Daniel Virzi tiene 63 años y habla ya con las palabras de los hombres sabios, aquellos capaces de señalar el camino. Será por eso que despierta la adm
Daniel Virzi tiene 63 años y habla ya con las palabras de los hombres sabios, aquellos capaces de señalar el camino. Será por eso que despierta la admiración de los chicos que estudian en la Escuela de Música, la misma que no sólo vio crecer sino que moldeó con sus propias manos hasta convertirse en el espacio creativo de prestigio y renombre que es hoy.
Virzi habla de música, del tiempo, de la vida y de la sociedad, e indica que como es porteño y hace sólo 25 años que vive en la ciudad descubre un hilo conductor de nuestras vidas en comunidad cruzada por una impronta omnipresente que dejó aquí Jorge Barracchia, piedra fundamental de la Escuela de Música.
En una entrevista con FM Tiempo habló de todo un poco sobre todo el viaje largo por la vida. “Vine a trabajar en 1998 al Polivalente donde estuve hasta el 2005. En el 2000 Juan Pablo Cadierno me invita a tomar la dirección de la banda Luis Perego y en el 2002 me pide hacerme cargo el coro Juvenil y Cantoría. Paralelamente era profesor del Conservatorio de Pehuajó. Mi idea siempre fue que la banda tenia que tener una escuelita y que había que tener un coro infantil entonces se fue armando una gran ola y fue creciendo la actividad, tocamos muchas veces en Buenos Aires y otros lugares” contó en el inicio.
Con el coro juvenil “llegamos a ser el único que ganara de manera consecutiva las medallas de oro en los torneos, tiene que ver con la contracción al trabajo y la disciplina” y eso lo dejó aquí Barracchia, dice, sin medias tintas. “Creo que la impronta de Barracchia impactó en todos los órdenes de la vida de la comunidad inclusive en la cultura, no hay forma de hacerse el distraído y te lo digo yo que lo conocí en los últimos años no en sus años de mayor esplendor, pero su impronta se ve en toda la comunidad lo digo porque conozco muchas ciudades, trabajé en 30 ciudades y yo no vi esto así”.
Es porteño y estudio en el prestigioso Carlos Pellegrini entre 1973 y 1979, donde se anotaban 12 mil aspirantes por año e ingresaban sólo 600. De aquellos años lo que más recuerda fue el terrorismo de Estado. “Tenia 13 y 14 años y hasta mi compañera de banco desapareció que me la cuenten como quieran, pero yo sé que hubo desaparecidos y muertos digan lo que digan hoy algunos discursos sobre la dictadura” sostuvo sobre el negacionismo de algunos sectores que niegan las desapariciones. “Pensar que un niño de 13 años puede desaparecer es una locura y que 50 años después estemos discutiendo estas cosas es más locura” se quejó.
LA ESCUELA DE MÚSICA
Virzi es el gran maestro detrás de la Escuela de Música y la creación de bandas y agrupaciones que allí conviven en una gran marea de 500 pibes que entran y salen todos los días de las salas de ensayo.
“Yo he optado por generar procesos de construcción que sean virtuosos para todos, para todos, e independientemente de las ideas, hay ideas que marcan a uno. He tenido siempre el mejor diálogo que vos puedas pensar con todos los intendentes. Porque el objetivo es uno, es hacer algo bien para todos. Ahora, si querés que te cuente una imagen que yo tengo siempre presente en cada decisión que tomo es la siguiente: en el año 2010, cuando fue el Bicentenario, tocamos con la Orquesta en la Plaza y me voy corriendo al teatro quiero llegar primero para empezar a acomodarlos antes que llegue la gente cuando entro estaba todo oscuro y salgo al patio y me encuentro con el intendente Barracchia, él me llamaba ‘Wirtz’ y me dice ¿dónde hay un trapo?, le pregunto para qué quiere uno y me dice ‘hay sillas sucias. La gente no se puede sentar en una silla sucia’. Él solito en la oscuridad sin que nadie lo viera. Yo lo vi, no lo vio nadie. Estaba limpiando la silla para que ningún vecino se sienta en una silla sucia. Todos saben cómo estaba su salud esos años pero él estaba pensando que ninguna persona de su ciudad tenía por qué sentarse en una silla sucia. Entonces cuando lo ves así pensás y ¿a mi qué me toca?, si él es capaz de hacer eso, no podemos perder nunca de vista la realidad que hay otro” recordó sin evitar emocionarse.
