Carlitos Márquez ocupó durante 32 años en la Municipalidad el lugar de “maestranza” y durante ese tiempo tuvo el acceso directo al Despacho
Carlitos Márquez ocupó durante 32 años en la Municipalidad el lugar de “maestranza” y durante ese tiempo tuvo el acceso directo al Despacho del Intendente para servir un café a media mañana. Lo hizo con todos los jefes comunales para que pasaron por el sillón principal durante tres décadas y hoy recuerda con anécdotas y buen humor sus días en la “Muni”.
En una entrevista con FM Tiempo, contó que ingresó a la Municipalidad el 9 de noviembre de 1989. Lo hizo para cubrir una suplencia de 20 días por unas vacaciones pero no se fue más, y permaneció 32 años sirviendo el café a Jorge Barracchia, Juan Carlos Font, Raúl Feito y Miguel Fernández.
“Entré por 20 días a cubrir una suplencia por vacaciones y quedé 32 años, entré con 28 años y me jubilé allí. Cuando ingresé Barracchia aún no tenía 2 años de mandato en aquellos años era bravo, con mano dura” recuerda hoy Carlitos siempre con una sonrisa.
A lo largo de los años Carlitos se convirtió en un personaje central del Palacio Municipal. “Del Despacho estaba a cargo en los primeros años Cacho Quiñones era él quien tenía acceso para servir café al intendente, yo lo hacía cuando cubría suplencias o a la tarde, pero en los primeros tiempos la relación con Barracchia era muy cortante y seca”.
Font, recuerda, “fue uno de los intendentes más cercanos a los empleados, tenía muchas consideraciones con nosotros” señala y del mismo modo destacó que la relación con Feito y Fernández fue “buena”.
Le hubiera gustado servir el café cuando vino el por entonces Presidente Mauricio Macri pero trajo su propio personal y no lo dejaron participar “más allá de lo que uno pueda pensar sobre su gobierno, fue un Presidente y me hubiera gustado por la investidura”.
Sobre la tarea y su rol cercano a los hombres del gobierno, dijo que “vos entras al Despacho y hay reuniones y personas importantes que hablan y vos tienes que ser invisible entrar y salir no escuchas nada y no te tiene que interesar nada”.
Además de ingresar al área de los intendentes, se encargaba que en el Palacio Municipal todo funcionara. El izado de las banderas, la limpieza, las veredas, la correspondencia.
“No hay secretos en la Muni que alimenten la leyenda urbana” responde y remarca “no hay ningún famoso túnel ni nada” también dice que tiene muchas anécdotas y que de su relación cercana con los intendentes señala “mucho desgaste para una persona, además con el teléfono celular hoy todo el día”.
Menciona que no hay registrados de un ordenanza municipal de tantos años en el mismo lugar que lo suyo es un récord y que una vez le propusieron escribir un libro “pero finalmente no prosperó”.