Carlos Garbarino, memorias de un ingeniero

Carlos Garbarino, memorias de un ingeniero

  Si su vida fuera una película, el ingeniero de 66 años de edad vive hoy sus días en cámara ralentizada, en una reproducción de menor velocid

 

Si su vida fuera una película, el ingeniero de 66 años de edad vive hoy sus días en cámara ralentizada, en una reproducción de menor velocidad. Es que los años anteriores fueron puro vértigo, en cámara rápida. Sólo un dato puede aproximarnos a esa aseveración: con 26 años era el Secretario de Obras Públicas del Municipio, el primero en el amanecer democrático, en un período que incluyó inundaciones, tornados y crisis por doquier.

Carlos Garbarino nació en una familia trenquelauquense en la que no había ingenieros y tampoco él pensaba serlo. Viajó a La Plata para inscribirse en Arquitectura pero volvió con la planilla de inscripción sellada en la Facultad de Ingeniería. Escuchó el consejo de unos amigos que le dijeron que por su afición a las matemáticas y los cálculos lo suyo estaba en otro lado.

Egresó en 1982 en momentos en los que no abundaban ingenieros y rápidamente lo contrató Obras Sanitarias para supervisar las obras en marcha en Trenque Lauquen que ejecutaba la Provincia nada más ni nada menos que la planta de tratamientos de residuos, una batería de pozos de agua en Marilauquen y parte de la red de cloacas. Todo eso tiene la misma edad que su título de carrera de grado.

Militaba en la actividad partidaria en La Plata, antes del regreso de la democracia, y esa militancia continuó aquí. Por eso, Horacio Arrastúa lo nombró Secretario de Obras Públicas con sólo 26 años. “Horacio fue (dice y se le corta la voz por la emoción) dio mucho por Trenque Lauquen, fue un gran gesto las tres secretarías nombró a dirigentes que no eran de su línea interna hoy sería impensado” sostuvo en una entrevista con FM Tiempo.

Fueron años muy difíciles. “No sabíamos lo que eran las inundaciones esto era el desierto” y luego la crisis económica del país y un tornado en 1987. “Tomar la decisión de evacuar un barrio fue algo muy difícil”. Estuvo en el cargo 4 años con Arrastúa y 4 con Barracchia. Luego ocupó cargos con Font como Secretario de Gobierno y fue concejal.

“Para mi la función pública no era ser empleado municipal, para mi es de 0 a 24 los 7 días de la semana  hoy mis hijos me pasan factura, cuando mi hija cumplió 1 año yo no estaba en la ciudad estaba en gestiones de gobierno en La Plata”, recuerda.

“El distrito tiene la vara muy alta de los funcionarios, los intendentes dedicados a full y los concejales aunque sean de distintos partido trabajan juntos por la comunidad”.

LOS TIEMPOS DE INGENIERO

Fue docente de la ENET y la UTN. Desde 1991 tiene una sociedad con su concuñado Jorge Priolo, arquitecto.

“Ya había ingenieros cuando llegué a la ciudad, y había muchos constructores idóneos que sabían más que nosotros, mucha gente que nació con el oficio. Hoy Trenque Lauquen ha cambiado mucho por una camada de profesionales jóvenes que le cambiaron la cara a la ciudad”, reflexiona sobre la profesión.

A la hora de hablar de la ciudad, dice que para él “hay que restringir la urbanización, primero completar el tramado urbano existente y evitar que se siga creciendo porque cada vez hay más lotes que tenes que llegar con más servicios y es difícil. Por otro lado, está el tema del agua que es el gran tema a resolver, el más preocupante”.

-¿Sentís el reconocimiento de la comunidad por tu tarea?

-No es algo que buscara. A veces uno en la función pública dice que no y es lo más difícil y eso genera diferencias y gente que deja de quererte.

Le gusta la cultura, el teatro, la música y dice ser fanático de la Orquesta Municipal. Hace actividad física: camina, bicicleta, pilates y va al gimnasio. “Hoy disfruto más los nietos, somos muy familieros de encontrarnos siempre los fines de semana, los sábados y domingos siempre nos juntamos a almorzar. Ahora estoy tratando de recuperar el tiempo de la familia”, dice el ingeniero.