Carlitos Guilledo es un ícono de la noche de Trenque Lauquen para varias generaciones. Durante más de 40 años le puso ritmo a la noche desde la cabina
Carlitos Guilledo es un ícono de la noche de Trenque Lauquen para varias generaciones. Durante más de 40 años le puso ritmo a la noche desde la cabina del disc jockey en Montoto pero también “tocó” en otros boliches de aquí y la zona, y hasta regenteó su propio pub-bar en pleno centro donde marcó un quiebre en la era de ese segmento del entrenamiento en el orden local.
Guilledo es “Carlitos” y comenzó a hacer girar los primeros discos en 1971 cuando abandonó el Colegio Nacional tras repetir segundo año. Era la era del post Beatles y desde ese momento, no se bajó más de la ola de la noche y la música. Pasó por la era del punk, el rock, el rock alternativo, el techno, el deep house, la cumbia y todas las modas. Su estilo siempre fue el del hombre amigo de todos y hoy con 68 años sobre sus espaldas, aún musicaliza algunas fiestas retro a la que lo invitan y dice que siente el “reconocimiento y el cariño” de varias generaciones a las que hizo bailar.
Carlitos visitó el estudio de FM Tiempo 91.5 Mhz para contar su historia y en algún momento se emociona al recordar viejas épocas, y sorprende con la memoria para recordar los nombres de muchos adolescentes que hoy son ya adultos a los que vio desde lo alto en la cabina, en aquellas noches de música disco.
“A los 16 años discutí con mi madre, cometí el error de no ir más a la escuela, abandoné en segundo año luego de repetir, porque quería pasar música, un amigo me enseñó las primeras cosas y me lancé. Mi primera participación fue en Macarius en Oro y Villegas en 1971 era una época de música progresiva, era el final de la etapa Beatles y comenzaban los Stone, la música sinfónica y en lo nacional sobresalía Almendra, Vox Dei, etc.”, recuerda con una memoria prodigiosa.
“Pasábamos música en los simples de 33 revoluciones, me acuerdo Mi dulce señor de George Harrison y Esto es lo que quiero The Square Set. Años más tarde aparece el Lado Oscuro de Luna de Pink Floyd que fue una revolución”.
Carlitos siempre fue un DJ muy vinculado al rock, aunque por su función pasaba todo estilo de música, pero su predilección son los Rollings Stone, y asistió a la entrevista radial con una remera de Metallica.
“Al poco tiempo me convocaron a trabajar a Henderson y me quedó allí varios años en una disco de esa ciudad. A finales de los 70 volví a Trenque Lauquen a Jacaroé y luego pasé a Montoto. Más tarde me fui a Imagínate a una disco en Belgrano y Sarmiento, ahí conocí a mi señora a principios de los 80; pasé por Flash en calle Villegas donde ahora están los bancos y luego retorné a Montoto ya para quedarme”.
En aquellos años la gente seguía al que pasaba música, por eso los boliches se disputaban su servicio.
“Con Juan Nappi tenemos una relación de mucho amor y afecto, caminamos juntos durante muchos años y éramos como hermanos”, recuerda sobre el ex propietario de Montoto.
Estuvo activo en la noche entre 40 y 45 años, “ahora voy a algunas fiestas retro pero ya no trabajo en la noche. La noche cambió como cambió la vida”.
-Si vos escuchás música en tu casa ¿qué te gusta?
-Todo, pero lo que más me gusta son los Stones.
-Como DJ tenés que pasar todo.
-Si claro, pero me gusta de todo un poco.
-¿Hoy pasarías a L-Gante?
-No, pasaría cumbia que es hermosa.
-¿Qué te pasa con la música nueva?
-No me llama esa música, no entiendo el género. Sí me gusta el rap, Eminen, Doopy Dog y otros. También el tango y otros géneros.
-¿Todas las noches son iguales desde la cabina?
-No, muchas veces tenés que remar para que la gente se enganche con la música. Acá tenemos la suerte de conocernos todos, entonces yo podía ver qué gente estaba en el boliche y por dónde iba la música cuáles eran sus gustos. Nosotros tenemos que pasar la música que la gente quiere bailar, para que la pasen bien y vuelvan.
-¿Sentís el reconocimiento de la gente, la generaciones de chicos que bailaron con vos?
-Si claro, en la calle me saludan, me hablan, siento mucho amor de su parte y es recíproco porque yo los conozco a todos. Hay una generación de entre los 35 y 45 que fueron a mi bar que los conozco a todos. Cuando empecé a los 16 se usaban mocasines y chombas tipo tenis, yo los conozco a los que salían en esa época y eran más grandes que yo. Así que hay gente más grande que usaban gomina a la que también hice bailar.
-Me estás dando el título de la nota hiciste bailar a los de gomina y a los de nuestros días.
-Vi todas las modas. Los pelos largos, los punk, los hippies, los pantalones nevados, etc.
En otro tramo de la entrevista dijo que la mejor época de la música fue “para aprender los 70 y para escuchar los 80 por la cantidad de música que había disponible muy buena” y que los lentos no se pasaban porque “arruinan el negocio, la gente no consume. Se enojaba Juan porque la barra estaba vacía, hay que conocer la noche y el propietario tiene que facturar sino con qué te paga”.
-La noche también es muy cruel.
-Si es muy cruel, siempre algunos nos señalaban por la droga, si hacías plata porque vendías droga. Eran cosas que hacían daño porque en aquel momento éramos un pueblo chico y nuestros hijos iban a la misma escuela de los que te critican, es feo que te acusen y digan cosas de vos. Durante la dictadura nos metieron presos por estar sentados en la plaza. Llegó un momento que ya no escuchas más lo que te critican.
Dice que “no hizo plata” en la noche pero “hice un capital enorme que es la amistad y el cariño de mucha gente. Aún me llaman a algunas fiestas y eso me reconforta porque es un reconocimiento” y destacó como su mejor momento cuando tuvo su propio pub llamado La Cava “el intendente nos ayudaba y cortaba la calle porque era un loquero y sin embargo no había peleas ni nada”.
También dijo que no tenía un disco de cabecera y que de las modas al único que se negaba a pasar era a Locomía. “Llegué a tener 2 mil discos pero los regalé a todos, me quedan 4 ó 5 entre ellos uno de Almendra”.
Carlitos lleva la música en la sangre y varios generaciones de trenquelauquenses, su ritmo grabado para siempre de aquellas noches de adolescencia y música disco.