A los 62 años corre maratones por todo el mundo “encontré una motivación para moverme”

Hace unos meses atrás, un posteo en Twitter de la Cancillería Argentina en Japón agradeció a un grupo de runners argentinos por dar el presente en la maratón de tokio, y en ese puñado de atletas se destacaba un trenquelauquense: Néstor Hugo “Nano” Oliva, de 62 años.
El dato llevó a indagar periodísticamente: ¿quién es este “embajador” deportivo capaz de cruzarse el planeta para correr una maratón y su apellido no es ilustre en el mundo del deporte? A los 62 años completó el circuito de las 6 grandes pruebas alrededor del globo y este año va por Sidney, Australia.
“Encontré una motivación, un argumento para moverme, para disfrutar, es un mundo de amigos que vas armando relaciones” cuenta en una entrevista con FM Tiempo este hombre que hace sólo 10 años comenzó a correr y lo hace con fines recreativos, para su salud no para ganarle a nadie.
“Empecé anotándome en carreras de poca distancia y cuando quise acordar corría 42 kms. Me ordenó la vida, la alimentación, el sueño, todo. Esto de las carreras en otros países lo tomo como que salgo a correr y de paso hago turismo”.
Todo comenzó en una maratón de Buenos Aires en 2016. “Me había anotado para correr 21 kms y ese día me encontré con una agencia de viajes que tiene cupos para carreras internacionales, me gustó, me interesó. Había escuchado de oído que había un circuito, que se llama las Six Mayors, las seis grandes, que son las seis maratones más importantes del mundo. Y estos chicos de esta agencia tenían los cupos para esas carreras. Entonces me acerqué, me informé un poco a ver de qué se trataba, y me lo puse como un objetivo correr la madre de las maratones, que es la de Nueva York”.
Allí voló en el año 2017. “Fue impresionante una experiencia muy linda. La organización, la gente. Fuimos con un grupo de 250 personas de Argentina y corrieron 55 mil. Fue dos días después de un atentado en el que perdieron la vida unos argentinos y como yo corría con la camiseta de argentina la gente se solidarizaba conmigo y me daba ánimo”.
Aunque la experiencia fue buena, el ritmo de carrera no lo dejó conforme y entendió que tenía que trabajar más en la planificación. “Correr no es difícil. Es poner una pierna delante de otra y un poquito más rápido, nada más. Ahora, si vos querés hacerlo como si fuera ya un deporte, tomártelo más en serio, y tenés que entrenar. Tenés que tener una planificación. Tenés que aprender la pisada, la coordinación del ritmo con la respiración, etc.”.
Su plan mejoró para las siguientes competencias. Siguieron Berlín (2018), Londres (2019), Chicago (2019) y volvió a Nueva York (2021), Boston (2023) y Tokio (2024).
“Mis hijos viven en España. Viajé allí primero, estuve con ellos y fuimos todos a Japón. Lo que más movilizó fue ir con mis tres hijos a Tokio”.
“Tokio fue una ciudad que me voló la cabeza, el nivel de orden social, la tranquilidad con la que te manejas en la calle y la tecnología aplicada a la ciudad como por ejemplo en el transporte público. Fue la carrera más emotiva y yo llevaba una insignia en el dorsal que indicaba que terminaba el circuito de las 6 maratones. Ahora se sumó una nueva que es Sidney en Australia y ahí vamos en agosto con mi pareja. Encontré una motivación, un argumento para moverme, para disfrutar, es un mundo de amigos que vas armando relaciones”.
A pesar de haber dado la vuelta al mundo aún se entusiasma con nuevas competencias, ya que los organizadores analizan sumar en 2026 a Ciudad del Cabo (Sudáfrica) y en el 2027 a Shanghái China, y está en los planes sumar a SudamériBa en buenos Aires o Brasil.