Los planetas parecen haberse puesto en hilera para Martín Sotullo Lanz, un abogado de 41 años de bajo perfil, heredero de una familia que respiró y vi
Los planetas parecen haberse puesto en hilera para Martín Sotullo Lanz, un abogado de 41 años de bajo perfil, heredero de una familia que respiró y vivió siempre la política con pasión. Pero para ser sinceros a la suerte, que siempre es un factor bienvenido, hay que saber ayudarla y a esta edad Sotullo Lanz entendió cómo hacerlo.
En pocas palabras, en una idea que desarrollaremos más adelante, Sotullo ganó la interna con las armas del intendente Fernández, a quien además despojó de su sitio y se le quedó con el traje. La campaña del abogado peronista fue con el estilo que impuso el médico en 2015: conciliador, contemporizador, con una base de sustentación amplia, una lista con peronistas ortodoxos, kirchneristas, progresistas y vecinos de a pie, algo parecido al sello del Consenso 2015. Nunca criticó a nadie y no hizo ni una seña cuando muchos desde su entorno le pedían incendiar el polvorín de los empleados municipales que masticaron bronca cuando no les dieron el aumento a 10 días de las elecciones.
Como Fernández lo hizo con Figal en 2015; le cedió todo el protagonismo a Mónica Estévez a quien le queda mejor el perfil contestatario, crítico y áspero. Al igual que Fernández en 2015, se mostró conciliador, pacificador y dialoguista con el Ejecutivo Municipal, y hay que rastrear mucho en el archivo para encontrar una frase destemplada de él, aunque –claro- manifiesta su disconformidad con el rumbo.
Por el contrario, Fernández dejó de ser Fernández en el último tiempo. En un cambio de actitud aún no explicado desde su entorno, al mandatario comunal se lo vio molesto y enojoso, pronunciando frases desafortunadas con y sin contexto, y con una virulencia en algunos conceptos que parecen impostados porque nunca antes los había enunciado como cuestionar “el populismo” o la encrucijada de la elección comparable con la salida post-dictadura. Abandonar su perfil tradicional lo pone en una situación incómoda que no parece estar adiestrado para conducirla.
Su lista de candidatos es un retorno al Cambiemos más puro, como si estuviera abroquelado. No hay a la vista vecinos nuevos que puedan generarle votos externos, al estilo Consenso 2015; sino que se buscó consolidar el voto propio. Adentro también algunos se quejaron que el Frente Juntos por el Cambio hizo poca campaña, y que los debates y los discursos dominantes en este tiempo estuvieron alejados de la realidad de los vecinos. Por citar un ejemplo, en una reunión de candidatos con la comisión directiva de una importante entidad intermedia local se habló más de la oficina de prensa que de pobreza y generación de empleo.
Miguel Fernández no perdió las PASO, las ganó y con el 50% de los votos. Cualquier otro intendente sería millonario en términos políticos con ese dato. El agravante es que en el distrito sólo hay dos listas, es como un balotaje y con una boleta completa. Los candidatos nacionales y provinciales del Frente de Juntos por el Cambio no parece tengan margen para crecer y esta no van a ayudar.
Volviendo a Martín Sotullo lanz, fue el 2019 y no el 2015. Hace 4 años Sotullo Lanz perdió las internas contra Mónica Estévez. Decía por lo bajo en aquel momento que era la renovación, lo nuevo y que la gente no volvería al pasado que encarnaba Estévez. Es un error de los políticos, siempre creer que pueden entender lo que piensa la gente. Esa derrota fue un golpe de nock out que lo alejó mucho tiempo del escenario principal de la política doméstica y que más tarde lo llevó a pactar con Estévez para no quedarse afuera en el caso de una nueva derrota y había decidido no participar en 2019 hasta que el llamado de unos amigos lo devolvió a la arena de la disputa.
“La lista que presentamos en el 2015 era una lista de un intendente por la reelección, nos equivocamos, ahora vamos por el camino inverso, desde cero, con todos adentro” le dijo a un periodista local hace dos semanas, mientras chateaba por Whatsapp con el diputado Pablo Zurro de Pehuajó.
A diferencia de 2015 hizo una campaña más de a pie, en la que hizo gala del no recurso económico, a veces en algunos sectores eso también prende. Al término del domingo se encontró con el premio mayor. No ganó las elecciones, pero su edad, su trayectoria y el contexto en el que se da, lo convierte en el gran ganador.
Hay que ver qué reservas políticas tiene el intendente Fernández para recuperar la iniciativa en estos dos meses y cuál será el mensaje de Sotullo Lanz. Hay cierta incertidumbre sobre el peronismo como bloque, si Mónica Estévez y Pedro Roig, van a caminar juntos a la par con el flamante candidato surgido de las PASO. Esas nubes debe despejarlas rápido si quiere ser creíble y también debe mostrar si en la foto del nuevo gobierno nacional y provincial estará Trenque Lauquen.
Falta mucho pero falta poco. Lo que sí está claro es que hoy amaneció un nuevo escenario político en el que habrá menos certidumbres. Como siempre Trenque Lauquen muestra un escenario particular. Tal es así, que en una sola elección pueda dar dos ganadores.