Recuerdos que no voy a olvidar

Recuerdos que no voy a olvidar

“El tiempo es un efecto fugaz” dice Fito Páez desde su icónica canción Recuerdos que no voy a olvidar. Pero ese paso del tiempo deja huellas en las pe

“El tiempo es un efecto fugaz” dice Fito Páez desde su icónica canción Recuerdos que no voy a olvidar. Pero ese paso del tiempo deja huellas en las personas, en las comunidades y en sus pueblos. En la caza de esas historias anda Ana María Lupori, una docente jubilada que se dedica a entrevistar a vecinos centenarios en Pellegrini para recopilar sus experiencias de vida, para darles voz a los que hicieron la ciudad, para conservar los cimientos de la historia, como se denomina su proyecto que ejecuta en coordinación con la Municipalidad y que se emite también en la TV local.

Todo empezó una mañana en la que Ana María salió a comprar el pan, como lo hace habitualmente, y se encontró con un festejo centenario, el de la abuela Tomasello. Pero el dato que desencadenó todo fue que en la misma cuadra había otra abuela que también tenía 100 años, Avelina Hernández. Esa coincidencia la llevó a pensar que no se podían perder las historias de los primeros pobladores de la ciudad.

No es la primera vez que Ana María se mete con la historia y sus vecinos. En su época de directora de la Escuela 1 trabajó con un proyecto de Museo de la Voz. Eran otros tiempos, la tecnología no hacía las cosas tan fácil pero lograron compilar varias voces de la gente del pueblo. Pero hace años que esta vecina que es oriunda de La Plata, que creció en Brandsen y se radicó hace 47 en Pellegrini cuando se casó, colgó el delantal y la tiza. Ahora pasa sus días en actividades de maestra jubilada: pone su voz al coro Renacer, toma clases de computación, se sumerge en la meditación del yoga y está al pie del cañón para cuidar a alguno de los 9 nietos o la tarea que la demande su familia.

Trabajo histórico

Sin embargo, una tarea destinada a quedar en la historia la estaba esperando. Ese día, con la bolsa del pan en la mano caminó hacia su casa con la idea fija que las historias hay que contarlas e hizo sonar el teléfono de Carlos Hunt, el director de Cultura de la Municipalidad para contarle la idea. En la Comuna recogieron el guante, le pusieron a disposición un camarógrafo y el proyecto estaba en marcha. Sólo faltaba un paso: convertirse en entrevistadora. “No quería hacerlo porque no soy periodista, no soy entrevistadora pero fue un desafío que tuve que asumir” dice hoy esta mujer en el living de su casa en una charla con este diario.

Su madre, Adelina, vivió hasta los 94 años y era propietaria de una “memoria prodigiosa” siempre “relataba cosas de su infancia, me hablaba de la huerta familiar, de sus juegos de la infancia, de lo que pasaba en su pueblo Rauch. No tuve la lucidez para grabarla, compilar sus anécdotas”, dice y lo toma como una deuda pendiente que de alguna manera viene a saldar con este nuevo proyecto.

La primera entrevistada fue Abelina Hernández de García nacida el 13 de marzo de 1912, que este año cumplió 107 años.

“La primera entrevista fue muy trabajosa, no es fácil el oficio de preguntar, lo que trato de hacer con todos es un pasaje por su vida, cómo llegaron sus padres, como fue la infancia, la escuela, los recuerdos de la juventud, los bailes y fiestas” señala Ana María.

“Otra cosa que les pregunto es si tenían tareas asignadas, porque la vida de antes era muy dura, muy difícil, la gente trabajaba todo el día y sin comodidades. Entrevisté a gente que me cuenta que trabajó como niñera a los 8 años porque tenían que comer”.

Desde el inicio del ciclo ya pasaron una docena de entrevistados. “Es muy llamativo como se liberan en la entrevista, como te cuentan y hablan sobre su vida con enorme confianza y nos abren su corazón. Antes de la entrevista los visito un par de veces para establecer el vínculo y generar confianza”.

Las entrevistas se graban en video con la cámara de Matías Santos del área de Prensa de la Municipalidad. “Es importante lo que pueden contar, hay gente que vio construir el Palacio Municipal en el año 30, que tomó la comunión en una Iglesia que no estaba donde está ahora que se inauguró en 1949, y hablan de los comercios que estaban en aquellos años”.

Para ella es una manera de darle voz a los abuelos, ponerlos en un lugar de privilegio que muchas veces nuestras sociedades modernas no lo hacen. En el final destaca el interés de la Municipalidad para hacer este archivo histórico que servirá como fuente de conocimiento y consulta para las futuras generaciones.