Este martes 15 de junio de 2021 se cumplen 44 años de la irrupción de un grupo de tareas genocidas en el Centro Universitario de Trenque Lauquen en La Plata. Agentes del Estado delincuente de lesa humanidad, en plena madrugada llegaron al C.U.T.L. (hasta hoy sito en la calle 41 de la ciudad de las diagonales) para infundir terror con un objetivo claramente definido: secuestrar a tres estudiantes de Medicina, integrantes del Centro de Estudiantes de esa Facultad de la U.N.L.P.
El más aventajado de ese trío de futuros médicos era Rodolfo, porque tenía 23 años y cursaba Tercer Año de la carrera. Por eso, mientras los arrancaban del C.U.T.L. les gritó a los asesinos: «¡Dejen a los pibes, llévenme a mí solo!».
Los «pibes» andaban por los 19 años, cursaban recién Primer Año: Héctor había llegado a La Plata luego de egresar del Comercial, donde llamaba la atención de compañerxs, docentes y directivxs por su aguda inteligencia; en tanto Ricardo llegaba a la capital de la provincia después de una infancia y adolescencia ligadas a la vida en el campo, cuentan que era tranquilo y muy colaborador, de sus padres y de quien lo necesitara.
A Elena, la Madre de Rodolfo, le gustaba comentar que su hijo, cuando volvía de vacaciones al «pago» natal, trataba de acercarse al Hospital municipal para «dar una mano» en lo que hiciera falta. Y no le faltaban consultas de vecinos de su barrio (en la calle Di Gerónimo al fondo), que teniendo algún malestar suponían que el futuro Doctor podía asesorarlos adecuadamente. La fuerte vocación de Rodolfo habilitaba esa presunción vecinal.
Sin embargo, a partir de aquella madrugada de hace cuarenta y cuatro años, la comunidad de Trenque Lauquen vio frustrada cualquier posibilidad de contar alguna vez con los servicios de los Doctores Héctor Manazzi, Rodolfo Pettiná y Ricardo Sangla. Porque desde esa noche se los «tragó la tierra», nada más se supo de ellos hasta ahora (únicamente de Rodolfo existe un dato en el anexo del libro «Nunca Más»: que pudiera haber estado detenido desaparecido en el centro clandestino de exterminio de personas llamado «La Cacha», uno más entre los sitios del horror que conformaron el «Circuito Camps», por el general y asesino genocida Ramón Camps, jefe de la Policía Bonaerense durante la última dictadura cívico – empresarial/eclesiástica – militar).
Nunca pudieron ejercer como médicos, pero jamás quedarán en el olvido sus sueños, sus ideales, su ética, todo aquello que los animó a ir desde Trenque Lauquen a La Plata, teniendo el bien común como objetivo, el «nosotrxs» como algo mucho más importante y cotidiano que la mera enunciación retórica de una primera persona del plural.
Así que, como cada 15 de junio, volvemos a decir:
HÉCTOR OSCAR MANAZZI SUÁREZ: ¡Presente!
RODOLFO EMILIO PETTINÁ TAYBO: ¡Presente!
RICARDO ANTONIO SANGLA LÓPEZ: ¡Presente!
¡AHORA y SIEMPRE!
Texto de la COMISIÓN por los DERECHOS HUMANOS de Trenque Lauquen