Manuel Capobianco realizó el camino inverso. A pesar de ser un vecino de Trenque Lauquen su historia la contó un diario nacional y entonces se hizo
Manuel Capobianco realizó el camino inverso. A pesar de ser un vecino de Trenque Lauquen su historia la contó un diario nacional y entonces se hizo más conocido en su propio pueblo. Son cosas de la aldea global, de los tiempos 3.0 en los que a veces estamos más conectados con lo más lejano.
Aunque Manuel nunca persiguió ser conocido. Su aparición en Clarín fue una conjugación de casualidades pero esa nota nos permitió a todos conocer la historia de un chico que siempre soñó con trabajar en la producción agropecuaria y a fuerza de empuje y sacrificios lo consiguió, mientras aún rinde las pocas materias que le quedan para ser abogado, un traje que sabe nunca se probará.
Entrevistado en FM Tiempo 91.5 contó la historia de cómo salió en Clarín. “La nota surgió porque durante una reunión en Rosario de la Cámara de Contratistas me encontré con un ex profesor de la facultad que trabaja para Clarín y me pidió hacer una entrevista que se publicó en el suplemento rural” contó el chico de 27 años.
No pudo entender por qué el periodista se interesó en su historia, cuando en esa predio habitaban los empresarios más importantes del país, sin embargo eligieron contar la parábola de un chico de pueblo.
“Siempre fui muy inquieto. Estudiaba en Buenos Aires y trabajaba en una empresa bursátil. Con un compañero queríamos hacer una empresa de empanadas que era una franquicia que estuvimos a punto de concretar pero la pandemia nos lo impidió” entonces empezó a mirar para el interior durante los meses de emergencia sanitaria.
“Ya había intentado comprar una máquina picadora porque es algo que me gustaba, mi abuelo es productor agropecuario y siempre me gustó la actividad”. Entonces durante la pandemia “hablé con una empresa de Ameghino que tenía una máquina en venta que podía hacer una entrega y decidí hacerlo, luego compré una embolsadora siempre pidiendo plazos y mostrando ganas de trabajar, fueron muy difíciles los inicios porque se necesitan muchas cosas y no las tenía. Me daban el gasoil a 120 dias, y mucha gente me dio la posibilidad de pagar las cosas màs adelante, me había gastado toda la plata y solo podía mostrar las ganas de trabajar y la voluntad”.
Afortunadamente “vino una campaña muy buena con buenas lluvias y pudimos ir pagando todo y luego fuimos comprando maquinaria nueva y un camión, el primer año tenia que alquilar todo”.
Hoy Trektor silajes es una realidad. “Gracias a la gente que confió los chicos que hoy son empleados hacía 20 años que hacían esta actividad y confiaron en mí” alquila un local en el SIP pero no descuidó la carrera. En el cuatrimestre que no trabaja en el campo viaja y cursa en Buenos Aires, ahora le quedan 2 materias para ser abogado. “Lo hago por mi madre, quiero graduarme por ella, yo sé que nunca voy a ejercer. Mi lugar está en otro lado. Mi sueño es seguir en esto y con ganas de crecer”.
Contó que su vida cotidiana cambió abruptamente desde la publicación en Clarín y que ahora lo conoce todo el mundo, quizás eso sea también posibilidades de más y mejor trabajo. “Por lo pronto generó mucha repercusión porque mucha gente la vio y me lo dice”.
“No es fácil hacerse lugar cuando sos chico, y en un contexto económico difícil no es fácil pero yo cosecho los frutos de la trayectoria de mi abuelo, mi madre y mis tias” dice Manuel que se lo ve muy familiero. “Mi abuelo volvió a tener mucho entusiasmo en la actividad agropecuaria porque ve el crecimiento que vamos teniendo y comparte mucho con nosotros”, dice con el entusiasmo de un chico.