María Ethel Stamati de Dominici “Chichita” presenta el sábado su libro autobiográfico en el que recorre su vida dedicada a la docencia. Fue maestra y
María Ethel Stamati de Dominici “Chichita” presenta el sábado su libro autobiográfico en el que recorre su vida dedicada a la docencia. Fue maestra y profesora de enseñanza primaria y en jardín de infantes. Dictó clases en escuelas secundarias, ayudó a crear la Escuela de Comercio y creó el Instituto Superior de Formación Docente Nro.40. Una verdadera personalidad destacada en ámbitos académicos.
A los 93 años suena muy lúcida y con recuerdos muy presentes. Entrevistada en el programa OESTE BA RADIO DE FM OMEGA la docente que se jubiló en el año 2000 contó cómo fueron sus inicios y por qué decidió volcar todo en un libro.
“El libro es mi vida, hablo de mis abuelos y hasta nuestros días hasta que me jubilé. Es un libro que trata de traslucir cómo me sentí desempeñándome en la docencia en Trenque Lauquen. Vine a estudiar pre escolar, me recibi de maestra jardinera y empecé a trabajar en Pellegrini y a los 2 años me trasladaron acá y desde siempre trabajé en la docencia”.
Contó que trabajó en el Jardín 901 y 902 hizo un profesorado de pedagogía y por tal motivo la convocaron al Colegio Nacional como profesora de Historia “hasta que un grupo de profesores abrimos una escuela Comercial porque no había; comenzó a funcionar de noche en salones de la Escuela 2. De esa institución fue vicedirectora.
“Mi tarea como docente era muy amplia. Después compramos un edificio para la escuela de Comercio en la calle 9 de julio que había sido de la fábrica Cauca y nos pusimos manos a la obra, nos costó mucho”. En el ministerio se hablaba “de un edificio para las dos escuelas porque el Nacional estaba en un edificio muy deteriorado, teníamos que poner baldes cuando llovía”.
Luego fue directora de la escuela comercial “ahí me di cuenta que era un problema que no hubiera escuela terciaria, no teníamos profesores y entonces empezamos los trámites y logramos que la escuela 3 nos cediera el edificio y ahí se creó el ISFD 40 y allí trabajé hasta que me jubilé”.
-¿Siente el reconocimiento de la comunidad educativa y los ámbitos académicos por toda esta trayectoria?
-Un día me tomé un colectivo en Buenos Aires, ya estaba jubilada. Me venía para Trenque Lauquen y un hombre muy grandote me abrazó en el pasillo y me dijo “chichita mi maestra”, ese fue uno de los episodios que pasé, siento que me quieren a pesar que era muy exigente como profesora. Nunca tuve problemas con nadie. Fui una persona respetada y considerada en todos los lugares que trabajé.