Tras una primavera seca, las expectativas se depositaron con fuerza en el verano y finalmente el agua llegó. Este cambio de escenario productivo perm
Tras una primavera seca, las expectativas se depositaron con fuerza en el verano y finalmente el agua llegó. Este cambio de escenario productivo permite estimar ahora una buena cosecha para nuestra región, un pronóstico impensado hace un mes atrás.
Así lo manifestó el ingeniero agrónomo Orlando Lo Gullo, delegado del Ministerio de Agroindustria en Estimaciones Agrícolas en Trenque Lauquen consultado por OESTE BA.
“Hasta el 20 de diciembre último teníamos una de las peores sequías de los últimos 50 años, la situación de la cosecha gruesa era tan mala que se especulaba que si en una semana no llovía, se empezaban a perder los cultivos de maíz y en menor medida soja, a partir de ese día comenzó a llover regularmente y la recuperación de todos los cultivos fue total, pudieron compensar rápidamente su falta de desarrollo por este aporte regular de lluvias”, sostuvo el profesional consultado por este medio.
Al día de hoy, siguió, “el girasol tiene asegurada su producción, sólo le resta mes y medio a la cosecha, el maíz y la soja están muy bien ahora pero dependen de lluvias futuras para no perder potencial de rendimiento”.
En resumen “si las lluvias se siguen dando regularmente tendremos una buena cosecha gruesa”. Esa suerte no fue la misma para la cosecha fina del ciclo 2019 “fue de las más malas de los últimos años, por la sequía que sufrió desde junio hasta su cosecha en diciembre”, concluyó. Los eventos de lluvias en nuestra zona del primer mes del año le devolvieron el alma al cuerpo a los productores rurales, y los registros de precipitaciones permitieron la recuperación hídrica, que ilusionan con rindes mucho más altos que los que preveían a finales del año anterior.