“Tato” Etcheberry, las manos del arte en plata

El perfil de Facebook de Alvaro “Tato” Etcheberry señala que vive en Tandil, aunque por sus venas corre sangre pellegrinense y ahora está de vuelta en el pago, acomodándose a la vida de pueblo en las que las horas del día alcanzan para todo y no hay que correr para…

El perfil de Facebook de Alvaro “Tato” Etcheberry señala que vive en Tandil, aunque por sus venas corre sangre pellegrinense y ahora está de vuelta en el pago, acomodándose a la vida de pueblo en las que las horas del día alcanzan para todo y no hay que correr para llegar a ningún lado. Pero a pesar de las mudanzas, siempre trae consigo su oficio de orfebre que lo ha hecho trascender fronteras y hasta exponer en Sudáfrica.

“Tato” tiene 42 años y es de Pellegrini y se define como platero, artesano. De sus manos surgen unas piezas de ensueño que hasta llamaron la atención de Canal 9 que días pasados lo incluyó en un programa sobre el interior. Pero nada de este presente de éxitos y reconocimientos hubieran sido posible si en el camino de su vida, no se hubiera cruzado su hoy esposa y madre de sus 4 hijos, Rosario, a quien conoció en la Ciudad de Buenos Aires a donde había ido a estudiar administración rural.

A la ciudad de la furia fue en búsqueda del título rural, siguiendo un mandato familiar vinculado a la actividad agropecuaria, pero en el camino conoció a la que hoy es su esposa y su familia, concretamente a su suegro que es un reconocido soguero tandilense quien lo acercó al mundo de la artesanía criolla y no se fue más. Tomó clases con el célebre Daniel Escasany y se lanzó al mundo de la platería.

“Hace 15 años que vivo de esto” dice del otro lado del teléfono a OESTE BA el artista que se especializa en platería criolla. “Al principio fue un hobby que fui perfeccionando y en el 2003 me dediqué a esto” dejando de lado su profesión, que ahora busca retomar a medias con la administración de una porción de campo.  

“Estudié Administración Agraria pero nunca lo hice de lleno, lo mío siempre fue la platería” a la que llegó porque los caminos se cruzaron en su vida. “No soy de una familia de artesanos, pero siempre estuve vinculado al campo. Mis abuelos siempre tenían platería. Cuando me lo choqué fue como un hobby, y no había muchos cuando yo decidí aprender esto en toda la ciudad de Buenos Aires había 10 plateros”.

Siguió con su relato: “Fui sólo 3 meses a tomar clases y me atrapó, de la manera que pude me armé mi taller, y cuando me pude radicar en el interior lo pude desplegar mejor, siempre seguí en contacto con buenos colegas y buenos maestros y nunca dejé de aprender”. Primero se radicó junto a su familia en Pellegrini y luego en Tandil, ahora volvió al pueblo. Dese hace 6 meses.

Trabajo metódico

“Es como cualquier trabajo, hay que ser metódico para sacar el trabajo y hay que organizarse, eso sigue siendo lo más difícil, siempre traté de trabajar 8 horas por día”, aunque ahora con la administración rural reparte tiempos.

Durante 10 años expuso en la muestra Rural de Palermo “te lleva tres meses organizar esa muestra y hay épocas más demandantes como las fiestas y fin de año, ahora es menos tiempo porque tengo la ocupación del campo”.

Sólo trabaja con clientes particular, no provee más a comercios porque le gusta “administrar mis tiempos” y en esta etapa de la vida “no quiero sobrecargarme”. Esta etapa, es la del regreso al pueblo, junto a su esposa y 4 hijos. Dice que disfrutan de los días más largos que no se ven en las ciudades grandes donde se corre todo el día.

“Nos gustó volver a radicarnos a Pellegrini, venimos de una ciudad más grande que es muy linda pero acá es mucho más tranquila, tenemos más posibilidades laborales y a los chicos les gusta vivir acá, a nadie le costó la adaptación”. Hoy con la tecnología y la denominada economía de plataforma, puede moldear piezas que se encargan por WhatsApp y entrega por correo, no hace falta que nadie le vea la cara ni conozca el taller o viaje a Pellegrini.

“Las distancias se acortaron y los mecanismos son más simples” dice Etcheberry quien destaca además que su oficio es placentero “aquí la gente viene con proyectos, con ganas de hacer algo que ansía, o con ganas de regalar algo, todos los que vienen compartimos la misma pasión, nadie viene con un problema”.

La platería

La platería, dice, se divide en tres grandes géneros: criolla, civil y religiosa. El se especializa en la primera cuchillos, rastras, rebenque, mates, bombillas que es la “más se vende” aunque también en su catálogo on line en Facebook cuenta con producciones de los otros géneros.

“No es fácil vivir del arte, yo tuve suerte porque comencé en una etapa que el país iba creciendo, y sigo viviendo del arte aunque tengo otros proyectos en marcha”. A lo largo de su trayectoria inscribió su nombre en el ámbito orfebre nacional y es un artista reconocido, al punto que hace un par de años expuso en Sudáfrica. 

Este presente, y su edad, permiten aventurar que en el futuro será un artista de referencia, un lugar que no buscó ni soñó cuando chico, sino que el destino le puso en su camino.

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