Triquinosis: recaudos a tener en cuenta en el consumo de productos porcinos

Triquinosis: recaudos a tener en cuenta en el consumo de productos porcinos

Desde el área de Bromatología municipal recomiendan a la comunidad no adquirir ni consumir productos porcinos o elaborados con carne de cerdo y anima

Desde el área de Bromatología municipal recomiendan a la comunidad no adquirir ni consumir productos porcinos o elaborados con carne de cerdo y animales silvestres (principalmente de jabalíes y pumas) que carezcan de una etiqueta rotulada que certifique su origen, ya que no es posible saber si han sido sometidos a la prueba diagnóstica en un laboratorio, e informan que comenzarán a realizarse controles en las carnicerías a fin de constatar el origen de los chacinados.

María Elvira Conde, de Bromatología, detalla una serie de recomendaciones tendientes a prevenir la triquinosis, recuerda la importancia de realizar los análisis correspondientes para evitar contraer la enfermedad e indica que por consultas o mayor información pueden comunicarse al teléfono (02392) 54-9920.

La triquinosis es una zoonosis parasitaria endémica en Argentina que fue diagnosticada por primera vez en el país en 1898. Las personas se enferman al consumir carne cruda o insuficientemente cocida o productos elaborados con carne de cerdo o de animales silvestres – jabalíes y pumas, en particular- que contienen en sus músculos larvas de parásitos del género Trichinella; por eso, es también considerada una enfermedad transmitida por alimentos (ETA).

La faena doméstica y la carneada de cerdos en el campo –hábitos difundidos en la población rural y periurbana– promueven la distribución y comercialización de productos porcinos elaborados de forma casera o artesanal. Como en este proceso se utilizan carnes sin cocción, los chacinados, embutidos y salazones resultantes pueden contener larvas de los parásitos que producen la enfermedad.

Respecto de los efectos que tiene en el organismo ingerir los productos infectados, se explicó que las larvas se liberan en el estómago, continúan su ciclo en el intestino hasta reproducirse y las larvas que nacen migran por el torrente sanguíneo hacia los músculos, donde se alojan. Todo esto puede provocar fiebre, diarrea, hinchazón de párpados, vómitos, picazón en la piel, dolores y dificultades motrices.

Esta enfermedad tiene un fuerte impacto en la salud humana. El cuadro clínico es muy variable y puede ir desde una afección asintomática hasta una enfermedad mortal, dependiendo del número de larvas ingeridas y del estado inmunológico del huésped.

La prevención también debe trasladarse hasta los hogares: es importante cocinar correctamente la carne hasta que su interior pierda el color rosado para evitar la transmisión de la enfermedad. Esta cocción nos indica que se alcanzó una temperatura que mata las larvas que transmiten la enfermedad. Y es importante aclarar también que la salazón de la carne, su congelamiento en un freezer común, ahumado o cocción en microondas no son métodos seguros para alcanzar la destrucción del parásito.

“Tomar conciencia sobre la importancia de prevenir la triquinosis contribuye a modificar ciertas prácticas culturales en la producción y el consumo de alimentos, promover una alimentación responsable, evitar riesgos y consumir alimentos seguros”, señaló María Conde.