María José Ibarrola quería ser arquitecta. Pero ese sueño que la había llevado a Mar del Plata desde su Salliqueló natal, se interrumpió ab
María José Ibarrola quería ser arquitecta. Pero ese sueño que la había llevado a Mar del Plata desde su Salliqueló natal, se interrumpió abruptamente. Dejó sus estudios y volvió al pueblo para hacerse cargo de la empresa de venta de maquinarias agrícolas de la familia.
Hace 30 años el ámbito rural y de venta de maquinarias era dominado casi exclusivamente por hombres. Sentía que su condición de mujer joven podría ser una debilidad para la estrategia comercial y decidió incursionar en un terreno que hace tres décadas nadie se animaba a ponerle nombre: el comercio electrónico o e-commerce. Vendía por mail, mostraba productos en las incipientes guías on line, en las primeras webs, entonces nadie podía saber quién ofrecía el producto.
Su historia es de resiliencia. Su padre había fallecido en un accidente cuando tenía 10 años y a los 20 se hizo cargo de la empresa y logró el despegue de la misma. Hoy la tecnología es una aliada al alcance de la mano y utiliza todas las herramientas posibles que ofrece el mundo digital. Trata, como hace 30 años, estar un paso adelante.
La venta en línea o en plataformas virtuales creció tanto que se instaló en Buenos Aires. Continuó (y continúa) con la casa central en Salliqueló que abrió su padre hace 50 años. Pero es un espacio físico, un ancla al pasado y a los sentimientos, porque en realidad el campo cambió. Se vende y se paga sin necesidad de la presencialidad.
Pero hace un año el trabajo de su marido los empujó a volver a la región. Se radicaron en Trenque Lauquen para tener más tranquilidad familiar. Ahora abrirá una agencia de venta de maquinarias boutique, es decir sin las máquinas físicas para mostrar, será una sala con pantallas tipo 360 y videos que puedan “desarmar” una máquina, mostrarla y exhibir sus rendimientos.
Sabe que la tecnología está de su lado y que allí se mueve como pez en el agua. Hoy a los 48 años está lista para emprender algo nuevo, pasar a una segunda instancia.
“Continúo la empresa de mi padre que había fundado hace casi 50 años; me hice cargo muy joven a los 20 años vendía en Salliqueló y me iba bien, pero me dediqué a la venta digital antes que se difundiera este modelo de venta” cuenta en una entrevista con oesteba.com.ar.
Dice que el aspecto tecnológico “está profesionalizado” dentro de la empresa “supe utilizar las herramientas y siempre estuvimos a la vanguardia”.
En Trenque Lauquen está lista para abrir una agencia oficial Yomel que ofrece distintas maquinarias destinadas a la tarea agrícola y también algunos de sus productos compran clubes o municipios. “Está cambiando la forma de atender a los clientes, tenemos que dejar de ser la concesionaria que tiene sus máquinas en forma física, amontonadas y queremos hacer una propuesta distinta”.
El lugar elegido es el centro comercial Petrolauquen en ruta 5 “nos pareció súper innovador el centro comercial en la ruta, nos sumamos cuando el proyecto estaba en marcha por eso no tenemos aún la oficina pero la estamos construyendo y estará lista en 2025”.
“Tenemos que cambiar la forma de vender y mostrar la máquina al cliente, del mismo modo el servicio técnico y la asistencia. Será una oficina tecnología con pantalla 360 con las partes de la maquina interna y que se pueda mostrar la innovación desde pantallas”.
Sobre el lugar de la mujer en el mundo comercial y de servicios vinculado al campo, reflexiona que “hemos logrado mucho, aún falta mucho por resolver. Hay muchas esposas, viudas, hijas, herederas que trabajan en actividades vinculadas al campo, la tecnología también nos permite todo esto”.
En “Agralauquen” -que será agencia oficial Yomel- cuenta además con la compañía de su marido como integrante de la empresa “es todo un desafío para mi estar acompañada y vamos a poder trabajar juntos potenciándonos”. Una empresaria zonal que regresa a la región.