Dirigida por Laura Citarella, con Laura Paredes ("Argentina, 1985") mantiene en suspenso todo el tiempo. Dónde verla. Por Pablo O. Scholz Clarín
Dirigida por Laura Citarella, con Laura Paredes («Argentina, 1985») mantiene en suspenso todo el tiempo. Dónde verla.
Por Pablo O. Scholz
Clarín
Es la película independiente argentina de la que más se habló en el circuito de los festivales. Y con motivos que van más allá de su duración (casi 5 horas, dividida en dos partes, con un intervalo). Es Trenque Lauquen, de Laura Citarella, con Laura Paredes (integrante del grupo Piel de Lava, y vista en Argentina, 1985) y quedan pocas funciones en la Sala Lugones del Teatro San Martín.
Intrigante en todo momento, tanto que conviene no revelar ni siquiera un poco de su trama, Citarella arma el andamiaje en el que se sube Trenque Lauquen a partir de una trama rica en subtramas y en personajes, que entran, interactúan (o no) con la protagonista y desaparecen.
Es una película, tal vez, sobre la necesidad intrínseca de conocerse a sí mismo, de no dar nada por sentado, de apostar. De jugarse.
Es, sí, una película en la que las historias cautivan, son contadas con lujos de detalles y en ello radica uno de sus principales atractivos.
A la directora le demandó cinco años hacer Trenque Lauquen, que tiene a la misma actriz protagónica, Laura Paredes, que su opera prima, Ostende (2011).
Citarella, socia de la productora independiente El Pampero Cine, que ha producido Historias extraordinarias y La flor, codirigió entre Ostende y Trenque Lauquen La mujer de los perros (2015) con su protagonista, Verónica Llinás, y aquí compartió la escritura del guion con Laura Paredes, del Grupo Piel de lava. Y sí, Laura es Laura en la ficción.
Laura está por recibirse de bióloga y por mudarse con su novio (Rafael Spregelburd) cuando -literalmente- desaparece del mapa. Desaparece de Trenque Lauquen. Tanto su novio como Chicho (Ezequiel Pierri), su ocasional amante, van tras sus rastros con suerte dispar.
Suspenso y más suspenso
La película ofrece más suspenso del que uno se pueda imaginar, saltando una y otra vez en el tiempo. Laura, que termina un trabajo sobre flores y plantas para la Municipalidad de Trenque Lauquen, está metida en una investigación personal, a partir de unas cartas de amor, una correspondencia entre amantes, que va encontrando escondidas en libros de la biblioteca. Chicho es quien, en un principio, la ayuda.
Hay, claro, un motivo por el que se ausenta. Enigmática, lo único que dejó es una nota. “Adiós, adiós. Me voy, me voy”, en el parabrisas de un auto prestado.
La mirada casi de observación, por momentos, y el suspenso, dos características motoras de Ostende, vuelven a estar presentes aquí. Pero Laura deja de observar para meterse de lleno en la historia. Para participar y para, si cabe, modificar, influir en la historia.
Tanto en su Primera como en su Segunda Parte Trenque Lauquen no suelta al espectador. Citarella y Paredes delinean tan bien a los personajes femeninos -son los protagonistas de las películas de la directora- como los masculinos, a los que cada silencio resulta una expresión. Elisa Carricajo, también de Piel de Lava, tiene un rol fundamental en el filme, acompañada por Verónica Llinás.
Las mencionadas casi cinco horas de duración, dificultan la salida comercial de Trenque Lauquen, no así en salas de cine arte, y en distintas presentaciones en festivales de cine internacionales.
Trenque Lauquen tuvo su premiere mundial en la Mostra de Venecia en septiembre pasado, donde concursó en la sección Orizzonti, y luego pasó nada menos que por el prestigioso New York Film Festival, el de San Sebastián y el de Mar del Plata, entre otros.
Tras exhibirse los sábados de febrero en el Malba, -donde seguirá en marzo, siempre a las 20 horas- y en funciones de la Sala Lugones, la película se exhibe este domingo y el próximo, el 5 de marzo, a las 18, en la Sala Leopoldo Lugones del Teatro San Martín. Las funciones cuentan con un intervalo de 30 minutos, entre la Primera y la Segunda parte.
Nota Clarìn