Zambiasio: “Ganamos la elección pero no nos podemos dormir en los laureles”

Zambiasio: “Ganamos la elección pero no nos podemos dormir en los laureles”

A días de terminar su mandato como concejal el Interino de Miguel Fernández hace un balance de su tarea como mano derecha del intendente. Fue un homb

A días de terminar su mandato como concejal el Interino de Miguel Fernández hace un balance de su tarea como mano derecha del intendente. Fue un hombre clave en el armado de acuerdos y consensos en el HCD, y no tuvo reparos tampoco para ser punta de lanza y “poner la cabeza”. El perfil de un tipo duro que avisa que le gustaría integrar el gabinete municipal el próximo año. Aquí, algunas de sus frases más salientes en un mano a mano con OESTE BA.

-Antes que nada. ¿Cómo está tu salud?

-Por suerte bastante bien. Lógicamente después de lo vivido el año pasado quedan secuelas y debería cuidarme un poco más, llevo una vida muy sedentaria y eso me juega en contra. Sin tan sólo pudiera dejar el cigarrillo, creo que hasta podría correr una maratón ja ja ja.

– ¿A partir del 10 de diciembre vas a ser un ex político? ¿Qué planes tenés para el futuro inmediato?

-Sinceramente hasta el momento no lo tengo decidido. Claro que me gustaría sumarme al gabinete y poder aportar la experiencia y los conocimientos acumulados estos cuatro años de concejal, pero se tienen que dar determinadas circunstancias para que esté completamente seguro que puedo ser útil.

Me gusta trabajar, siempre lo hice. Pero tengo que estar convencido que no voy a ir a “calentar” una silla. Eso sí, en el cortísimo plazo, un mes o mes y medio, quiero descansar, ir a Necochea a cargar las pilas como lo hago hace ya más de 20 años, y luego se verá. 

– Pertenecés a un grupo de personas que tuvieron la oportunidad de ser intendentes de Trenque Lauquen, ¿cuántos días fueron en todas las suplencias y qué balance hacés?

-Los interinatos fueron cinco en total, no te sabría decir exactamente la cantidad de días, aproximadamente 50 ó 60. La experiencia vivida fue única. No te podés relajar un segundo, tenés que solucionar un problema o tomar una decisión por menor que sea, en cuestión de minutos. Te cuento una anécdota: en el primer interinato estaba muy nervioso, y lo primero que hice fue pedir el celular del encargado de Defensa Civil, no quería que me sorprendiera una tormenta o algo por el estilo. Por lo demás, guardo recuerdos gratos de cada interinato, y otros que me hicieron sufrir bastante, pero en el balance me quedo con lo positivo, con lo que pude solucionar, con lo que pude innovar. El verdadero juicio lo deben emitir los vecinos o los empleados municipales, ellos deberían ser quienes me juzguen.

– Cuando se escriba la historia política contemporánea del distrito, ¿qué dirá el capítulo que destinen al interinato de Zambiasio?

-Para el muy remoto supuesto que la historia local me nombre, creo que dirán que este distrito fue muy generoso conmigo. Me radiqué en Trenque Lauquen en 1982, llegué con todas las ilusiones propias de un joven recién recibido que solamente quería encontrar trabajo. Y esta comunidad me dio muchísimo más: me permitió formar una familia que es lo más sagrado que tengo, me abrió las puertas para trabajar y crecer en mi profesión, me hizo Concejal por cuatro años, y como frutilla del postre, me sentó en el sillón de Intendente. Nada me debe Trenque Lauquen, es al revés, soy yo el que estaré por siempre agradecido a esta tierra y su gente.

– A lo largo de este tiempo construiste una imagen de tipo duro. Sin embargo, algunos concejales de la oposición rescatan tu capacidad de negociación y acuerdo. ¿Cuál es el verdadero perfil?

-Creo que ambas facetas. Hay que distinguir la función legislativa de la ejecutiva. En el Concejo Deliberante se impone buscar consensos, acuerdos, ya seas mayoría o minoría, hay que estar dispuesto a escuchar y nunca creerte dueño de la verdad. En el Ejecutivo la cosa cambia, hay que ser consciente que administramos los recursos de los vecinos, los errores cuestan dinero ajeno y debemos rendir cuentas. No se trata de ser duro, sino de ganarte el respeto tanto del empleado municipal como de los propios vecinos, el ejemplo siempre tiene que venir de arriba hacia abajo.

En síntesis, comportarme con las pautas bajo las que me criaron: ser humilde, respetuoso y trabajador, es la única fórmula que conozco, la practico en mi vida privada y entonces la replico en la faz pública. El día que el personaje supere a la persona, me convertiré en un soberbio y la mediocridad habrá ganado la batalla, espero que no me pase.

– ¿Cómo ves el partido gobernante en Trenque Lauquen? Parece que sufren el mismo problema que en los 90, al dominar la escena generan su propia oposición. ¿Cómo lo ves vos?

-Hoy el radicalismo, mi hábitat político natural desde el retorno de la democracia, forma parte de una coalición de gobierno que, casi diría que por lógica pura, sufre el cimbronazo de la derrota a nivel nacional y provincial. En el ámbito local se va a sentir, habrá nuevos posicionamientos, va a ser inevitable tomar como referencia que actitud adopta la UCR en su más alto nivel. No descubro nada si digo que los radicales vivimos de interna en interna, la historia de nuestro partido ha sido así.

Sin embargo hoy veo que hay una camada de gente joven que viene ganando terreno en el escenario local y eso es buenísimo, refrescante. Llegan con ideas nuevas, sin prejuicios. Veo a un radicalismo trenquelauquense en franco crecimiento, con una posición de apertura como hacía mucho no se veía, más allá de las discusiones que se avecinan, soy muy optimista.

– Por último, cómo ves a Trenque Lauquen, la gestión de Miguel Fernández y el futuro.

-El resultado de las urnas en octubre lo marca con claridad: se ha hecho una buena gestión y los vecinos así lo han reconocido. Pero cuidado, no nos podemos dormir en los laureles, ganar una elección, a mi modo de ver, significa redoblar esfuerzos para mejorar y corregir errores, Miguel trabajó muchísimo y bien, hay áreas como Salud, Educación y Ciencia y Tecnología que lo demuestran. No obstante eso, el desafío es permanente. Hace 40 años atrás, o tal vez un poquito más, mi viejo me decía: tenés que estudiar inglés y computación o no vas a poder crecer; y mi padre no había podido terminar el secundario porque tenía que trabajar para ayudar a su madre, sin embargo tenía la sabiduría de la calle, esa que te enseña a los golpes lo que ninguna Universidad te transmite.

Por eso lo veo a Miguel con una idea muy clara del futuro, debemos darle prioridad a la educación y a la modernidad. Hoy el que tiene 1.000 hectáreas de campo o 20 casas, cree que es rico, y tal vez no alcanza a ver que el tiempo, por el mero transcurrir de la vida, habrá de fragmentar esa supuesta riqueza hasta diluirla. Hoy es rico el que tiene acceso a la ciencia y a la tecnología y sabe aprovecharla. Por eso digo que el verdadero desafío como gestión, es entusiasmar a la mayor cantidad de gente posible para que se prenda con el mundo del conocimiento, es nuestra única oportunidad para elevarnos como sociedad. Ojalá podamos conseguirlo.