83 aniversario del Club Deportivo Barrio Alegre

Este viernes 14 de febrero el Club Deportivo Barrio Alegre homenajeará a su Primer Secretario en el marco de su 83° Aniversario y realizará en su estadio el lanzamiento simbólico de todas sus actividades.
A las 19 hs de este viernes se descubrirá una placa con el nombre de su Primer Secretario “Francisco Rivelotta” frente al árbol Ginkgo Biloba (Árbol de la vida) ubicado al ingreso del Camping.
Este árbol fue donado por Francisco y sus cenizas fueron esparcidas en ese lugar hace varios años atrás.
Una vez finalizado este acto, se realizará una foto en el estadio Omar Pedretti con todas las disciplinas y se dará el inicio simbólico de todas sus actividades tanto culturales como deportivas del club.
FRANCISCO RIVELOTTA (1er SECRETARIO DEL TRIUNVIRATO)
Fue el primer secretario del Club y sus cenizas se esparcieron en el árbol de la vida (Ginkgo Biloba), que donó unos años antes.
Francisco Rivelotta integró el triunvirato en la fundación del Club el 14 de febrero de 1942. Siendo Presidente Benigno Más, secretario a Francisco Rivelotta y tesorero a Ramón Más.
El 7 de Marzo de ese mismo año se define la comisión definitiva, como Presidente Don Ernesto Matteazzi, Vice Víctor Zanollo, Secretario Raúl Bereziartúa, Tesorero Ramón Más y como Protesorero Francisco Rivelotta.
Francisco trabajó en Arbisu y Servino, ubicada en la esquina Mitre y Dorrego. También tuvo un kiosco en Villegas y Moreno dónde había una estación de servicio.
Por razones laborales se tuvo que trasladar a Buenos Aires, pero nunca olvidó a su Club.
Muchos años después donó un Ginkgo Biloba (El árbol que sobrevivió a la bomba de Hiroshima). La hizo crecer en el balcón de su casa hasta que pudo traerla a Trenque Lauquen y plantarla en la entrada del Camping del Club.
Se realizó una ceremonia, donde concurrieron familiares de Rivelotta y miembros de la Comisión Directiva. Por aquellos años Francisco tenía más de 90, su sueño era regresar a festejar los 100.
La misma quedó bajo el cuidado de Rodolfo “Conejo” Magrotti.
Dos años después falleció siendo su deseo que sus cenizas fueran esparcidas en ese árbol. Para sorpresa de sus familiares, había dejado hasta el dinero para costear el viaje de ellos a Trenque Lauquen.
Según contaron sus hijos, dejó un manuscrito con la historia de su vida. Algunas de sus páginas hacen referencia a su Club.