Nota: David Ibañez Para Oesteba Allá lejos y no tanto, se posicionan los recuerdos de cuando por primera vez sintió la presión del aire alterad
Nota: David Ibañez
Para Oesteba
Allá lejos y no tanto, se posicionan los recuerdos de cuando por primera vez sintió la presión del aire alterada por las frecuencias musicales. Y desde allí, construyó su camino en la escena cultural, empresarial de la localidad y una amplia zona.
“Tenía 14 años, ufff…y si bien ya venía haciendo cosas en la escuela, seriamente fue en un asalto, que por primera vez me decidí a iniciar este camino…” recuerda hoy Darío Camacho, musicalizador trenquelauquense.
Los tiempos de los desarrollos tecnológicos en la industria musical son vertiginosos, y en esos tiempos transcurren nuestras vidas también. La construcción de ese camino, de cintas y vinilos mezclados por la intuición o el oído para agitar las pistas de baile fueron dando paso a los “faders” y procesadores de audio en vivo. Y de allí, de lo analógico al byte, hubo un par de años. Han pasado casi 40 años de ir andando esos caminos.
“Fui descubriendo y acompañando desde el servicio que prestaba las necesidades nuevas que iban surgiendo, intentando siempre poder cumplir con lo que requerían…”.
Entre sus trabajos más recordados se encuentra el servicio que prestaba para los desfiles de carrozas en el día de la primavera donde los estudiantes grababan en audio sus participaciones. También las peñas, “la Rural”, aniversarios, jineteadas, cine, teatro, “mega shows”…
La propuesta de su servicio ha acompañado a las generaciones en sus procesos. Y eso no es poca cosa. Son 40 años de estar, como decía, pero estando. Hoy su giro, o propuesta, ha encontrado en su búsqueda por cubrir las necesidades o demandas brindar servicios de “pantallas led”.