Si bien celebraron la baja de las retenciones a la soja, trigo y maíz, el campo bonaerense está en aprietos por las inundaciones sufridas en marzo y mayo, que afectaron una gran extensión de tierras en la provincia de Buenos Aires. Producto de las inundaciones, varios campos sufrieron anegaciones y también hubo inconvenientes en las cosechas.
Ante esta situación, el titular de la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (CARBAP), Ignacio Kovarsky, dio un pantallazo sobre la actualidad del campo bonaerense luego de las inundaciones que afectaron a un importante territorio rural de la provincia de Buenos Aires. Desde la entidad exigen obras tanto en el Río Salado como en los caminos rurales y vieron con buenos ojos (y algunos matices) la continuidad de la baja de retenciones al trigo y maíz anunciado por el ministro de Economía, Luís Caputo.
En diálogo con La Tecla, el titular de CARBAP sentenció: “Nosotros vimos por satélite alrededor de 2 millones de hectáreas inundadas. Pero hemos visto a otras personas que se arriesgaron a decir datos, pero cambia mucho. Por ejemplo, la soja de primera y segunda en toda la zona de núcleo ya casi se había terminado de cosechar. En cambio, en Nueve de Julio, Carlos Casares y otros distritos todavía faltan: son distintos lugares, entonces la afectación es distinta. Cuantificar los daños la verdad que es difícil en el medio de la emergencia”.
A su vez, destacó que hay zonas en el sudoeste bonaerense y en el norte de la provincia que todavía sufren las consecuencias de los temporales. En esa línea, detalló: “Asambleas se hicieron en Saladillo, en Bolívar, se hicieron en 9 de Julio. Asambleas con muchos productores por el tema caminos, inundación y falta de respuesta. Todo esto venía siendo ya un tema para nosotros y la semana pasada volvió a llover en algunos de estos lugares, cayeron 150 milímetros más. Un desastre porque llovieron 400 en 36 horas. Entonces, primero se taparon los pueblos, se desbordaron todos los ríos, arroyos, se borró todo”.
Además de confirmar daños en el suelo, también sostuvo que hubo complicaciones en algunas cosechas: “Hay videos de cosechas que, como no podían sacar los granos, los guardaron en silobolsas y les quedaron bajo agua. Productores con hacienda que están por arreo sacándolo a algún lugar del seco, de un vecino porque están en el agua”.
Según indicó Forbes Argentina, tras las inundaciones existe un total de 1,2 millones de hectáreas sin cosechar y se encuentran en condiciones muy delicadas, aunque las dudas sobre su utilidad se dan para toda la superficie. En esa línea, la Oficina de Riesgo Agropecuario (ORA), dependiente del Ministerio de Economía, afirma incluso que el 50% del territorio bonaerense se encuentra en una situación compleja debido al exceso de agua con el que cuenta, lo que impide que sean trabajadas, y posiblemente tampoco sean productivas por un tiempo.
En esa línea, Kovarsky sostuvo que esta situación se da “por dos cosas. Primero, la falta de inversión (porque los aportes se hacen) en los caminos, que eso es a cargo de los municipios; y después, de la infraestructura provincial, que tiene décadas de abandono y con este tipo de eventos te das cuenta de que estamos totalmente a la deriva”.