Entre el 9 y el 10 de noviembre de 1978, pocos meses después del Mundial ganado por el equipo argentino que dirigía César Luis Menotti, fueron secues
Entre el 9 y el 10 de noviembre de 1978, pocos meses después del Mundial ganado por el equipo argentino que dirigía César Luis Menotti, fueron secuestrados y desaparecidos tres trenquelauquenses, jóvenes veinteañeros.
El 9 de noviembre fue visto por última vez Francisco Natalio Mirabelli, ‘Titín’, saliendo de su casa de San Justo (La Matanza). El matrimonio que le alquilaba declaró que una patota parapolicial (el típico grupo de tareas de la dictadura) había violentado, a la medianoche, el domicilio de ‘Titín’, revolviendo todas sus pertenencias, quién sabe buscando qué…
Al día siguiente, el grupo de tareas recaló en el departamento de Ricardo Alberto Frank, ‘Riki’, ubicado en plena Ciudad de Buenos Aires, y ante la mirada atónita de su mamá, ‘Riki’ fue secuestrado sin más explicación que la violencia clandestina y terrorista del Estado argentino de entonces. Otros ojos presenciaron el secuestro de ‘Riki’: eran los de Sergio Antonio Martínez, ‘Yoyi’, que vivía con su gran amigo en ese departamento perteneciente a la familia Frank Huarte. Al rato, mientras ‘Yoyi’ dialogaba con la señora Lidia Huarte de Frank en un café muy cercano al departamento, acerca de qué hacer para denunciar el secuestro de ‘Riki’, el grupo de tareas volvió a completar su trabajo genocida y se lo llevó también. ¿Alguien puede imaginar la angustia y desesperación de una madre que observa cómo secuestran a su hijo, y un rato después debe presenciar cómo secuestran al mejor amigo de su hijo?
Se sabe que ‘Titín’, ‘Riki’ y ‘Yoyi’ estuvieron detenidos-desaparecidos en la E.S.M.A. (Escuela Superior de Mecánica de la Armada), uno de los principales centros clandestinos de tortura y exterminio, junto con Dina Nardone, novia de ‘Titín’.
Por testimonios de sobrevivientes de ese horror también sabemos que las voces de “los chicos de Trenque Lauquen”, junto con la de Dina, confortaron algunos momentos de los/as cautivos/as, cantando canciones y contando algún chiste. Eran jóvenes, estaban llenos de vida y amor al prójimo, buscaban justicia social: esas bellas características personales en tiempos de la dictadura cívico-militar eran un pasaporte al infierno en la Tierra.
Cuarenta y tres años después las historias de ‘Titín’, ‘Riki’, ‘Yoyi’, Dina y lxs 30.000 no son “cosa del pasado”. Sus anhelos, los motivos que los llevaron a comprometerse con la posibilidad de construir una sociedad más justa, están tanto o más presentes en 2021 que en 1978. Por eso, y en función del recuerdo emocionado que despiertan quienes hoy dan nombre a calles de Trenque Lauquen, instamos a no acompañar con un voto a candidatos/as negacionistas del genocidio argentino, convocamos a restar apoyo popular a los partidos políticos cuyos/as referentes insisten en hablar de “guerra sucia” y tratan de disminuir por todos los medios a su alcance la envergadura del plan sistemático de secuestro, desaparición, tortura y exterminio de miles y miles de compatriotas. Si la violencia sufrida hace 43 años se olvida como “cosa del pasado”, objetivo de los/as negacionistas, estaremos condenados a repetir tragedias socio-económico-políticas, perfectamente evitables en base a una Memoria comprometida con el presente y el futuro colectivos.
Texto de la Comisión de Derechos Humanos de Trenque Lauquen