su nombre. Los días patrios 25 de mayo y 9 de julio recorría las calles ejecutando música con instrumentos de viento”.
Murió en 1943 y sus restos fueron velados en la comandancia. Veinte años después cuando se levantó un barrio en el lugar donde él vivía, se decidió denominarlo “Indio Trompa”.
El barrio, se lee en el Historia y Progreso “creció, se expandió en 1985 se inauguró una plazoleta en el barrio y se eligió el nombre cristiano de Ramón Gómez”. En el acto inaugural que tuvo lugar el 8 de septiembre de 1985 “se pronunciaron palabras y se dijo entonces entre otros conceptos que Gómez había sido un digno representante de los indígenas que habitaron el suelo patrio, que se ajustó a la civilización que lo había vencido, que se hizo cristiano por el bautismo y que su roce con el hombre blanco le dio conocimientos que volcó a favor de sus hermanos de raza”.
En el libro histórico se concluye que su nombre fue inspiración de poetas y que quedó para siempre en la historia doméstica.
Dos poesías locales lo recuerdan así. La de Gladys M. de Estévez señala “Venta ahora nomás, pasito a paso/Nahuel Pan, con tu diana de relinchos/a morar en el seño de estos pastos/para verte amanecer en el rocío”. Por su parte, otra escrita por Lucía Urquizú de Campo, también incluidas en el libro Historia y Progreso, señala: “Entre toldos de nostalgias/cerró su vida, sin pompas,/florecido de promesas/surge su nombre Indio Trompa”.
En el cierre del capítulo que Paco Aznárez le dedicó en su libro, reflexiona que “un barrio lleva el nombre de indio trompa y una plazoleta su identificación cristiana de Ramón Gómez, el araucano Nahuel Pan que significa espalda de tigre, con el que correteó indómino por las llanuras y con el que vivió la indescriptible sensación de libertad, se perdió definitivamente”.
Nota OESTEBA. Fotos: gentileza Inés Maya