-¿Esa manera de pensar en el otro te lo dio la música o la vida?
-No sé, uno se equivoca tanto a lo largo de la vida que se abre al otro, somos lo más lejos de lo perfecto que existe, entonces ¿cómo no podemos ser hospitalario con el otro? Yo he sido privilegiado pero también he sufrido la dificultad.
Virzi estudió dirección orquestal en la UBA y luego en el Colón, y llegó a nuestra zona dirigente coros en Henderson y Daireaux donde conoció a su esposa.
“No vengo de familia de músicos pero de chico me gustaba el folclore y me compraron una guitarra, luego a los 13 años empecé a escuchar música clásica y estudiaba todo el día, ya a los 15 años daba conciertos solistas”. Trabajó y vivió en unas 30 ciudades a lo largo y a lo ancho del país dirigiendo orquestas y coros y dando clases.
“La Escuela de Música es un hacer, un hacer para todos y hay un lenguaje que es la música. Es también el granito de arena que uno puede dar, que es muy pequeñito, pero es hacer que ese tiempo ahí sea un tiempo bueno y que ayude a que la vida del otro sea mejor”.
“No es casual que los chicos que salen de aquí tengan éxito cuando van a estudiar a otros lugares, no por las técnicas, sino la manera, la disciplina, la contracción a lo que se hace y los principios. No principios morales, sino el enfoque hacia el trabajo y hacia el hacer es muy fuerte”.
-¿Qué imaginas para la Escuela en el futuro?
-Hoy se está armando la escuela pensando que el tiempo. Trenque Lauquen tendrá en poco tiempo 80 mil habitantes, hay que pensar en una escuela de música para otra ciudad hay que armar los caminos y el dispositivo para que el crecimiento sea armónico y que somos parte de un Estado, la escuela es del Estado municipal. El Estado es esto y es en serio.
-¿Cuándo mirás para atrás los orígenes tan humildes de la escuela en qué pensas?
-Si teníamos un galpón que se llovía y teníamos que ir temprano porque teníamos que sacar el agua y se creció mucho por suerte con todos los intendente que me tocó hablar nos escucharon y tuve que discutir con todos pero siempre le estamos buscando la vuelta para hacer lo mejor para la escuela y a veces el tema es el planteo. Mirá, te cuento una historia. Una vez habíamos previsto un viaje a Salta y la Muni nos había prometido el colectivo y cuando llegó el momento Barracchia nos dijo que en un momento de crisis era una frivolidad viajar, ‘piensen en otra cosa’, nos dijo y luego de querer matarlo entendimos que ésa plata la usábamos para comprar un instrumento nuevo. Entonces también hay que ver los momentos, si el municipio tiene una dificultad no voy a insistir con un gasto que puede esperar a un momento mejor, con los años uno entiende mejor las cosas.
-¿Qué es la música para vos?
-Todavía hoy sigo tratando de entender que es la música, pero sé qué ha sido, y es la que hizo la persona que soy. No puedo saber cuánto de la persona que soy es por la música. La música es una instancia del tiempo distinta. Nosotros somos seres finitos, nos terminamos. Vivimos en un tiempo que lo pensamos lineal y la música es una puerta lateral hacia un tiempo que no es lineal, a un tiempo que está por fuera del tiempo. Es un tiempo en el que somos eternos. Es decir, cuando una persona entra y siente dentro de ese tiempo, esa persona no muere tiene esa sensación, tiene esa sensación de estar conectada y eso, cuando uno ve eso, eso cambia, eso transforma.
-Qué lindo lo que decís. Sos un tipo sabio.
-No, soy un tipo grande (rie). A mi me tocó esto, pero hay personas que van por otro lado y hacen cosas muy lindas. Por eso no me gusta cuando dicen que está todo mal, no lo creo, hay muchas cosas para valorar.