Cuenta la historia que en 1830 John Deere ideó en EE.UU. un equipamiento para surcar la tierra y abrió el horizonte para una revolución tecnológica q
Cuenta la historia que en 1830 John Deere ideó en EE.UU. un equipamiento para surcar la tierra y abrió el horizonte para una revolución tecnológica que llegaría años más tarde con el tractor de color verde con el alce saltando dibujado en color amarillo.
Es una marca registrada a escala global, símbolo de la producción primaria de la tecnología y el desarrollo agroindustrial. En Trenque Lauquen, esa marca también tiene asociado un apellido de tradición: Carlos Dardenne, un vecino que comenzó a desarmar estos tractores hace 50 años y construyó un legado de trabajo, seriedad, confianza y responsabilidad. Ahora, se reimpulsa y suma una línea de venta de repuestos.
Carlos nos espera en sus flamantes oficinas de la calle García Salinas, junto a su hija Paulina. Tiene 67 años y no recuerda cuándo fue que no trabajó. A los 11 años ya era lavacopas en la confitería Melva y unos meses más tarde pasó a desarmar motores en el taller de Oscar Puras. A los 16 era parte de la planta de trabajadores de Tamagnone (el primer concesionario John Deere de Trenque Lauquen) hasta que en 1982, con 27 años, abrió su propio taller de reparación en la calle Blandengue donde aún está.
“Cuando la empresa pasa a nombres de Agustín Rosas me ofrecen quedarme, pero yo ya tenía un pequeño emprendimiento en mi casa, arreglaba motores los fines de semana y decidí largarme solo. Siempre quise trabajar como autónomo y no en relación de dependencia”, recuerda hoy.
Corría el año 1982. No eran tiempos fáciles para el país “los comienzos fueron muy difíciles” dice pero nunca bajó los brazos “quería tener un taller propio y lo logré, pude criar a mis hijos y me fue bien, con años buenos y malos, pero siempre con trabajo y mirando para adelante”.
En otro tramo de la entrevista destacó que la tecnología y la evolución de las unidades hizo necesario “todo el tiempo hacer cursos y estudiar” porque “no son lo mismo los tractores hoy que cuando comencé hace 50 años”. De hecho, en las publicidades recientes John Deere anuncia un nuevo tractor autónomo de 8 ruedas que se manejará por GPS sin asistencia humana al volante.
Hoy a los 67 años ya no hace el trabajo pesado. La empresa tiene 5 empleados y lo más importante sumó a su hija Paulina al frente del rubro comercial.
“Mi padre siempre fue generando a lo largo de los años un stock de repuestos porque así agilizaba las reparaciones, cuando un tractor se rompe es en medio de una tarea que se está realizando entonces lo mejor es tener lo repuestos aquí y no pedirlos para dar una pronta respuesta a los clientes” contó Paulina.
“Hace 7 años empecé a trabajar con mi padre y fuimos armando un stock más amplio de repuestos y después abrimos este lugar” que es una casa de venta de repuestos para tractores en la calle García Salinas al 1700.
La mujer fue docente especial, trabajó en la educación durante 12 años pero necesitaba cambiar el aire y aceptó el ofrecimiento de su padre “vine a probar y me gustó la actividad comercial y administrativa y ya no volví a la educación. Con el tiempo comenzamos a formar este proyecto de venta de repuestos y lubricantes que abrimos recientemente. Para mi es una gran responsabilidad llevar el legado del apellido y de la tradición de mi padre, creo que este proyecto es también un premio a su vida”.
Los Dardenne no vienen de tradición agropecuaria, se fueron haciendo en el hacer. Carlos dice que su padre “llegó a la ciudad como todos sin nada. Eran 8 hermanos y no tenían nada, trabajó en la Farmacia Macario y en mi época era o trabajás o estudiás, por eso a los 11 años empecé a trabajar, no me gustaba la escuela aunque recuerda lo mejor de su paso por las aulas del Politécnico”.
“El campo siempre va a trabajar y tractores siempre se van a necesitar. Siempre le digo a mi hija que aquí tiene futuro”.
Paulina responde que en su casa siempre se transmitió una historia “de lucha, trabajo y sacrificio. Sigo la forma de manejarse de mi padre y su forma de trabajar más allá que hay cosas que tenemos que cambiar porque los tiempos cambiaron. Este es un mundo de hombres pero los espacios se abren para todos y hoy hay muchas mujeres también en esta industria”.
Una empresa familiar de 40 años que ahora suma más actividades y moderniza su imagen, aunque el valor de la tradición sigue siendo una marca registrada. Como John Deere o como Carlos Dardenne.