Los barrenderos juntan las hojas en los grandes bolsones que depositan en las esquinas. La escena es conocida, no nos debería sorprender, aunque cuand
Los barrenderos juntan las hojas en los grandes bolsones que depositan en las esquinas. La escena es conocida, no nos debería sorprender, aunque cuando reparamos la imagen la estamos viendo en la primera semana de febrero y el otoño está muy lejos ¿qué pasó?
Antes de la gran tormenta de hoy hubo un tiempo de calor sofocante extremo y ahí radica la explicación que la titular del área de Espacios Verdes, Germana Cuniberti, nos brinda cuando interrogamos acerca de la alfombra de hojas en pleno verano.
La caída de hojas y el desecado en el follaje en los árboles del arbolado de la ciudad, es debido a las altísimas temperaturas y el viento caliente del Norte, explicó la funcionaria. “El bajo porcentaje de humedad ambiental producto de la combinación de viento, alta temperatura y falta de lluvia, provocó deshidratación en los tejidos de las hojas y posteriormente el amarronamiento de las mismas y la caída de un porcentaje del follaje” dijo.
Esta situación se ve más en árboles de hojas anchas como Plátanos, Tilos, Liquidambar, Robles, luego Fresnos, etc. Ya no es sólo un tema de riego, sino de una situación ambiental extrema.
Las especies que más soportan estas situaciones son los árboles nativos, que si los observamos, al tener hojas más finas, con menor exposición a la evapotranspiracion, soportan mucho más estas inclemencias climáticas. El cambio climático trae situaciones como estas, dijo.
Claro que los 100 milímetros de hoy pueden cambiar el paisaje aunque quizás ya se tarde y tengamos que decir que el otoño llegó, hace rato…